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La Unión Europea: un barco a la deriva
La proximidad de la fecha "histórica" del 1 de mayo en que deberá producirse la ampliación de la Unión Europea con diez miembros más, ha servido para mostrar la hipocresía y falsedad de la filosofia sobre la que se asienta todo el proyecto. Es necesario tener viva la memoria porque sin ella seguiremos ignorando el presente y el futuro inmediato. Y estaremos cada vez más inermes ante la manipulación sistemática y masiva de los medios de información al servicio del poder.
Y en plan retrospectivo los lectores recordarán la forma en que la prensa europea presentó siempre al proyecto de la UE como un proyecto humanista, solidario, democrático. De la misma manera quienes señalaron objeciones de fondo y forma a una concentración de poder antidemocrática, carente de arraigo popular, fueron catalogados de "antieuropeos," "nacionalistas", y "egoistas" que no querían compartir, su bienestar con los "hermanos" pobres del Este.
Los suecos tenemos muy fresco el recuerdo de todos los adjetivos que nos adjudicaron en ocasión del -ese sí histórico 14-S - en que por aplastante mayoría nos pronunciamos en contra de la adhesión a la Unión Monetaria Europea. ( En realidad, más que contra el euro, el pueblo votó contra todo el proyecto de la UE). Los tres pilares fundamentales del sistema, la élite económico-financiera, el poder político y los medios de comunicación de masas, que en la era de la informática en que vivimos disponen de un poder que parece insuperable, recibieron una tremenda e inesperada bofetada propinada por un 64% de los ciudadanos. Un hecho insólito que sorprendió a Europa sobre el que los poderes mencionados, quisieron "pasar página" rápidamente "desapareciéndolo" de la información y el debate. Que el gran derrotado, el primer ministro Göran Persson, dando prueba del espíritu "democrático" de la UE simplemente desconoció, anunciando que seguiría su política habitual respecto a la UE.
Por esas mismas fechas se produjeron nuevos escándalos de corrupción, malversación de fondos multimillonarios que pagamos los contribuyentes, uno más entre todos los que han impregnado la historia de la UE, sin que nunca las investigaciones realizadas encontraran culpables.
Ahora estos mismos abanderados del "espíritu europeo" cambian la alfombra roja con la inscripción de Welcome, con que supuestamente iban a recibir a los nuevos miembros, por una serie de restricciones que les señalan su condición de ciudadanos de tercera o cuarta categoría.
Entretanto los "tres grandes" Alemania, Francia y Reino Unido, se "cortan solos" para preparar el pastel que piensan hacer tragar al resto de los "hermanos" de la Unión. Y por si fuera poco, los caballos de Troya de Estados Unidos, Aznar, Berlusconi, y los excomunista reconvertidos, más imperialistas que el propio Bush, coordinan su estrategia para que el proyecto termine de moldearse al gusto "americano". Siempre y cuando no se vaya a pique bajo el peso de sus contradicciones. Y sobre todo por la falta de pueblo como lo han demostrado encuestas recientes, apenas mencionadas en la prensa, que muestran un creciente rechazo entre los ciudadanos, los suecos en primer lugar, al proyecto.
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