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29-Agosto-2003

 

Algo más que abandonar la corona
Suecia define su ingreso
a la moneda única europea

 

escribe Ricardo Daher

En las últimas semanas de agosto, el gobierno, el bloque de los llamados "partidos burgueses" y las cámaras empresariales, emprendieron una fuerte ofensiva en la defensa del voto al SI, que el próximo 14 de setiembre decidirá si Suecia se incorpora al sistema de moneda única europea. Es decir, si abandona la corona para adoptar el euro, y si traslada las decisiones sobre sus finanzas al Banco Central Europeo.

Esta ofensiva respaldada en una multimillonaria inversión, comenzó a dar sus frutos, y las encuestas muestran que la ventaja del NO se ha reducido cuando sólo faltan tres semanas para el referéndum. Asimismo, el primer ministro, Göran Persson ha logrado acallar las voces públicas de los miembros de su gabinete que se oponen al euro, y en gran medida ha neutralizado a los sectores de su partido que también se manifestaban por el NO en el próximo referéndum. La central sindical socialdemócrata eludió dar una respuesta pública, y con la presión del gobierno, varios líderes sindicalistas han proclamado su apoyo al euro.

Las cámaras empresariales que entienden que con la incorporación a la moneda única se flexibiliza el mercado laboral, han invertido grandes cantidades de dinero en campañas publicitarias incluso dentro de los centros laborales.

El debate sobre las ventajas y desventajas del euro en Suecia ha traspado a todos los partidos políticos. Hay partidarios de una u otra opción en la derecha y la izquierda, aunque mayoritariamente los sectores de izquierda se han manifestado por el NO. Así, el debate que recién comenzó a desarrollarse a fines de agosto, ha deparado la sorpresa de ver a los actuales opositores al gobierno, criticando la política económica para asegurar que será mejor con el euro, y a su lado al gobierno, asegurando que la política económica es la correcta y que el euro la fortalecerá.

De todas maneras, y pese a la trascendencia de la votación, la mayoría de la población reconoce que existe poca información, y se acentúa más dentro de los inmigrantes ya que tampoco existe información sobre sus derechos a participar en el referendum.

En la votación del próximo 14 de setiembre pueden participar todos los ciudadanos mayores de 18 años, los ciudadanos de la Unión Europea con residencia en Suecia, y todos los inmigrantes legales de otros países con más de tres años de residencia, es decir la misma exigencia que para votar en las elecciones comunales.

El Banco Central de Suecia pasará a ser sólo una sucursal

De aprobarse el ingreso de Suecia al sistema de moneda única, el actual Banco Central de Suecia pasará a ser una sucursal del Banco Central Europeo, y tendrá como cometido aplicar en el país los lineamientos aprobados en la sede central de Francfort, Alemania.

Mantendrá la responsabilidad de la emisión de moneda en el país, siempre siguiendo las pautas del BCE, y tendrá la obligación de enviar al mismo una parte de sus reservas de divisas.

El BCE es dirigido por un Directorio de seis miembros, que tiene el cometido de implementar las políticas monetarias aprobadas en el Consejo, organismo integrado por los seis directores y los presidentes de los 12 bancos centrales de los países integrantes de la Unión Europea que se encuentren en la llamada Tercera Etapa de la integración.

Además, los bancos centrales nacionales deberán ser independientes del gobierno de cada país, y no podrán presentar propuestas nacionales ni trasmitir los puntos de vista de sus gobiernos en el Consejo.

La Tercera Etapa que comienza con la adopción del euro, también implica otras obligaciones económico-financieras para el país. La segunda Etapa, previa al euro, requería que cada país debería tener una inflación no superior al 1,5% del promedio de los tres países con inflación más baja. Su moneda tendría que haber estado estable frente al euro en los últimos dos años. El sector estatal, (comunas y gobierno central) no puede tener una deuda mayor al 60% del Producto Nacional Bruto, y el déficit fiscal no puede ser nunca superior al 3% del mismo.

