Escribe Carlos Percovich
El asentamiento es el renacimiento de la vida humana y de la naturaleza. Es por eso que establecimos una política de desarrollo económico, social y humano, preservando el medio ambiente" afirma Gerardo, uno de los integrantes del Movimiento Sin Tierra e integrante del equipo de relaciones internacionales, que nos recibió en la oficina nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Sao Paulo.
A mediados de noviembre del año pasado, acepté una invitación de integrantes del Movimiento Sin Tierra, que tiempo atrás habían estado de gira por Suecia, para visitar y conocer algunas de sus actividades en Brasil. El gobierno de Lula estaba por cumplir un año y era una buena oportunidad para conocer el trabajo de una de las organizaciones sociales más influyentes en Sudamérica en el marco de un gobierno progresista.
Brasil no es sólo el mayor país de Sudamérica y la novena economía del mundo, sino también uno de las naciones con mayores contrastes y desigualdades sociales. También es la segunda nación del mundo en movimientos sociales, superada sólo por los Estados Unidos, con la diferencia de que en este último país, estos movimientos no lograron afirmarse como alternativa a la forma tradicional de ejercer la política, sino que derivaron en poderosos lobbies que funcionan junto a los partidos Demócrata y Republicano.
En Brasil, el movimiento social invadió el terreno de la institucionalidad burguesa y creó su propia alternativa política. Este proceso tuvo lugar en los años 60, después del golpe militar, cuando todas las formas de organización popular, partidos de izquierda y sindicatos, fueron reprimidos y proscriptos de la vida pública. Las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) de la Iglesia Católica, se constituyeron entonces en el único espacio en el que las fuerzas populares se podían articular. Al inicio de los años 70 este trabajo, diseminado en más de cien mil núcleos en todo el país, germinó y derivó en la formación de innumerables movimientos populares: la lucha por el agua, la lucha por la vivienda y contra el costo de la vida, en defensa de los derechos humanos y los derechos de la mujer, lo que permitió crear las bases para el nacimiento del Partido de los Trabajadores (PT) dirigido por Lula.
El Movimiento Sin Tierra es quizás lo más conocido a nivel nacional e internacional, sin embargo, como ramificaciones del movimiento, han surgido otras organizaciones populares que atienden otras demandas, entre ellas, el Movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST) y el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD).
Su mayor desarrollo está en Sao Pablo, donde es uno de los aproximadamente 30 movimientos, que trabajan por la creación de una ley de reforma urbana. Su objetivo es organizar a nivel de las ciudades a los trabajadores sin vivienda estable. Son muchos, los que habiendo tenido vivienda, por causa de los bajos salarios, despidos laborales o diferentes causas sociales, han sido expulsados de sus viviendas y terminan viviendo en las favelas, donde se concentra gran parte de la problemática social derivada de la pobreza. El MTST se define por una reforma urbana que asegure el derecho a la vivienda a todos los brasileños y se define anticapitalista, porque en el marco del capitalismo, la vivienda es un objeto de especulación y no un derecho ciudadano.
En el pre asentamiento Anita Garibaldi
"Anita Garibaldi", es el nombre de un pre asentamiento de los Sin Techo que se encuentra en el Municipio de Guarulhos ubicado a pocos quilómetros del centro de Sao Paulo. Este municipio cuenta con 343 favelas y 440 áreas irregulares (favelas aún no reconocidas por el gobierno, la administracion del estado y el municipio). El 19 de mayo del 2001, 300 familias "invadieron" un terreno improductivo. A la semana eran 6.000 las familias "invasoras" y al mes 12.400 familias. Se formaron 300 grupos de 40 familias y una estructura de coordinadores por áreas: seguridad, educación, infraestructura. La gran concentración humana, los problemas de saneamiento, agua, alimentación; las exigencias de criterios comunes frente a problemas sociales como la droga, la bebida, el robo, los constantes desalojos policiales, redujeron la cantidad de ocupantes a la cifra actual de 1.879 familias. Al estabilizarse en esa cantidad, el MTST organizó a los ocupantes en 6 brigadas compuestas por 50 grupos de familias. Cada brigada está formada por cinco subbrigadas compuestas cada una por 10 grupos de familas. Las brigadas toman nombres de héroes o consignas populares: CHICO MENDEZ, PAULO FREIRE, ZUMBI DOS PALMARES, ANTONIO CONSELLERO, TIERRA Y LIBERTAD, NUESTRA TIERRA.
