Las guerras emprendidas por la mafiacracia que gobierna en Estados Unidos, con un payaso trágico de mascarón de proa, han entrado en una fase de terrorismo puro como método para enfrentar la resistencia de los pueblos ocupados, de Afganistán e Irak. Las proclamadas victorias del presidente Bush disfrazado de guerrillero heroico, su no probada furtiva visita a las desmoralizadas tropas en Bagdad sirviendo un pavo que resultó de plástico a sus soldados, debidamente acreditadas como verdaderas por el poder mediático, no pueden cambiar la realidad. A dos años de la victoria sobre los talibanes, antiguos socios del imperio, que los armó y apoyó en su lucha contra la invasión soviética, los derrotados siguen vivos y activos mordiendo días tras día, las desmoralizadas tropas invasoras.

La libertad y el bienestar prometidos al castigado pueblo afgano brillan por su ausencia, pese a que el noticiero Aktuell, de la televisión estatal sueca proyectó recientemente un video, talvez proporcionado por la embajada de Amerika en Estocolmo, mostrando un partido de fútbol disputado por muchachas afganas, como testimonio de los progresos alcanzados. Bin Laden, cuya cabeza prometió solemnemente a su pueblo el patético Bush, se salvó de los masivos bombardeos, dicen que montado en una mula, y ahora estaría dando una mano a los iraquíes en su empresa de expulsar a los invasores.

La mafiacracia de la Casa Blanca reanuda los bombardeos contra el pueblo afgano y en dos incursiones consecutivas ha mandado al otro mundo a 15 niños en tandas de 9 y 6 respectivamente. La cruzada contra el terror lanzada al mundo después del 11-S, se ha convertido en terrorismo puro y duro en manos del invasor. En Irak han creado escuadrones de la muerte con mercenarios, porque no hay motivación patriótica posible entre las desmoralizadas tropas imperiales y sus aliados. El mismo método utilizado en América latina para combatir los movimientos de liberación, como complemento de las dictaduras militares.

Las empresas de la mafiacracia se frotan las manos ante el botín de la reconstrucción de Irak, anunciada por el Pentágono, de la que, Paul Wolfowitz, el cerebro de la guerra preventiva y la guerra imperialista, ha excluido expresamente a Francia, Alemania, Canadá y Rusia, por no haber apoyado suficientemente la guerra contra Irak. ¡Para que aprendan a no ser insumisos!, faltó agregar.

Falta saber si no se están apresurando a vender la piel del oso antes de haberlo cazado.