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19-Setiembre-2003

 

Aplastante rechazo al euro

 

El 56,1% de los electores rechazó la propuesta de abandonar la corona e integrar a Suecia al sistema de moneda única europea. El 41,8% votó por SI, mientras sólo se registraron 2,1% de votos en blancos, en un referéndum en el que participó algo más del 80% de los habilitados para votar.

El primer ministro Göran Persson reconoció la derrota sosteniendo que el triunfo del NO había sido abrumador, y que eso "hacía más fácil obedecer el mandato popular". El ministro socialdemócrata había sostenido que este era un tema de trascedental importancia para Suecia, y no ocultó su decepción por el resultado. Poco después adelantó que presentaría propuestas para incentivar la economía, entre las que se encuentra la rebaja impositiva para determinadas empresas.

Pese a los pronósticos oficiales sobre las consecuencias del triunfo del NO, el valor de la corona se mantuvo casi sin variaciones, y la Bolsa de Valores registró una pequeña ganancia después del plebicito. "El Mercado financiero reaccionó con mucha calma", explicó un analista económico, y consideró que el triunfo del NO estaba previsto por los inversores.

El primer ministro, lamentó que el referéndum se hubiera realizado al mismo tiempo que Alemania yFrancia presentan problemas con su déficit fiscal, lo que contradice los acuerdos de la Unión Europea. Este conflicto dentro de la UE, según Persson, permitió a los partidarios del NO insistir en que el euro era un proyecto dañino. "Pudimos haber tenido el refrendum en otro momento. Varios países grandes están en profunda crisis mientras que la economía de Suecia está mejor que la de muchos países europeos", afirmó el primer ministro. "En esta situación era difícil convencer a los votantes para cambiar la corona por el euro".

El primer ministro sostuvo que a largo plazo la economía se verá afectada. "El pueblo sueco debe saber ésto", dijo.

Por otra parte señaló que mantendrá su promesa de no volver a realizar la consulta sobre el euro hasta después del 2010. "Ni en lo que resta de este mandato, ni durante el próximo, volveremos a convocar a un plebiscito sobre el euro".

Sin embargo, el futuro líder del Partido Conservador, Fredrik Reinfelt, sostuvo que una nueva convocatoria se puede volver a realizar después del 2006.

Persson no descartó una reorganización del gabinete en los próximos días (debe designar a la sucesora de la ministra asesinada, Anna Lindh), pero descartó otorgar más protagonismo a sus aliados parlamentarios, el Partido de Izquierda y del Medio Ambiente, impulsores del NO.

La líder del Partido de Izquierda, Ulla Hoffmann, sostuvo que el triunfo del NO fue "una victoria para la democracia" y reclamó que Suecia comience a negociar con la Unión Europea, un status de excepción en la llamada Tercera Etapa del proceso de integración, tal como ya lo han obtenido Dinamarca Noruega y Gran Bretaña. Persson, rechazó esa propuesta, sosteniendo que no hay ninguna razón para plantear este tema.

También fue claro en rechazar las exigencias de renuncia o convocatoria a elecciones anticipadas, por su responsabilidad personal en la conducción de la campaña del SI, como han planteado los líderes del bloque burgués. Persson sostuvo que eran malos perdedores, y les recordó que ellos también fueron derrotados en el referéndum.

Los voceros del NO destacaron también que el resultado electoral es un mensaje para la Unión Europea, en el sentido de democratizar las instituciones comunitarias, en especial el Banco Central con sede en Francfort. El mecanismo de decisión y el secreto por 30 años de las resoluciones de esa institución, es fuertemente criticado por los partidarios del NO.

¿Nueva coalición?

Mientras que el primer ministro rechazaba el reclamo de los partidos de Izquierda y Medio Ambiente de mayor participación en los temas europeos, tendía un puente al reclamo de los líderes del Partido Moderado y Liberal (en la oposición pero socios en la campaña por el SI) para una futura colaboración.

El líder moderado Bo Lundgren reclamó la constitución de un pacto del gobierno socialdemócrata con los partidos del llamado bloque burgués. Sostuvo que el triunfo del NO hace necesaria esa colaboración para frenar la posible influencia de los partidos de Izquierda y Medio Ambiente, crecidos con el resultado electoral. Añadió que además le sera dificil a Persson contrarrestar la influencia de los sectores de izquierda de su propio partido, también crecidos en su respaldo al NO. "Estoy dispuesto a discutir con el gobierno, un paquete de medidas para el crecimiento económico y para mejorar la situación de las empresas", subrayó.