La mayor tasa de interés tampoco puede superior en más de 2 puntos, del la tasa de inflación promedio de los tres países con inflación más baja. El incumplimiento de estas condiciones acarrea sanciones económicas que pueden ir desde el 02 al 05% del Producto Nacional Bruto.

Argumentos de las campañas

El principal argumento por el SI es que se debe continuar con el proceso de integración, y que la incorporación al sistema monetario del euro es una oportunidad para no perder influencia dentro de la Unión Europea, lograr bajas las tasas de interés, abrir más el mercado sueco para los inversores e incrementar el comercio regional, y como consecuencia aumentar el empleo. También se sostiene que integrar el sistema único monetario permite una mayor colaboración y aumentan las condiciones para una existencia pacífica dentro de Europa.

Las ventajas económicas inmediatas, según los defensores del SI, es una baja de la tasas de interés para préstamos inmobiliarios. Un argumento de mucho peso para una sociedad que invierte mucho en préstamos inmobiliarios.

Los opositores destacan que esa relativa baja en la tasa de interés será absorvida por la inflación en los productos de consumo básico.

En cuanto al aumento de las inversiones extranjeras, la posibilidad fue rápidamente minimizada por una encuesta realizada por la agencia oficial TT sobre las expectativas de inversión de las empresas extranjeras que ya están radicadas en Suecia. Según este informe, divulgado a mediados de julio, las empresas no planean un aumento de las inversiones si Suecia se integra al euro. La mayoría de las empresas respondió que la decisión no era relevante para sus planes de inversión.

Los partidarios del SI sostienen que la unidad monetaria aumentará el comercio ya que será más barato importar debido a que se evita el costo financiero del cambio de moneda. Este mayor incremento comercial provocaría mayor competencia y por ende una reducción de precios, en especial al tener el consumidor posibilidades de comparar.

Este argumento es respondido por los partidarios del NO, destacando que nada asegura ese mayor comercio y competencia, y que los precios no dependen de una moneda común, ya que incluso dentro de un mismo país, y por ejemplo ahora en Suecia, hay diferencias de hasta un 10 por ciento en precios de un mismo artículo en ciudades distantes a menos de 300 km.

Por otra parte, el argumento de continuar con el proceso de integración es resistido hasta por sectores de los llamados "partidos burgueses" que sostienen que la Unión Europea es una asociación de naciones independientes, y no debe convertirse en los "Estados Unidos de Europa". Un objetivo que es manejado por algunos grupos influyentes en el continente. Por ejemplo el diario "El Mundo" de España, vinculado al Partido Popular del presidente José María Aznar, ha iniciado una encuesta consultando a sus lectores si la Unión Europea debería llamarse "Estados Unidos de Europa". Algunos se han atrevido a señalar que la creación de los "Estados Unidos de Europa" era un objetivo del dictador alemán Adolf Hitler. De allí también que algunos grupos de derecha ultraradicales se opongan al euro desde una posición nacionalista.

Por otra parte, la incorporación de Suecia al euro también ha recibido el respaldo de algunos sectores de la izquierda que sostienen que la fortaleza de Europa y el euro le hace competencia al dolar y al hegemonismo de los Estados Unidos de América. Sectores de centro derecha sostienen que la unidad monetaria fortalecerá Europa y ello permitirá balancear la influencia de EE.UU. y permitirá cooperar con mayor influencia en los asuntos mundiales. Estos sectores de la izquierda manejan el argumento de que una Europa fuerte significará un freno a las pretenciones norteamericanas y se podrá influir positivamente en los conflictos mundiales y en aplicar políticas para reducir el hambre en el mundo.

"Votar por el euro es votar por la paz", es otro de los argumentos preferidos por los partidarios del SI. La mayor colaboración entre las naciones europeas que comparten la moneda única facilitará la resolución de los temas conflictivos y por ende fortalecerá la paz en el continente.

