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Con Carlos Zarricueta, Director de ARCISValparaíso |
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escribe Juan Cameron La sede porteña, creada el 2003, continúa con las siete carreras ofrecidas y con amplias proyecciones de crecimiento para los próximos años. La decisión del nuevo director y de su equipo de trabajo, así como los postulados académicos, la ubican en el eje de la atención ciudadana. Sin embargo, ARCIS requiere de una amplia biblioteca para cubrir sus cada vez mayores necesidades. Para ello busca el auspicio de instituciones internacionales o fuentes externas a la institución. Como bien apunta Heber Valenzuela, encargado de relaciones públicas, el eje de la cultura, y por tanto el interés nacional, se ha trasladado a este Puerto. Ello propende a un renacimiento necesario, tal vez espectacular, de ARCIS Valparaíso, la más reciente sede que la casa de altos estudios instalara, a comienzos del año anterior, en la Quinta Región. Luego de salvar las dificultades propias a cualquier proceso fundacional, ARCIS Valparaíso se proyecta con mayor vigor, vinculándose a las fuerzas más activas de la comunidad en el terreno de la discusión social, política y cultural, a la vez de concretar las ofertas educacionales hechas a su alumnado a partir de su creación. Así lo expresa Carlos Zarricueta, actual director de la sede, en pleno proceso de matrículas para el período 2004. Zarricueta habla en forma pausada. A pesar de la intensa actividad administrativa que asume al hacerse cargo de la sede, con el apoyo de un grupo de trabajo y de los funcionarios administrativos, se da tiempo para contestar con cierta calmada rapidez, como si deseara instalar, de una sola vez, el concepto de su institución ante la opinión pública. La jornada, en ARCIS, ha comenzado tempranamente. - Director, ¿Cómo se gesta la idea de ARCIS? Ya a comienzos de los ochenta con el régimen militar instalado, necesitábamos generar espacios. Espacios que obviamente no tenían la posibilidad de plantearse como grandes proyectos. ARCIS nace en ese contexto y, en él se reúne a buena parte de los intelectuales de izquierda exonerados de las universidades tradicionales. Hablo personas con una gran trayectoria como, por ejemplo, Carlos Ossandón, Francisco Brugnoli, Willy Thayer, el mismo Lucho Torres, que venía de la Universidad Católica, Carlos Pérez Soto, en fin, un grupo importante en cuando habían venido haciendo y significando para el pensamiento y el desarrollo académico del país. ARCIS nace sin recursos, sin capital, sin ningún inversionista detrás, si no que, básicamente, con el esfuerzo de quienes se concertaron para generar ese espacio; un espacio que permitiera recoger a una buena parte de la población cada vez más excluida de la educación superior. En 1990 obtenemos el reconocimiento como universidad. ARCIS, como instituto, había desarrollado algunas carreras, cerradas en el área de las Ciencias Sociales, como Sociología, Periodismo. Por cierto, no podíamos otorgar el título de periodista; hablábamos de comunicador social, de comunicador audiovisual. Y comenzamos a trabajar en el desarrollo de las Ciencias Sociales a partir de una mirada crítica. Porque ARCIS no sólo nace como resistencia, sino que intenta instalar esa mirada distinta, progresista. A partir de ese reconocimiento se comienza la consolidación de nuestro proyecto universitario. En los primeros dos o tres años, pasamos de 400 o 500 estudiantes, a tener 1.500 el año 94; y el 96, más de dos mil. En la actualidad tenemos cinco mil en Santiago, más lo que se agrega por regiones, programas a distancia y otros; y en 1998 se nos concede la autonomía universitaria. En la medida en que se fueron generando nuevas carreras y ampliándose el marco de acción y de propuesta, surgió la necesidad de extendernos a través del país para generar la idea de una universidad con carácter nacional. Se comenzó a hacer acercamientos hacia distintos sectores sociales en regiones. Y uno de los primeros frutos se dio en Chiloé. En Castro se establece una alianza estratégica con miembros de la comunidad chilota; y ellos crean una corporación, llamada Arcis-Patagonia, que reúne a la intelectualidad, a los académicos, pero también a los sectores civiles y de representación política. Hoy, a inicios del 2004, tenemos sedes en Magallanes (Punta Arenas), en Chiloé, en la Octava Región y en Valparaíso. Es claro, dadas las características de la educación superior en Chile, y sobre todo con la instalación de el mercado de la educación y las universidades privadas, éstas, y las universidades tradicionales, no habían dado cuenta de la realidad existente en las diversas regiones; sobre todo, pensando en los sectores más excluidos. Nuestra idea era generar centros de estudios superiores abiertos, justamente a esas franjas de la población. Pero, además, que éstas también ayudaran a un proceso de reflexión y de producción académica, teórica y de formación, en relación directa a lo que pasaba en regiones. Y así comenzamos a trabajar con distintos grupos para levantar estos proyectos, enmarcan en nuestro concepto de