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Persson busca dorar la píldora |
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En el desesperado afán por convencer a la ciudadanía de que la panacea para todos los males estaría al alcance de la mano de los suecos si la mayoría decide el ingreso a la unidad monetaria europea, Göran Persson caricaturiza una vez más el alcance de esa eventualidad agitando promesas sin sustento que las avale. No obstante los denodados esfuerzos del ministro por hacernos ver los brillos del futuro promisorio que la incorporación al Euro nos proporcionaría, su monserga carece de capacidad o argumentos para borrar de la memoria la realidad concreta y a la vista que hoy ostentan la mayoría de los países cuya situación él intenta alcanzar. Una simple mirada a las estadísticas dan cuenta de los altos índices de desocupación que sufren sociedades de los países que han elegido la alternativa comunitaria a la que Persson quiere arrastrar a Suecia. Grecia padece, por ejemplo un 10% aunque no alcanza la elevada cifra del 11,4% ha que ha llegado España, mientras Italia y Finlandia con 9,1% superan en poco a Francia con su 8,9%. En ese entorno de una membresía comunitaria que tampoco muestra índices de crecimiento envidiables, como se supone a que podría aspirarse con un apoyo al SI, según las afirmaciones de Persson y sus seguidores, la actualidad de Suecia con su política monetaria independiente mantiene un índice de desocupación del 4% y un nivel de inflación del 2,4% menor al de España, Portugal, Holanda, Italia, Irlanda y Grecia, por ejemplo. Esas son cifras que confirman claramente las dificultades para dar soluciones uniformizadas a realidades tan diferentes y hasta dispares a veces en ciertos puntos. Países con características tan particulares y diferenciadas en órdenes que van desde los hábitos que hacen a las propias identidades - y por ende las necesidades intrínsecas para su sobrevivencia- hasta las singularidades geográficas y sus capacidades, generan obviamente exigencias diferentes. Esto dicho , para el caso, en lo concerniente a las economías que las sustentan . Cabe recordar entonces, que la valorización correcta para la determinación de las medidas que contemplen aquellas particularidades nacionales se perderían, por supuesto, bajo el sometimiento al poder que será ejercido por el Banco Central Europeo (ECB) que dispone su propio orden sobre la comunidad europea bajo su control. La independencia del Banco Central de Suecia (Riksbanken) que le permite hoy manejar el balanceo oscilante de la corona, si ello se hace menester, a los efectos de mantener la estabilidad y un tope inflacionario que ha fijado a un máximo del 2% anual (con un margen de un uno hacia arriba o abajo) desaparecería bajo las coordenadas que le impondría desde su macrovisión- el ECB en la eventualidad de adquirir Suecia la calidad de socio. Reparto de promesas Frente a las cifras estadísticas mencionadas más arriba respecto a la realidad que se vive en los países socios, las promesas electorales que lidera Persson resultan una patética burla ya que la zanahoria engañosa que exhibe por delante para inducir a la ciudadanía hacia el voto por el SI oculta aquel panorama tremendamente conflictivo de la EU En el tren demagógico y populista en que el ministro se ha embarcado, no le resulta nada difícil tomar velocidad en el acopio de promesas que a diestra y siniestra se está encargando de distribuir. Para mejorar la capacidad expansiva de su discurso y su lanzamiento de ofertas, el sábado pasado recurrió a un encuentro con algún centenar de políticos comunales socialdemócratas a los que exhortó a que dediquen todo su esfuerzo para volcar la opinión pública en favor del SI. Con el euro vendrían en el sueño de Persson- precios más bajos, más trabajo y una mayor influencia de Suecia en las decisiones que tengan que ver con la paz, la lucha contra el terrorismo y contra la pobreza. Los etcéteras en tal sentido son, por supuesto muchos. Para los colaboradores que deberán expandir la palabra y las promesas del ministro, el les había preparado una proclama de ocho páginas A4 con la que salieron en sus manos al terminar la reunión. No fuera a ser que olvidaran transmitir alguno de los beneficios de la larga lista que Persson y el SI prometen. Una píldora demasiado dorada que el ministro ha elaborado y que, es de suponer, no será muy fácil de tragar./ F:F. |
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