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17-Octubre-2003

 

Cuba y Afganistán
Página de mendacidad

 

escribe Carlos Morales

En un artículo reciente, publicado por el International Herald Tribune, se hacía referencia a las razones políticas por las cuales el gobierno de Walker Bush está siempre tentado a mentirle a sus conciudadanos.

Según ese ensayo, junto a la escuela económica de Milton Friedman, que impuso el neoliberalismo y la teoría del derrame, se dio un apostolado político por parte de Leo Strauss, un filósofo alemán que hizo barra y que recomendó la mentira como una de las mejores armas políticas para engatuzar al ingenuo pueblo estadounidense.

En aquella alma mater de los Chicago boys, Leo Strauss fue maestro de los principales asesores del Partido Republicano, los cuales pasaron a formar parte de las administraciones de Ronald Reagan y Bush padre. Desaparecieron en la era Clinton y ahora reverdecen en la Casa Blanca de Walker Bush.

Resulta que el tal Leo, quien se declara discípulo de Maquiavelo, enseñó a toda esa dirigencia política que el pueblo norteamericano requiere frecuentemente de lo que llamó mentiras reconfortantes para fortalecerse en sus principios y descargar su adrenalina o disgusto contra el gobierno.

Según esa doctrina, el gran engaño del fraudulento rescate de la Sargento Jessica Lynch en Irak, a quien le montaron una parafernalia cinematográfica para convertirla en heroína sin que hubiera corrido mayor riesgo, no fue más que un endulzamiento mentiroso de la opinión pública que ya estaba harta de una guerra que se alargaba demasiado y traía dos bultos diarios cuando se había anunciado rápida, preventiva y terapeútica.

Casos similares se han visto muchos en los últimos 30 años, con guerra fría o sin ella, sólo que ahora sabemos con precisión de dónde vienen y en qué se inspiran.

Todo esto me lo trae a colación una página del periódico La Nación de Costa Rica (11-10-03), donde el presidente Bush asegura que endurecerá las sanciones contra Cuba, entre otras cosas porque ese país viola los derechos humanos.

La diatriba contra la isla tiene mucho de mentira, pues el nuevo Walker hablaba ante la gusanera de Miami y tiraba líneas para la reeleción del año entrante. Mucha gente sabe que por debajo de la mesa, Estados Unidos está vendiendo y comprando en Cuba, pues nadie cree allí que Fidel Castro sea una amenaza.

Pero los más curioso de la página citada es que, exactamente debajo del discurso de Bush y su foto junto a Collin Powell, aparecen una información y una foto en donde la Cruz Roja Internacional se lamenta del estado de vacío jurídico y humano en que se encuentran 600 prisioneros de la guerra de Afganistán, que Bush se niega a considerar presos políticos, a juzgar, a reconocer como seres humanos.

La foto de la prisión de Guantánamo (Cuba libre, diría Bush) exhibe a los presos en traje rojo fosforescente, puestos de rodillas ante la alambrada, sin futuro, sin esperanza, destruidos psicológicamente y dando fe de las ignominias y las mentiras criminales a que puede llegar el filibusterismo de estado norteamericano.

Para hacer tal cosa es que los Estados Unidos se niegan a reconocer la Corte Penal Internacional y aun así se abanican de ser los protectores del mundo y los salvaguardas de los derechos humanos y la libertad.

Bendita sea esta página de mendacidad.



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