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Construcción del muro antipalestino:
730 kilómetros de vergüenza

 

El gobierno de Israel decidió mantener la construcción del "muro de la vergüenza", o como lo denomina, "barrera antiterrorista", pese a la resistencia internacional y el cuestionamiento de las Naciones Unidas. El premier Ariel Sharon sostiene que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, al que la ONU pidió un juicio sobre el muro, no tiene juriddición en el tema. Mientras tanto, reservistas israelíes protestan contra la política de asesinatos selectivos de dirigentes palestinos.

Vaya uno a saber si por complejo de culpa, o por que otra razón, Israel sólo aceptó participar en la Conferencia Internacional sobre Genocidio en Estocolmo, si el conflicto palestino no era abordado. El argumento de sufrir el ataque del terrorismo con intención de exterminar al Estado de Israel, podría haber tenido su peso en esta Conferencia, aunque los resultados de esa batalla parecen mostrar una realidad bastante diferente.

Mientras en Estocolmo, el embajador de Israel provocaba un escándalo diplomático al destruir una obra de un artista judío -que pretendía mostrar la sin razón, el dolor y el baño de sangre que provocan los atentados suicidas-, en Israel, 200 reservistas del ejército se manifestaron contra el accionar de las tropas en los territorios ocupados y reclamaron el retiro de los colonos judíos que ocupan tierras palestinas en la Franja de Gaza.

Entre los manifestantes destacaba un grupo de pilotos de la reserva, que se opone a los asesinatos "selectivos" cuando ponen en peligro la vida de civiles palestinos, y algunos miembros de la unidad de elite Sayeret Matcal.

Varios de estos pilotos y de las tropas especiales serán sometidos a consejos de guerra por estas opiniones y por negarse a participar en esas acciones, así como en la destrucción de las viviendas de los familiares de los acusados.

El reclamo de los reservistas coincidió con la declaración del viceministro de Defensa israelí, Zeev Boim, quien amenazó de muerte al máximo dirigente de Hamas, Ahmed Yassin, tras el atentado suicida perpetrado por una integrante de esa organización en el paso de Erez, en la Franja de Gaza. "Yassin está marcado de muerte y debería esconderse bajo tierra, donde ni siquiera note la diferencia entre el día y la noche", advirtió Boim en declaraciones a la radio militar israelí.

Yassin le respondió: "Las amenazas de muerte no nos asustan, porque estamos en la búsqueda de ser mártires", y agregó que no ordenó personalmente el atentado en Erez.

Israel ha realizado varios ataques, en general bombardeos con misiles desde helicópteros "Apaches", contra dirigentes palestinos a los que acusa de promover los ataques suicidas, matando en todas las ocasiones a los civiles que se encontraban en los alrededores, y a veces sin alcanzar el blanco propuesto.

La protesta de los reservista fue enfrentada por numerosos colonos judíos que se niegan a retirarse y que reclaman más presencia militar en los territorios ocupados.

Reclaman fin de la agresión

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Nabil Shaath, exigió al gobierno israelí cesar su política de violencia contra el pueblo palestino. Shaath subrayó que el fin de las agresiones militares hebreas en la Franja de Gaza y Cisjordania será la única solución para detener la acciones de los grupos de la resistencia.

El funcionario de la ANP recordó que Tel Aviv violó la tregua acordada por las facciones opositoras en junio pasado, lo cual agravó el panorama político de la subregión del Levante.

La declaraciones de Shaath fueron emitidas horas después de que Radio Beirut divulgara un informe de las autoridades médicas de la ANP.

El documento reportó que el ejército israelí mató a 286 civiles palestinos en la ciudad de Rafah, en la Franja de Gaza en los últimos tres años.

Según el texto, el 30 por ciento de los fallecidos y el 57 por ciento de los heridos eran menores de edad, a la vez culpa a las autoridades castrenses de provocar con su política de fuerza la falta de recursos humanos y materiales para atender a la población de Rafah.

Mantienen construcción del muro

El minigabinete israelí decidió aplazar una eventual modificación del trazado del muro que se construye en Cisjordania, mientras que el Tribunal Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya estudiará el caso el 23 de febrero.

