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En Punta Arenas se celebra el congreso de escritores la Espada Encendida |
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escribe Juan Cameron La Sociedad de Escritores de Magallanes (SEM), filial de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), organizó el Encuentro de Poesía La Espada Encendida, entre el 11 y el 13 de septiembre, en la ciudad de Punta Arenas. En la actividad, llevada a cabo en la Universidad ARCIS, hubo lectura e intercambio de opiniones, y contó con la participación de poetas invitados de distintas zonas del país. Para muchos se trataba de la primera visita a Punta Arenas, una de las capitales más australes del mundo, ubicada en el costado poniente del Estrecho de Magallanes. En esta ciudad, donde Gabriela Mistral ejerciera el magisterio alrededor de 1928, tuvo lugar este encuentro literario que, a la vez, constituyó un acto de recuerdo y homenaje a los caídos en septiembre del 73, a treinta años del asalto al poder y del inicio del oscurantismo en Chile. Autores de variadas promociones, tendencias y niveles estéticos participaron en las lecturas públicas. La jornada se inició el jueves 11 de septiembre con la charla Discurso utópico y apocalíptico en La Espada Encendida de Pablo Neruda, del poeta y profesor Oscar Galindo, de Chiloé. Galindo, nacido en Achao en 1961, ejerce la docencia en la Universidad Austral de Chile, en Valdivia, y ha publicado, entre diversos trabajos del género, la antología Poetas Actuales del Sur de Chile (1993). En la misma jornada se presentó a los poetas Manuel Silva Acevedo (1942) y Floridor Pérez (1937). Silva hizo un amplio recorrido por su obra, desde Lobos y Ovejas hasta El Día Quinto, en tanto que Pérez leyó textos de Cartas de Prisionero, en referencia a su período de prisión en la Isla Quiriquina, iniciado al día siguiente del golpe de Estado. El viernes 12 hubo dos grupos importantes de lectura. El primero correspondió a los novísimos poetas de la zona, varios de ellos estudiantes secundarios, quienes luego iniciaron un pequeño taller a cargo de Floridor Pérez. En el segundo grupo estaban presentes Tomás Harris (1956), Rosabetty Muñoz (1960), Jaime Luis Huenún (1967), Raúl Mellado (1934), Antonia Torres (1975), Pavela Copolla (1963), Pedro Paredes (1951), Cristián Vila (1955) y otros. Huenún leyó los celebrados textos de Puerto Trakl y Pavela Coppola, poemas de su reciente libro, La buscadora, editado por Mosquito Comunicaciones. Como un aporte a lo regional y a la nación patagónica se considera el trabajo de Paredes, escritor de Puerto Natales, cuya Municipalidad le editara el año recién pasado, su Inscripción Emocional del Fiordo Patagónico, un poemario de gran tamaño y 250 páginas ilustrado con numerosas fotografías a colores. Por su parte Cristián Vila Riquelme, uno de los escritores más respetados y productivos de la Región de Valparaíso, hizo mención a su reciente novela, De bufones, poetas y arlequines, entregada hacia fines del año anterior por Bravo y Allende Editores, trabajo que presentará luego en distintas localidades del país. El encuentro culminó el sábado por la tarde con la lectura de Teresa Calderón (1955), Damsi Figueroa (1976), Oscar Galindo, Paz Molina (1945), Alejandro Lavquén, Christian Formoso (1971) y Daniela Pizarro (1982). La lectura, con las contribuciones de Figueroa, Pizarro y Formoso, dio muestra del alto nivel y desarrollo estético alcanzado por las más recientes promociones en el país. Este último entregó su reciente Estaciones cercanas al sueño, bajo el sello de ediciones Universidad de Magallanes, volumen que incluye la segunda edición de Los coros desterrados (2000). Éstos encuentros aportan al desarrollo del género de diversas maneras. Y de allí que el aporte estatal sea siempre necesario y bien recibido. Por un lado se fortalece el vínculo entre el autor y el lector, grupo integrado por jóvenes estudiantes y aficionados al arte; y por otro, la relación entre los pares y el intercambio de materiales y trabajos, permite su difusión de éstos en sus diversas áreas de influencia y de enseñanza. Al tiempo de vincular las obras de las promociones emergentes y la de los exponentes mayores, en un intercambio provechoso y enriquecedor. El esfuerzo de la SEM, a través de los mencionados organizadores y de un preocupado equipo de colaboradores, se materializó en la magnífica atención recibida cada uno de los participantes en este particular encuentro en el sur del mundo. |
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