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Denuncia por maltratos policiales en Salem |
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Mi nombre es Alcides Giménez, de nacionalidad sueca 47 años y por este medio quiero realizar la siguiente denuncia: El sábado 6 de diciembre concurrí a la plaza de Salem junto con un amigo, persona ya mayor, a manifestar mi rechazo a la marcha que los nazis convocaban para ese día. Participé consciente de que no se puede permitir que impunemente grupos que representan lo más retrógrado del género humano, que su única bandera es la muerte, puedan marchar por las calles de Estocolmo. Participé en forma totalmente pacífica durante toda la manifestación. En el tiempo que duró esta medida se produjeron algunos problemas entre los manifestantes y la policía, pero que no fueron de gran importancia. Desde cierta prensa se ha magnificado el caracter de los enfrentamiento para justificar de este modo la actuación policial. Es más, de no haber existido la actitud arrogante y molesta por parte de los piquetes policiales, no se habrían producido esas escaramuzas. Esto es así, ya que a todas las personas que nos encontrábamos en la plaza ya se nos había controlado por parte de la policía, en la estación de trenes de Rönninge. Así la policia había descomisado, por ejemplo, las astas de las banderas y todo objeto que eventualmente los manifestantes pudieran utilizar como armas. En el transcurso de la manifestación se produjeron diversos choques puntuales entre la policía y manifestantes jóvenes, fundamentalmente. Ante ésto, es que junto con otras personas adultas decidimos mantenernos en la plaza a los efectos de que los jóvenes no quedaran solos, y para que no se repitieran situaciones que, por ejemplo, se dieron en el pasado en Gotemburgo. En determinado momento, al parecer por una orden superior, se procede a desalojar la plaza de Salem por parte de la policía. Ante esta situación es que con mi amigo y otras personas, entre ellos varios adultos, nos colocamos a un costado y comenzamos a retirarnos. Es entonces que siento un gran golpe desde atrás en la cabeza y posteriormente golpes en diversa partes del cuerpo, fundamentalmente en la parte de atrás de la rodilla izquierda. Como consecuencia de ello es que me traslado a la parte de enfrente de la plaza, donde se encuentra una terraza de un comercio. Comienzo a sentir un gran dolor en la cabeza y en la pierna. Trato de hablar con algunos de los policías, y les pregunto primero porqué fui agredido de esa forma, y además que necesitaba contactar un médico, sobre todo por el fuerte golpe en la cabeza. Los policías me responden que no hay ningún médico, a pesar que yo les señalo las ambulancias que estaban a sólo unos metros. En ese momento, uno de los manifestantes me indica que en una pizzería que se encuentra en esta plaza había personal médico. Cuando entro en la pizzería el espectáculo era realmente dantesco, un joven que se encontraba en una camilla desmayado, otra persona se encontraba acostada en el piso con la cabeza sangrante. Otros jóvenes con heridas en la cabeza o en el caso de una chica con heridas en ambas manos, etc. Es ahí donde me atiende un médico y me ponen una bolsa con hielo en la cabeza y me dice que no me mueva. Para mayor asombro mío, veo aparecer en forma bastante agresiva a tres o cuatro policías con sus cascos y escudos dentro de la pizzería. Después de una discusión con el personal médico se retiran. Posteriormente me trasladan en ambulancia junto a otras tres personas, hasta la emergencia del hospital de Södertälje. Recibo de inmediato tratamiento médico y la médica constata que presento conmoción cerebral y fuertes golpes en la rodilla y hombro izquierdo. Proceden a sacarme rayos X y me mantienen en observación en lo referente a la conmoción cerebral. Felizmente no tengo fractura en la rodilla, pero me indican que debo mantenerla inmovilizada con un vendaje y utilizar muletas por lo menos por espacio de dos semanas. Se procede a tomarme fotografías de las zonas afectadas, me recetan un medicamento para el dolor y me dan una licencia médica por una semana. Ya en el hospital realicé la correspondiente denuncia contra la policía, paradojalmente a la policía misma. El policía que me tomó la denuncia me informó que en los próximos días se iban a contactar conmigo, pero no lo ha hecho. En la denuncia pregunto: ¿Por qué fui golpeado por la policia cuando en ningún momento participé en hechos de violencia? ¿Por qué esa forma de golpear, desde atrás y con saña cuando en ningún momento utilicé forma alguna de resistencia? Por la médica del hospital de Södertälje me enteré que no le está permitido a la policia pegar en la cabeza. ¿Por qué también se me negó asistencia médica, cuando en ese momento la situación estaba controlada 100% por la policía y bastaba sólo con que hicieran una llamada por los medios de comunicación que tenían consigo? Estas son sólo algunas preguntas que la policía debe responder. No es posible que se acepte sin más que se pisoteen de esta forma los más elementales derechos del ser humano. Atentamente Alcides Giménez |
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