La Asamblea General de Naciones Unidas pidió el 8 de diciembre del 2003 a la CIJ un parecer sobre "las consecuencias en derecho de la edificación del muro que Israel, potencia ocupante, está construyendo en el territorio palestino ocupado".

El muro iba a seguir en buena parte el trazado de la denominada "línea verde" que separaba Israel y Cisjordania antes de la guerra de junio de 1967. Pero algunos trechos de esta obra de 730 kilómetros, calificada por Israel como "cierre antiterrorista", se adentran en territorio cisjordano.

Sharon ha advertido que "no habrá cambios del trazado que responda a exigencias de los palestinos o de la ONU". El primer ministro también ha admitido que la construcción de la barrera también entraña "dificultades legales" en Israel. El Tribunal Supremo israelí debe pronunciarse sobre la legalidad antes de que el expediente sea examinado por el CIJ.

La procuradora del Estado, Edna Arbel, como consejera jurídica provisional del Gobierno, preconizó un cambio del trazado del muro al afirmar que tendrá dificultades para defender la posición gubernamental. El ministro de Justicia, Tommy Lapid, propuso de nuevo un trazado alternativo, que se ceñiría más a la "línea verde".

La presión en torno al Gobierno israelí crece a medida que se acerca la fecha en que el Tribunal Internacional de La Haya, a instancias de la ONU, se reunirá para dilucidar sobre la legalidad de un muro que se levanta en gran parte dentro de territorio palestino, aísla a decenas de miles de personas (centenares de miles, según Naciones Unidas), les impide tener acceso a sus tierras agrícolas y a muchos servicios vitales y supone un serio obstáculo para las intenciones de los potenciales suicidas de las organizaciones radicales pero asimismo para la paz y la creación de un Estado palestino viable y con continuidad territorial.

El Gobierno intenta encontrar apoyo en los países occidentales a su tesis de que el TIJ no cuenta con autoridad para tratar esta cuestión, ya que no pertenece al ámbito judicial. Jerusalén se encuentra esperando la decisión de la Administración estadounidense, que podría presentar de forma escrita ante el TIJ argumentos afines a los defendidos por el Gobierno israelí sobre la competencia de este tribunal en el asunto. El jefe de la oficina del primer ministro israelí, Dov Weisglass, viajará a Washington para acercar posiciones.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, también instó esta semana al TIJ a ser "justo" en su fallo sobre el muro. "Queremos una decisión justa de la Corte de La Haya contra este nuevo Muro de Berlín", declaró Arafat ."Este muro es una catástrofe y llamá a la comunidad internacional a movilizarse en su contra", señaló. De esta forma, la ANP expresó su interés por contar con un árbitro internacional que resuelva el problema.

Tras el rechazo de la comunidad internacional a la construcción del muro israelí, y la resolución de las Naciones Unidas exigiendo su eliminación, el ex Secretario de Estado norteamericano, Premio Nobel de la Paz, Henry Kissinger, salió a defender su construcción.

En una nota publicada en un diario norteamericano y reeditada en varios países, Kissinger sostiene que "la separación física de israelíes y palestinos por medio de una muralla puede ayudar a la coexistencia y a la revisión de las percepciones y políticas que enfrentan a ambos pueblos".

Kissinger, señala que para avanzar en un plan de paz hay que crear primeramente, "un marco psicólogico propicio para un acuerdo".

El ex jefe de la diplomacia norteamericana sostiene que el principal obstáculo para la paz ha estado siempre en la negativa palestina a aceptar el Estado de Israel, y subraya como un gran avance que Israel esté dispuesto a abandonar parte de los territorios "que ganó" en la Guerra de los Seis Días en 1967.

Defendiendo el muro, sostiene que "una barrera física difícil de penetrar facilitaría la retirada israelí de las ciudades palestinas y el abandono de los puestos de control que le restan dignidad a la vida palestina. Constituye una línea tras la cual las colonias deben vivir bajo gobierno palestino o ser abandonadas".

"Algunos rechazan el cerco de seguridad alegando que recuerda los muros levantados por el comunismo, especialmente en Berlín y a lo largo de las fronteras este-oeste de Alemania. Pero los muros comunistas tenían por objeto mantener dentro a sus pueblos; el propósito del cerco de seguridad construido por Israel es mantener afuera a los terroristas", escribió Kissinger.



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