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La Conferencia de Donantes no cumplió su objetivo |
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El Secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, anunció orgulloso que la Conferencia de Donantes organizada en España para la reconstrucción de Irak había sido un éxito. Sin embargo, las "ayudas" anunciadas apenas cubren algo más de la mitad del monto estimado como necesario a invertir en los próximos cinco años, mientras que subrayó que el control del dinero permanecerá en manos de los Estados Unidos cuando hay denuncias de que unos 4 mil millones han "desaparecido" bajo la administración del administrador norteamericano en Bagdad, Paul Bremen. El resultado de la Conferencia de Madrid, que costó poco más de 4 millones de euros y movilizó a más de 5.000 agentes de seguridad, puede evaluarse de distinta manera. Previo a la reunión, se señaló que Irak necesitará unos 56 mil millones de dólares en los próximos cinco años para su reconstrucción. De este monto, se calculan que 35.600 millones deben destinarse para reconstruir infraestructura de sanidad, educación, creación de empleos, agricultura, riego, agua potable, electricidad y otros servicios. Mientras que otros 19.400 millones para la seguridad y la modernización de la industria petrolera. Sólo para el 2004 en las inversiones más apremiantes se requieren unos 9.500 millones de dólares. De estos 56 mil millones, Estados Unidos anunció que dispondría de 20.000 millones -pendientes todavía de la aprobación del Congreso, aunque no se especificó si el monto sería en donación o en préstamos. Tras la Conferencia, que reunió unos 1.200 delegados de 60 países y organizaciones internacionales los países participantes lograron reunir otros 14.000 millones, aunque muchos de ellos son préstamos o créditos para la compra de material en sus países y que después hay que pagar, lo que agrava la pesada deuda iraquí que algunos estiman puede llegar a los 300.000 millones de dólares. De todas maneras, donaciones, préstamos o créditos, todo está por verse. Antes hubo ejemplos de promesas rotas: los 5.000 millones de dólares que Estados Unidos creyó haber recaudado para Afganistán el año pasado nunca aparecieron del todo. La relatividad del "éxito" de la Conferencia estuvo evidenciada desde el inicio, cuando sólo se hicieron presentes 17 cancilleres de los 60 países participantes, y también fue evidente que la reunión era entendida como un reparto del botín, cuando concurrieron 332 representantes de empresas de 47 naciones. Cómo garantía iraquí para la devolución de préstamos o de beneficios para los inversores, estuvo presente la Conferencia Islámica que colabora en el gobierno de ocupación. La Conferencia tuvo más enunciados que planes concretos, ya que previamente no se sabía quien iba a administrar el dinero recaudado ni quien iba a decidir en que sectores se iba a invertir. Durante la reunión quedó claro que esos temas quedaban bajo la juridicción del Fondo para la Reconstrucción de Irak que creó y dirige Estados Unidos, sin ninguna participación de los iraquíes, que tendrá que pagar más tarde las cuentas. Así, la desconfianza de los voluntarios "ayudantes" se incrementó. Un empresario español deseoso de invertir en Irak, sostuvo en un diario de su país que, la torta para repartir en Irak era muy grande, pero que para tener un pedazo, "había que pasar por Washington". Donaciones y no préstamos Muchas de las "ayudas" anunciadas son, en definitiva, préstamos que el futuro gobierno iraquí deberá pagar. Esto, según analistas económicos, va a incrementar la deuda externa iraquí a niveles insoportables, que se debe sumar a los pagos ya comprometidos como "reparaciones" de la guerra de 1992, y que sumadas, se estima entre 250.000 y 300.000 millones de dólares. Agregar más préstamos a esta situación, sería como tratar de rellenar un agujero negro. Los reclamos de donaciones fueron desoídos por la mayoría de los gobiernos participantes. La Unión Europea, Japón y otros países, sólo hablaron de créditos, mientras las empresas buscaban colarse en los contratos manejados por ahora casi con exclusividad por las empresas norteamericanas. Por ejemplo, en la Conferencia no estuvo presente la empresa