escribe Cándido

El pasado jueves 9 del mes en curso, los telespectadores del noticiero Aktuell de las 21 horas, tuvimos un testimonio más del papel nefasto para la democracia que puede significar la manipulación y falta de objetividad de la información. La noticia cantada de ese día era un atentado suicida perpetrado por la resistencia iraquí contra las fuerzas invasoras frente a un hotel de la capital, que había causado la muerte de 10 personas y decenas de heridos. Por más que el hecho había ocurrido por la mañana y se había trasmitido por diversos medios nacionales y extranjeros, es obvio que todo lo que ocurre en Irak tiene especial relevancia, tanto para los iraquíes y las potencias ocupantes, como para la región, ya de por sí explosiva, y obviamente para todo el escenario internacional. La noticia fue subestimada, hay que suponer que deliberadamente porque ese periodista es un veterano de la información, al punto que fue mencionada en un corto al mismo nivel que una información de relleno.

En cambio nos dedicó casi 10 minutos a la entrevista que el corresponsal de la STV enviado a La Habana realizó a un grupo de señoras que dijeron ser esposas o compañeras de los disidentes encarcelados recientemente y de los terroristas fusilados por el intento de secuestrar a mano armada una embarcación de pasajeros para huir a Estados Unidos. La libertad con que se realizan las entrevistas, al parecer en plena calle y la calificación de el mayor asesino del mundo aplicada a Fidel Castro por algunas de las disidentes con rostro y nombre ante las cámaras, pone en tela de juicio la terrible persecución de la dictadura castrista que nos describen diariamente esos medios. El reportaje, traído de los pelos porque había sido ampliamente publicitado en su momento y en varias oportunidades posteriores, se emitía, curiosa coincidencia, un par de días antes de que el inefable presidente de América, chantajeado por el lobby mafioso cubano de la Fundación Hispano Americana, de cara a las presidenciales próximas, anunciara el endurecimiento de las medidas para acabar con Castro. (Seguramente ignora que 10 presidentes anteriores intentaron lo mismo).

No es pecar de suspicacia exagerada ni de paranoia conspirativa, el pensar que alguien huele mal en el reino de STV. Hace un tiempo se comprobó, por los archivos de la policía, que había en la TV periodistas encargados de espiar y delatar a compañeros sospechosos de comunistas. La dirección del organismo se negó a proporcionar los nombres de los espías. Talvez sería conveniente que alguien asumiera la tarea de investigar si hay alguien conectado o contratado por alguna embajada o servicios extranjeros para manipular la información en beneficio de alguna potencia extranjera. Hay muchos periodistas honestos en la STV que injustamente son víctimas de la falta creciente de credibilidad. No debe haber impunidad contra un delito grave contra la sociedad como es la del engaño en su derecho a saber lo que ocurre. Lástima que el corresponsal no se desplazó hasta Guantánamo que está allí cerquita ya que forma parte del territorio de Cuba, para entrevistar a los más de 600 encarcelados sin causa aparente, un compatriota sueco entre ellos, en condiciones tan inhumanas que ha conducido a varios intentos de suicidios. También una vueltita por los demás países de la región le hubiera servido para comprobar, si fuera honesto claro, que aun en medio de su pobreza, bloqueo, ataques terroristas, Cuba sigue siendo un paraíso comparado con la degradante miseria moral y material que experimentan los niños y la mayoría de la población en El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y otras `democracias que gozan del apoyo de Estados Unidos, y de la Unión Europea cuyos líderes se han subordinado a la estrategia de Aznar para hostigar a Cuba.