Este razonamiento es contrastado por los partidarios del NO. En primer lugar sostienen que nada tiene que ver la paz con el euro. La paz en el continente no se garantiza con una moneda única, sino fortaleciendo las democracias y mejorando el nivel de vida de los ciudadanos, sostienen. Recuerdan que de 28 conflictos armadas en el mundo, 25 de ellos se desarrollan en zonas con monedas comunes.

Asimismo subrayan que la ampliación de la zona del euro, más que fortalecer la paz puede provocar nuevas fricciones entre las naciones. El Banco Central Europeo lleva adelante una política monetaria común para países con diferentes desarrollos y con diferentes necesidades monetarias, lo que más que aliviar tensiones las puede aumentar.

Pedro Schwartz, Profesor de laUniversidad Autónoma de Madrid, España y Académico Asociado del Cato Institute y experto en Pensiones, Política Monetaria y la Unión Europea, destacó que existe el temor de que el euro sea un instrumento de centralización política, una bandera para el nacionalismo europeo. "La unión monetaria puede acabar en una pelea entre sus miembros, en el enfrentamiento con Estados Unidos y en la disolución de viejos estados nación, lo que a algunos nos alarma", escribió el catedrático.

Los defensores del SI también apuntan a la falta de influencia del país en las decisiones económicas de la Unión Europea si no se ingresa a la unión monetaria. Permaneciendo fuera del euro sería dar una señal de que no se quiere participar en la discusión y resolución de los conflictos, agregan.

El primer ministro sueco, Göran Persson agregó a este argumento que Suecia no ha sido neutral desde el siglo XIX, y que en la segunda guerra mundial, la actitud de Suecia estuvo lejos de ser neutral al permitir el transporte por su territorio, de equipos y tropas alemanas.
Euro atenta contra la soberanía

Lars Wohlin, doctor en Economía, ex presidente del Banco Central de Suecia (1979-1982), profesor de la Universidad de Uppsala, considera que la adopción del euro como moneda única, es un paso a la creación de los Estados Unidos de Europa, donde la Unión Europea dejará de ser una cooperación entre naciones independientes.

Wohlin sostiene que para que una nación pueda desarrollar una política económica independiente, se necesitan tres herramientas: un presupuesto estatal, una moneda propia y la posibilidad de manejar las tasas de interés. "Si se eliminan dos de estos tres pilares, lo que sucederá de aprobarse la adopción del euro, no habrá posibilidad de desarrollar una política económica propia".

El ex presidente del Banco Central sueco, destaca que cuando un gobierno no puede manejar el valor de la moneda para incentivar la economía, "la reducción de los salarios pasa a ser una alternativa realista". Esta reducción, apuesta, puede estar en el entorno del 10 por ciento.

La incorporación de Suecia al sistema del euro, también tendría consecuencias sobre el sistema tributario, ya que se intentará llegar a una sistema único en la Unión Europea, y ello afectará el presupuesto estatal y puede obligar a subas de impuestos para compensar el déficit, y a bajar el gasto en la asistencia social y las compensaciones de desempleo.

Wohlin explica que hasta mediados de la década de los 80, Suecia mantenía una política monetaria de fijar el valor de la corona, con efectos inflacionarios que provocaba tensión con los sindicatos que querían mantener los salarios a la par. Después de 1985 se resolvió dejar flotar la corona, y ello permitió controlar la inflación y se redujo la tensión sindical. Al incorporar el euro, sostiene Wholin, y fijar el valor de la moneda, se volvería la situación de los 80.