petrolera iraquí. Muchos sospechan que se deben a la exclusividad que los norteamericanos tienen sobre ese sector, otros en cambio estimaron que el sector petrolero será el que pagará las cuentas primero, y que sólo tiempo después se abrirá a la inversión privada extranjera. En la reunión, los emisarios iraquíes revelaron que en poco tiempo iniciaran las privatizaciones de al menos 18 empresas estatales. De todos modos existe desconfianza sobre este proceso, debido a la enorme ventaja que tienen las empresas norteamericanas para acceder a estos contratos. No se trata ya de los primeros contratos de la ocupación -que fueron a grupos económicos como Bechtel y Halliburton- sino de los más recientes. Hace pocos días la autoridad norteamericana en Irak concedió a tres empresas de Oriente Medio la puesta en marcha del futuro sistema de telefonía celular de Irak. Pareció un gesto destinado a enmendar excesos en el monopolio original de los negocios. No fue así: detrás de dos de esas firmas está Motorola, el gigante norteamericano de las comunicaciones. Los donantes A parte de los 20.000 millones que el Congreso de Estados Unidos debe aprobar a pedido de Bush, hasta el momento, Japón ha hecho la mayor promesa de ayuda. El ministro de Asuntos Exteriores japonés, Yoriko Kawaguchi, anunció un paquete de 5.000 millones de dólares, que incluye una contribución de 1.500 millones de dólares para el año 2004 y 3.500 millones de dólares en préstamos hasta el 2007. Arabia Saudita dijo que dará 500 millones de dólares en créditos de exportación y 500 millones en préstamos. Qatar dijo que donaría 100 millones de dólares. Kuwait ha comprometido 500 millones de ayuda. Francia y Alemania, que encabezaron la oposición a la más reciente guerra de Irak han sido exhortados a hacer una donación separada de la de 236 millones de dólares que ha hecho la Unión Europea, pero hasta siguen reclamando un cronograma concreto y breve para la el fin de la ocupación y una administración diferente a la norteamericana para administrar los fondos. Por otra parte, el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, dijo que su organización está preparada a ofrecer entre 3.000 y 5.000 millones de dólares, dependiendo de algunas condiciones, entre ellas seguridad en el país. Los informes han indicado que el dinero serían préstamos y no concesiones directas en efectivo, pero Wolfensohn no brindó precisiones. Los emisarios del gobierno provisorio iraquí, designado por EE.UU., se esforzaron en señalar que quienes "apoyen" a Irak serán recompensados, al tiempo amenazaron a quienes se oponen a la línea norteamericana. Ayad Allawi, quien representó al consejo gobernante de Irak , acusó a Francia y Alemania de ignorar a Irak, y afirmó que su gobierno lo tendrá en cuenta a la hora de hacer negocios. "Los iraquíes no olvidarán fácilmente que, en el momento de la necesidad, Francia y Alemania quisieron dejar a un lado a Irak". También añadió que "los países que ayuden a Irak ahora recibirán un trato distinto de los que vengan más adelante". Allawi, pretendió desbordar optimismo y dijo que el monto recaudado daría el "impulso inicial" para modernizar Irak y para "llegar a ser el Japón de Oriente Próximo" y "una democracia modélica que sea el orgullo de los árabes y musulmanes". Lástima que Japón lleva ya más de 10 años de recesión y no hay signos de recuperación. Paralelamente a la Conferencia de gobiernos, se reunieron unas 332 empresas que analizaron las posibilidades de inversión. Destacaron que el principal obstáculo para que las empresas vuelvan a poner el pie en Irak, después de una década de embargo, es el clima de inestabilidad política y económica, y la inseguridad, pese a los anuncios de apertura de mercado. Se anunció que en breve el Banco Central de Irak autorizará la apertura de cinco bancos, con un capital mínimo de 25.000 millones de dólares, que también pueden terminar en manos extranjeras. En la reunión se destacó que "las restricciones a la inversión extranjera son muy escasas" y se puso como ejemplo una ley aprobada el pasado mes de setiembre, por la cual se permite crear empresas en un 100% propiedad extranjera, con la única excepción, por ahora, del sector petrolero. |
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