Persson no descartó la propuesta, pero anunció que en breve dará a conocer una batería de medidas que apunten al crecimiento económico. Sobre la propuesta de Lundgren, dijo que estaba dispuesto a una discusión amplia y por encima de la fronteras de partidos y coaliciones.

Mientras tanto, los grupos empresariales exigieron del gobierno compensaciones por la "derrota". Según los empresarios, la permanencia de Suecia fuera del sistema perjudica a las empresas. El presidente del directorio de la empresa Ericcson, Michael Treschow, sostuvo que "debemos encontrar otras cosas que compensen los aspectos negativos que tendrá el resultado del referéndum".

"A corto plazo no habrá grandes repercursiones, pero en el futuro se verán consecuencias negativas, por lo que tendremos que revisar nuestros planes de inversion", sostuvo por su parte el presidente del consorcio forestal SCA.

El presidente de Electrolux, Hans Stråberg, aceptó también que no habrá efectos negativos a corto plazo, pero igual insistió en que el gobierno debe otorgar compensaciones a las empresas. "La moneda única nos hubiera dado más comercio, más crecimiento y un mayor crecimiento económico. Si no tenemos esto, debemos tener ayuda para el crecimiento económico", concluyó.

Si bien no se menciona que tipo de "ayudas", las empresas han insistido en la necesidad de reducir los impuestos y los aportes sociales al seguro de desempleo y a la salud.

Sin cambios en el euro

Por su parte, la Comisión Europea ha asegurado que "toma nota de la decisión del pueblo sueco" y confía en que el Gobierno sueco sabrá elegir "el camino para mantener el proyecto del euro vivo en Suecia".

"Creemos firmemente que el euro, nuestra moneda, ha llevado y continuará llevando ventajas a la economía de la zona euro", asegura en un comunicado.

Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, lamentó que Suecia no se incorpore al "grupo de vanguardia, de líderes" de la zona euro y quiso minimizar la victoria del 'no' en el referéndum, ya que la decisión de los suecos "no cambia nada" en la estabilidad del euro.

Algunos analistas piensan que lo que sucedió en Suecia podría influir en los británicos. El Reino Unido también tiene contemplado realizar un referendo para decidir si adopta el euro, aunque el gobierno de Tony Blair aún no ha fijado una fecha para la consulta.

Por otra parte, disminuye la posibilidad de que se realice otra votación en Dinamarca que rechazó la moneda hace tres años.

Desconfianza de las promesas

Más de 81% de los habilitados para votar, participaron de la consulta popular, registrando uno de los mayores índices en este tipo de consultas. Sólo fue superada esta participación en el referéndum para el ingreso a la UE en 1994.

Según las encuestas posteriores, sólo los partidos que respaldaron al NO (de Izquierda, Medio Ambiente y del Centro) lograron un mayoritario respaldo de sus partidarios. Significativa fue la deserción de los votantes del Partido Socialdemócrata. En especial, dentro de la central sindical socialdemócrata LO. El 65% de sus miembros votó por NO, contra la postura oficial del partido y de los principales dirigentes gremiales. De los miembros de la LO que votaron NO, priorizaron en su voto la democracia (68%), soberanía e independencia (65%) y la posibilidad del país de manejar la tasa de interés )(64%).

Por otra parte, se descata la alta participación de jóvenes y mujeres en la votación del NO. Se considera que la experiencia de otros países que ingresaron al euro, contribuyó a esa decisión, en especial, ante el temor de suba de precios, mayor desocupación y recorte presupuestal en áreas sociales.

En ese sentido se recordó que durante el plebiscito por el ingreso a la Unión Europea se prometía mayor empleo, baja de la tasa de interés y mejor nivel de vida. Todas promesas que no fueron satisfechas.

Entre los desocupados y quienes concurren a cursos de recapacitación laboral, el 65% rechazó el ingreso al euro, mientras que el 60% de los propietarios de empresas y empleados en cargos gerenciales, votó por SI.

Los analistas señalan también una alta desconfianza a los políticos en general en el voto contrario a la propuesta del sistema político tradicional.



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