Escribe Jaime Padilla.
En un acto efectuado el sábado 28 de febrero en las instalaciones de ABF de Estocolmo, Ivo Salamunovic presentó dos de sus recientes obras que completan su trilogía literaria Extravagancias.
«Sumando las experiencias vividas, ya sean fructíferas o negativas, representan el factor real de la existencia humana» dice Ivo Salamunovic al tiempo de resumir las tres ediciones de Extravagancias, obra que recoge episodios de su vida.
El periodista Carlos Decker Molina de radio Suecia, destacó en la apertura del mismo acto, la claridad y armonía con que expone Ivo Salamunovic sus pensamientos en forma escrita.
El autor de Extravagancias con un gesto simpático, característico en él dijo «si fácil no es hablar, tampoco lo es escribir con corrección» y reconoció así la invalorable ayuda que recibe de su hija Margarita que le permitió pulir sus escritos en un lenguaje, claro, correcto e incluso elegante. Escribir es luchar con las palabras y con los acentos, corrigiéndolas una y otra vez añadió, logrando del auditorio compuesto por unas 60 personas un nutrido aplauso, por semejante muestra de humildad.
Salamunovic acudió al acto de presentación de sus obras Extravagancias II y III, cargado también de unos carteles que ilustraban con recortes de prensa, su vocación literaria con relatos extractados de las tradiciones de Potosí, pueblo minero que el autor ama entrañablemente. Prueba de ello y como yapa de este mismo acto hizo conocer la segunda edición de su primogénita obra: Cinabrio y Mercurio (0ruro, Bolivia 1988), demostrando el resultados de sus investigaciones sobre la existencia de sulfuros de cinabrio en Bolivia.
De todos estos aportes científicos y literarios Ivo Salamunovic aclara que sin títulos ni fortuna dejó su Croacia en 1936 para llegar a Bolivia con su única maleta de cartón prensado cargado de esperanzas y sueños de triunfador.
Es autodidacta, sin embargo en más de 40 años de investigaciones y prácticas, logró en Bolivia elogiosos éxitos, donde lamentablemente la miopía de la política boliviana en la explotación aurífera, subestimaron sus esfuerzos para las prospecciones geológicas de todos los yacimientos de cinabrio en el país.
Radicado desde 1992 en Estocolmo Salamunovic sin mayor esfuerzo, ha sabido desarrollar un círculo muy amplio de amistades en la colectividad boliviana y latinoamericana. Considerado como un boliviano más y se ha convertido con el correr del tiempo en un valiente defensor del cerro rico de Potosí, habiendo iniciado una cruzada por lograr una compensación económica de España, por el saqueo en las minas de plata durante la conquista.
Por todo ello estamos seguros después de esta entrega, él seguirá rebuscando en el cofre de sus recuerdos sus historias y seguir transformando sus días en nuevas páginas para próximas Extravagancias, porque este croata con corazón boliviano, representa por su idealismo a muchos de nosotros, empeñados en ese un permanente afán de servicio al pueblo lejano que se extraña y ama.
«He cruzando valles, ríos, cerros, montañas, rancheríos, pueblos, ciudades, utilizando caminos y sendas de los chasquis, también de líneas férreas, caminos asfaltados, a veces en cómodos asientos de las naves aéreas, para rematar, con mucha frecuencia en el primitivo andar del caminante solitario entre agrestes peñascos de la cordillera de Lique, adornada de gigantescos cactus y punzantes espinos de algarrobo», resume con orgullo.
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