En la etapa de pre asentamiento, en que se les han reconocido el derecho al terreno que reividican y están en la etapa de adjudicación de los títulos de propiedad, las familias viven en casas de madera, con un pequeño terreno apto para un jardín. El predio es una pequeña ciudad ordenada, limpia, con electricidad y agua, y acuerdos con el municipio que le permite enviar los niños a una escuela cercana. "Esta es la escuela y esta la biblioteca" nos dice Meire una de las dirigentes del campamento, mientras con orgullo, abre puertas de ambos para mostrar el resultado de trabajo colectivo.
Meire aprendió a leer ya de adulta y es la coordinadora del programa de alfabetización en el asentamiento, después de haber participado en un curso de pedagogía a nivel universitario organizado por el MST. "La autoestima y la conciencia colectiva aumentan al educarse", sostiene Meire.
En cuanto al trabajo en el asentamiento, explica que "en cuanto recibamos los préstamos del gobierno podremos comenzar a trabajar construyendo los espacios colectivos: plaza, las canchas y construiremos viviendas de material "Todo esto lo estamos haciendo entre todos". "Es difícil, ya que por un lado trabajamos con los sectores más pobres y por otro la derecha nos combate en todos los frentes".
En ese sentido señaló el caso del municipio de Osasco (de gran concentración obrera y donde se encuentra el ABC metalúrgico con 2.800.000 de habitantes) donde está instalado el Campamento Capitán Lamarca (nombre de dirigente del VASP Carlos Lamarca, cuya organización armada dirigió 68 huelgas obreras en el fin de la década del 60). Meire destaca que allí, "la derecha tiene 17 diarios gratuitos en los que como línea central tiene la desacreditación de los movimientos populares".
"Ocupar, resistir, producir"
La oficina central a nivel nacional del Movimiento Sin Tierra se encuentra en la ciudad de Sao Pablo. Allí nos recibió Gerardo, un mexicano que hace más de 15 años que vive en Brasil, y que integra el equipo que atiende las relaciones internacionales del MST.
En medio de un intenso trabajo, atendiendo llamadas telefónicas, visitas y consultas relativas al Foro Social Mundial que se iba a llevar a cabo en esos días en la India, se hace un rato para atendernos y responder nuestras interrogantes sobre este movimiento que ha marcado una etapa muy especial en la lucha por la tierra en América Latina.
"No se nos debe idealizar", advierte. "Trabajamos con la gente más pobre entre los pobres". Gerardo recuerda el origen de los miembros del MST. "Es gente que al no tener ya ni para comer en las regiones más pobres del campo, o desalojada por los colonos y latifundistas, se trasladó muchas veces en marchas muy difíciles a las favelas en las periferias de las ciudades en busca de trabajo. En estas marchas, tuvieron muchas veces que enterrar hijos que murieron de hambre en el camino, y esas tumbas se ven hoy al borde de los caminos". También recuerda que otras familias fueron traídas cuando la industrialización y el auge de la construcción en la década del 50-60 y luego abandonadas sin ningún
respaldo.
"En ellos el MST debe constribuir a que reconstruyan su autoestima y eso se logra a partir de la voluntad de lucha. Nuestra primera invitación es a integrarse, junto a otros como nosotros, a una ocupación de un terreno improductivo. Luego debemos resistir las desocupaciones y luego producir: ocupar, resistir, producir, en eso se resume la propuesta del MST a los campesinos".
