escribe Javier Claure C.
Mi Patria
nació como una vaca lechera
y todos vinieron a mamar sin piedad
unos llevaban arcabuces, espadas bendecidas
por sacerdotes trasnochados
otros llevaban maquinarias pesadas
y dale que dale al saqueo durante siglos
Mientras el pueblo
con el rostro ensangrentado
y silicosis en los pulmones
fue víctima de un llanto redondo
acción que aún circula
contra las agujas del reloj
Cada día huele a carbón quemado
y se oye decir:
primero fue el oro y la plata
después el salitre
luego vino el estaño
y todo se esfumó como la novia fantasma
que uno espera y nunca aparece
El gas y el petróleo
llegaron por añadidura
y se oye decir:
si vuelve el estaño
que vuelva sin golpes extranjeros
si vuelven al poder
que vuelvan sin uniformes verdosos
más bien así, como tarima vestida de humo
por si alguien quisiera matar
cada puesta de sol con bayonetas
Mi Patria
sumergida en los Heraldos Negros de Vallejo
la llevo en mi corazón
y cuando me observe el cirujano
que corte la imagen suspendida a la intemperie
criaturas que se recogen
bajo almohadas de cemento
y dragones que se escapan
como ratas de los dientes
En mi Patria
cuando se levantan los aymaras, quechuas y guaraníes
empieza la Tercera Guerra mundial
toda Bolivia es una bomba de cobalto
y en las orgullosas muchedumbres
surgen leones
dispuestos a morir antes de ser esclavos
Y esta caricia del mañana
se hace más fuerte cada día
el cóndor Mallku vuela enojado en la madrugada
para abrir los ojos de francotiradores
saldar cuentas con los culpables
romper la ley tributaria, la capitalización
que oculta hidrocarburos y minerales torcidos
como si fuesen cuadros felices de sus cuerpos
Nosotros ciudadanos de cuarta dimensión
decimos firmemente NO al neoliberalismo
y a las transnacionales
queremos compartir entre hermanos
los regalos que nos dio la pachamama
somos vulnerables
al vértigo de la existencia por definición
ferozmente inflamables al gas y al petróleo
y ardemos igual que volcanes en plena erupción
cuando nos quieren arrebatar el combustible
Señores derechistas del gobierno
que conjugan el verbo matar con frecuencia
sepan ustedes que los hidrocarburantes
pasan por las arterias de El Alto, Warisata y todas las ciudades
allí, donde existen amantes del pan y la verdad
Sepan además, que la mano izquierda
es más forzuda que la otra
De haber, hay
de estar, no está
y por eso nosotros: mineros, comerciantes,
transportistas, cocaleros, estudiantes y campesinos
enviamos mensajes rojos vía satélite
ponemos el puño en alto ante los vendepatrias
que aúllan promesas opuestas
perros sabuesos que acostumbran a escribir
en libros de hechiceros y concubinas
que se robaron las reservas del Estado
Pero a pesar de que mi Patria
se expone a peligros piratas
hay días en que la cebada
crece sin obstáculo
el oro y las piedras preciosas
brillan bajo el cielo turqueso del altiplano
los yacimientos de gas y petróleo
simulan una danza turbulenta en el hormigón armado
las balsas de totora
se balancean en el agua mansa
y la cantuta tricolor
flamea en la última contienda
Es el pueblo de mi Patria
que sirve de radio prendida
al discurso de Marcelo Quiroga
que enloquece a los tiranos del trono.
Javier Claure C., escritor y poeta boliviano residente en Estocolmo.
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