Destaca además que si se abandona la posibilidad de manejar las tasas de interés, lo que sucedería al ingresar al euro, se pierde una herramienta para impulsar la producción, y queda como única alternativa de influencia, el aumento de los impuestos y la baja de salarios. En este sentido destaca el ejemplo de la crisis en Alemania. Según el economista, Alemania se incorporó al euro cuando tenía un marco sobrevaluado, lo que ha dificultado sus posibilidades de competir, en especial desde la baja del dólar y la suba del euro. Si Alemania se hubiera mantenido fuera del euro, tendría más posibilidades de manejar la crisis, subraya.

Por otra parte, Wohlin sostiene que el centro financiero de Europa sigue estando en Londres, fuera de la zona del euro, y que la incorporación de Suecia a la moneda única, tendrá como consecuencia la pérdida de soberanía.

Tor Nitzelius, abogado laboralista y asesor de sindicatos, destaca que una de las consecuencias de la incorporación del euro, es el abandono de los convenios colectivos, donde ni el parlamento ni el gobierno pueden mediar en los reclamos salariales ni en el diseño de políticas monetarias. Destaca que especialmente en esta coyuntura de un dólar bajo en relación al euro, donde la competividad de las empresas europeas disminuye, al perder los gobiernos la alternativa de modificar el tipo de cambio para incrementar las exportaciones, "la alternativa es bajar los costos, en especial los salarios y los beneficios sociales" además de un descenso de las condiciones laborales.

Primer impacto: suba de precios

Sandro, propietario de un restaurante en Génova, Italia, recuerda que en los primeros seis meses de la introducción del euro, la clientela cayó a más de la mitad, y que recién en las vacaciones de verano, comenzaron a repuntar las ventas.

La caída del consumo en cafeterías y restaurantes fue especialmente marcada en los primeros meses del año, al tiempo que los precios de los productos de consumo cotidiano tuvieron un aumento significativo, en algunos casos, en más de 50%.

Luciano, vendedor de motocicletas de Bologna, Italia, también destaca que los precios han subido y el poder de compra ha disminuido, lo mismo opina Elisabetta, una abogada de Turín: "Todo ha resultado mucho más caro".

Un comerciante irlandés, sostiene que la adopción del euro fue positiva, aunque reconoce que los precios de los productos de consumo cotidiano subieron. En Grecia, la suba de precios -estimada entre un 20 y 30%- ha provocado protestas callejeras y reclamos contra el euro.

Como consecuencia del llamado "redondeo" de los precios en el pasaje al euro, muchos productos subieron de precio drásticamente. Prácticamente no se presentó un solo caso de "redondeo" hacia abajo de los precios.

El mismo panorama se repitió en Finlandia, Grecia, Irlanda, Francia y España. Todos los precios de los productos de consumo básico subieron, y la baja de la tasa de interés de los créditos bancarios apenas compensaron a nivel macroeconómico esa suba de precios, permitiendo presentar un índice de inflación estable. Un índice engañoso, ya que para los que invierten la mayor parte de sus ingresos en el consumo, la inflación fue mayor.

La suba de los productos básicos fue también apreciada por los turistas suecos en España que comenzaron a buscar alternativas más baratas para sus vacaciones.

La experiencia europea, en el pasado año cuando se introdujo el euro, indica que los precios de los productos de consumo básico subieron en todos los países, independiente de las medidas adoptadas por los gobiernos para impedirlo. Doble marcado de precios, compromiso de no subir, etc. El Eurobarómetro, una estructura de la Comisión Europea, realizó una encuesta en los doce países que adoptaron el euro a comienzos del 2002. Entre los ciudadanos de esos países está muy extendida la convicción de que la moneda única ha provocado aumentos de precios: un 84,4% del total de los interrogados, con los máximos porcentajes en Holanda, con un 93,6%, e Italia, con el 90,5%. Wim Duisenberg, presidente del Banco Central Europeo, concluyó el año 2002 con la afirmación de que "el euro ha recalentado la inflación".

En España, en el primer año del euro, los precios subieron entre un 11 y un 28%, un incremento como no se había visto desde el inicio de la Guerra Civil en 1936, según algunos analistas.



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