En casi 20 años de existencia (fundado en 1984) el MST ha crecido constantemente. Para los gobiernos regionales, para los anteriores gobiernos nacionales y para los latifundistas, se transformó en una pesadilla, pero también en ejemplo de lucha y modelo para el campesinado, escuela de dignidad de los desplazados rurales, educador colectivo de una nueva juventud del campo, y articulador de fuerzas sociales. El MST organiza, en sus 350.000 asentamientos y 130.000 campamentos, a cerca de 2.000.000 de personas.
"Estamos en 23 de los 24 estados del país y para festejar nuestros 20 años de lucha realizaremos la ocupación con el mayor número de familias: 1.000", nos dice Gerardo.
"Comuna de tierra"
El asentamiento "Tomás Balduino" está situado a pocos quilómetros de Sao Paulo. Toma su nombre un obispo católico de 82 años, presidente de la Comisión Pastoral de Tierra, participante de ocupaciones urbanas y rurales, luchador por la libertad de los presos durante la dictadura brasileña. En enero del 83 tuvo el "atrevimiento" de entregar al Papa Juan Pablo ll un ejemplar del libro Los Desaparecidos en la Argentina.
En este asentamiento viven 66 familias desde hace dos años y medio. "La primera ocupación fue en el 2001 y durante el mismo día nos desocuparon. Acampamos fuera y volvimos a ocupar 4 o cinco veces este terreno", nos dice Juliana que junto a Navin son los coordinadores del asentamiento.
Es política del MST que cada asentamiento debe tener dos coordinadores y necesariamente, deben ser un hombre y una mujer. A nivel más básico, cada grupo de 10 familias tiene un responsable (llamado militante) del funcionamiento y desarrollo del núcleo, y cada 20 responsables (militantes) se designa un dirigente. Esos dirigentes forman el Colectivo Nacional. "En 2002 organizamos una marcha hasta Sao Paulo con todas las familias y en medio de la misma llegó la noticia de que habían liberado (otorgado) el terreno para nosotros y en junio del 2003 se legalizó. La etapa actual es la parcelación de la tierra y la propiedad de la misma", explican Juliana y Navin.
La propiedad de la tierra es un tema complejo. La política del MST es que la tierra sea propiedad del Estado y que sea el gobierno nacional el que como propietario, conceda el derecho de uso a los asentamientos en forma colectiva, incluyendo el derecho de herencia, pero no el de venta. Este criterio ha chocado con las políticas gubernamentales, especialmente durante el gobierno de Fernando Henrique Cardozo, que tenía como política conceder la propiedad individual de parcelas a los campesinos que se hubieran registrado en el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA). En los asentamientos del MST se dan tres formas de propiedad de la tierra: individual, semicolectiva y colectiva, siendo esta última la que se busca desarrollar. "Cuando se complete el parcelamiento del terreno, mantendremos el área de producción colectiva 600 hectáreas, el área de reserva ecológica (800 hectáreas), la huerta medicinal (actualmente produce un alto porcentaje de las medicinas de autoconsumo) y los lugares colectivos. Cada familia tendrá 3 hectáreas siendo la mitad para autoconsumo y la mitad para comercialización", agrega Doniceti, un joven militante del MST de 24 años, que milita desde los 16 años y aspira a "vivir toda la vida en el MST".
Promoción de la cultura popular
Después de visitar otros campamentos del MST en Bahía, fui invitado a conocer el trabajo del "Grupo Cultural Bagunzazo". Esta organización no depende del MST aunque recibe su apoyo.
El "Grupo Cultural Bagunzazo" es una actividad desarrollada por jóvenes provenientes en su mayor parte de Alagados, una de la zonas más pobres de Salvador de Bahia. En 1991, un pedagogo nacido en la zona, observó el gran interés de los jóvenes en la música, y el trabajo que se tomaban en transformar recipientes de desecho, en instrumentos de percusión, desarrollando auténticos grupos musicales improvisados.