una universidad de carácter nacional; y un proyecto central y único. Era importante, entonces, que cada región se fuera entrelazando con los intereses y las necesidades propias, de tal forma de producir ahí un ensamble en lo que es la visión general, la visión de país, con la visión particular y las necesidades de cada una de las regiones; un ensamble armónico entre la visión nacional y la visión particular. - ¿Hay un desarrollo en ese proyecto, entre su visión crítica ane al discurso de la dictadura y los actuales objetivos transversales en su educación? Tiene que ver con lo que nosotros estamos pensando en lo que debería ser hoy día, o hacia donde deberíamos encaminar nuestros pasos como país, en cuanto a una mirada más abierta, distinta, capaz de integrar todo eso para hallar soluciones reales y profundas a los grandes problemas de nuestra sociedad. Tiene que ver con la insuficiencia del modelo político que nos hereda la dictadura y que, básicamente, no ha sido del todo transformado. - ¿Entonces ARCIS no sólo se plantea en el campo de la educación, sino también como referente en el proyecto de país? Por eso, nosotros tenemos que avanzar en el pensamiento y en la reflexión sobre cuál es el tipo de organización política en la sociedad que nos conviene. Pero también desde el punto de vista, no sólo de la integración, sino desde las diversas miradas que existen -es decir la diversidad - también tenemos nuestra concepción. En nuestro Ethos, la idea es construir una universidad que se construya desde sí misma, es decir, con la participación activa de los estamentos que la componen. De hecho, en nuestra estructura interna de gobierno y dirección, hemos rescatado, de alguna manera, mucho de los aspectos que inspiraron la reforma universitaria del año 68, Y que tiene que ver con la posibilidad de integrar activamente a los estudiantes, a los académicos, a los niveles ejecutivos y también a los funcionarios, a los diversos aspectos que hacen a la vida interna, en la resolución de los problemas de la universidad. En ese sentido, nosotros generamos también un modelo de participación, un modelo de universidad mucho más democrática y abierta. - ARCIS es, jurídicamente, una corporación privada, sin fines de lucro. Aquí tenemos un pequeño gran problema; pero que Arcis ha decidido a través de una política bastante clara. Podríamos adoptar la política de muchas universidades privadas. Y es que los aranceles suban año a año de una manera desmesurada. Y éste no se condice con nuestra mirada, de lo que debería hacerse para, efectivamente, democratizar el acceso a la educación superior. Nuestra decisión es que, en lo posible, los aranceles se mantengan y tiendan más bien a bajar. En la medida en que cada una de nuestras sedes, tanto en Santiago como en regiones, sean capaces de generar otros niveles de ingresos que vayan a suplir o agregar formas de financiamientos, esto no va a ser recargado en los aranceles. De hecho, nosotros somos una de las universidades privadas que tiene un sistema de beneficios y de becas a los estudiantes que se sustenta básicamente a partir de la solidaridad generada entre los propios estudiantes. Es decir, el fondo del dinero que se destinan a las becas, se extraen de los aranceles pagados por los estudiantes. El alumno que ingresa a ARCIS sabe desde ya que toda esta política que nosotros desarrollamos, es que quienes tienen más deben ayudar a quienes tienen menos. - Pero eso no ocurriría en lo estructural. Se supone que cada sede debe auto financiarse. Y Santiago tiene, también sus propias necesidades. ¿Por qué? Cada una de las sedes tiene sus propias necesidades. Pero también por el concepto de ser capaces de plantearnos proyectos de desarrollo que impliquen la resolución de todos los problemas que se generan. No porque ARCIS Santiago, ARCIS Central, carezca de recursos para resolver las demandas de desarrollo en las regiones; si no porque efectivamente el esfuerzo tiene que darse allí, para desarrollar estas unidades académicas. La idea es que seamos capaces de instalar alianzas estratégicas constantes con la comunidad regional, con las instituciones, con todos los sectores; para que éstas se vayan incorporando al proyecto universitario y lo asuman, como propio; un proyecto propio de la región. - Existe, aquí en la sede, una biblioteca que, en general, cubre, en una medida casi suficiente, las necesidades de los alumnos. Pero ésta se debe implementar. - ¿Qué carreras ofrece ARCIS para el año 2004? - Y el proceso de Admisión& ¿Continúa durante febrero? Carlos Zarricueta continúa trabajando sin interrupción. Con su equipo de colaboradores prepara el Primer Encuentro de Temporada, a desarrollarse en la sede de Lautaro Rosas y en la Biblioteca Severín entre el 21 y el 23 de este mes. Numerosos y conocidos personeros del mundo político, cultural y periodístico se darán cita para debatir sobre los temas de mayor actualidad. Bajo el lema Ideas, sueños y futuro, ARCIS Valparaíso se alza como un referente cultural de importancia en la Quinta Región del país.
A los interesados en colaborar con Biblioteca |
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