Eunice tiene 20 años y es la presidenta de Bagunzazo."Como estabamos hasta altas horas de la noche tocando música en las calles, los vecinos se enojaban y llamaban a la policía. Allí decidimos ocupar una local abandonado y cuando la policía llegó a desalojarnos, el cura de la iglesia que estaba en el mismo predio, nos apoyó. A partir de allí nos organizamos, y poco a poco fuimos mejorando. Hoy tenemos 350 jóvenes repartidos en 39 grupos en total, 17 bandas de música, alguna de ellas que se han presentado en Suecia, Dinamarca, Italia, Alemania y Suiza".
Eunice destaca también que en el local que ocupan funcionan además cursos de computación para sus jóvenes integrantes. Muchos de los jóvenes que se acercan a Bagunzazo, están en las llamadas zonas de riesgo social, por lo que el trabajo se respalda en la participación del núcleo familiar en el mismo.
MST: historia
En 1984, un grupo de 80 representantes de organizaciones campesinas de 13 estados de Brasil, se reunieron en una iglesia próxima a la ciudad paranaense de Cascavel. Allí se resuelvió la creación de un movimiento nacional que nucleara a los campesinos que desde el fin de la década del 70 se venían organizando para reivindicar el acceso a la tierra.
Esos campesinos, que ya habían sido llamados "sin tierra" por la prensa decidieron incorporar esa
expresión al nombre de su movimiento y asi nació el MST. Conjuntamente con la lucha por la tierra, el MST lleva adelante en sus asentamientos una serie de actividades en respuesta a las necesidades de sus miembros.
Producción, cooperación y medio ambiente
En todos los campamentos y asentamientos del MST existe una especial preocupación por el cuidado del medio ambiente. Todos los asentamientos tienen un área de reserva ecológica.
"Debemos prestar atención al ser humano, pero también al medio en que estos viven, procurando transformar ambos al mismo tiempo. Esto es, porque tanto el ser humano como la tierra son parte del medio ambiente, que necesita tanto ser preservado como transformado, sirviendo al desarrollo de la vida", explica Gerardo.
"El asentamiento es el renacimiento de la vida humana y de la naturaleza. Es por eso que establecimos una política de desarrollo económico, social y humano, preservando el medio ambiente, recuperando las nacientes de los ríos, reforestando las áreas devastadas, evitando las quemas incontroladas, recogiendo residuos y excedentes, evitando el uso de venenos y el abuso de los quimicos, produciendo frutas y flores, y preservando las aves y los animales salvajes"
En el MST existen más de 500 asociaciones de producción, comercialización y servicios, 49 Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) con 2.299 familias asociadas. 32 Cooperativas de Prestación de Servicios con 11.174 socios directos, dos Cooperativas Regionales de Comercialización y tres Cooperativas de Crédito con 6.521 asociados. Son 96 las agroindustrias pequeñas y medianas que procesan frutas, hortalizas, leche y derivados, granos, café, carnes, dulces, yerba mate, y artesanías. 700 municipios del interior del país se benefician también de estas actividades económicas.
Educación
El área de la educación está directamente unida a la producción: cerca de 160.000 niños estudian la escuela básica en las 1.800 escuelas públicas en los asentamientos y campamentos. Son cerca de 5.000 educadores pagos por los municipios o los estados que desarrollan su trabajo con una pedagogía específica para las escuelas del campo.
El MST ha educado la mayor parte de sus educadores y profesores. El sector de educación actúa desde la etapa de la educación infantil (de 0 a 6 años) contando hoy con aproximadamente 500 educadores. También se lleva a cabo un programa de alfabetización que abarca a unos 30.000 jóvenes y adultos en los asentamientos y campamentos.
Organizaciones internacionales como Unicef, Unesco y más de 50 universidades colaboran con los programas educativos. Actualmente existen 1.500 estudiantes del MST en cursos de enseñanza media u superior. Hay tambien jóvenes formándose en administración de asentamientos, como cooperativistas y en magisterio. 750 militantes del MST estudian en universidades, 58 de ellos se forman como médicos en Cuba.
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