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Testimonios |
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Rodolfo Walsh Los presos sostenían que la cárcel no separa de la lucha, sólo impone condiciones especiales para seguirla, y rodeados por millares de soldados, separados de los centros más poblados y de sus familiares, los militantes de organizaciones peronistas y no peronistas, miembros de organizaciones político-militares y otras que rechazaban la lucha armada seguían discutien do en prisión sobre las formas de desgastar el gobierno de Lanusse. La disciplina autoimpuesta: gimnasia por la mañana, estudios colectivos e individuales y también producción manual (zapatos, tejidos, juguetes), formaba parte, a la vez, del único régimen posible para mantenerse en condiciones y prepararse para mejorar la lucha afuera, como para el más simple modo de combatir el propósito de destrucción personal que albergaba el sistema represivo y que después se perfeccionó más con el código de máxima peligrosidad. Y al momento de analizar a conciencia los motivos que llevaron a los detenidos a decidir la fuga, Rodolfo Walsh fue, como siempre, contundente: Probablemente sea muy exiguo el número de guerrilleros que no hayan procurado fugar desde el mismo momento de ser apresados, pero cuando más de un centenar de ellos decidió comprometer los esfuerzos y la vida en una operación complicada y riesgosa, la evaluación fundamental y previa fue política. (Extraído del libro de Liliana Cheren La Masacre de Trelew 22 de agosto de 1972 - Institucionalización del Terrorismo de Estado Ed. Corregidor 1997) Agustín Tosco Antes del mediodía del 22 de agosto, algunos compañeros comenzaron a transmitir con el lenguaje mudo que parecía que 3 prisioneros que estaban en la Base Naval de Trelew habían sido asesinados. Una gran angustia experimentó todo el pabellón. Por la mañana habían requisado en forma muy dura ellos ya sabían lo acontecido en la madrugada- y propinaron golpes de puño a varios, además de hacernos correr desnudos desde el baño a cada una de las celdas. Habíamos gritado y protestado con toda nuestra fuerza. A medida que lográbamos noticias, precarias todas, iba aumentando el número de muertos. Decían que Pujadas había intentado apoderarse de la ametralladora de un guardia, que se había generalizado un tiroteo y que habían caído todos. A las 17 horas estaba prácticamente confirmado que habían sido muertos los 19 compañeros de la Base Aeronaval. Fueron horas de intenso dramatismo. Todos estábamos encaramados y tomados de los barrotes cruzados de la ventana de la celda hacia el interior del pabellón. Había rostros enmudecidos. Otros lloraban con profundo dolor y rabia. Algunos gritaban y daban vivas a cada uno de los caídos y a las organizaciones guerrilleras, a la clase obrera, a la Revolución y a la Patria. A la noche se preparó un homenaje simultáneo en los 6 pabellones ocupados por los presos políticos y sociales. Espontáneamente cada uno relataba aspectos de la vida las convicciones, la personalidad de los caídos, hasta completarlos a todos. Posteriormente hablaron varios enjuiciando y condenando el alevoso crimen y fijando la responsabilidad en la dictadura y el sistema. Luego, a voz en cuello, se gritó el nombre de cada uno y cada vez se respondía en forma vibrante y unánime: ¡Presente! ¡Hasta la victoria siempre! Se entonaron colectivamente las distintas marchas partidarias. Todo quedó en silencio. Los guardias ordenaron acostarse. Esa noche nadie durmió. El recuerdo de los mártires caídos, la imagen de cada uno, el heroico ejemplo de cada uno, llenaba la imaginación, hacía estremecer los sentimientos y daba una pauta más del duro y glorioso camino que recorren la clase obrera y el pueblo hasta su total y definitiva liberación. (Tosco cuenta cómo se vivió en la U6 de Rawson, al conocer el mismo 22 de agosto de 1972, el fusilamiento de los 19 compañeros. Declaraciones de agosto del 73, al cumplirse un año de la masacre, al Diario El Mundo, Bs. As. Osvaldo Bayer Cuando a la redacción de Clarín comenzaron a llegar los primeros despachos de la masacre de Trelew, lo tomamos como algo exagerado, producto de la imaginación de algún corresponsal enfebrecido e imaginativo. Causó mucho dolor, después, saber la verdad. Era el anuncio de lo inevitable. De lo que preveíamos como inevitable. Ahí nos dimos cuenta que esa juventud asesinada tenía la misma fibra que los revolucionarios de las tres primeras décadas argentinas. Y que en la misma forma iba a ser denigrada, calificada como demonio. &La Memoria de los años del espanto será la materia que dominará las próximas décadas. El ejemplo de la Alemania de hoy al preguntarse: ¿Cómo fue posible el nazismo? Empecemos los argentinos ya ahora: ¿Cómo fue posible Trelew? (Del Prólogo al libro de L. Cheren La Masacre de Trelew- Institucionalización del Terrorismo de Estado) Capitán de Navío Horacio Mayorga No es necesario explicar nada. Debemos dejar de lado estúpidas discusiones que la Armada no tiene que esforzarse en explicar. Lo hecho bien hecho está. Se hizo lo que se tenía que hacer. Ho hay que disculparse porque no hay culpa. La muerte está en el plan de Dios no para castigo sino para la reflexión de muchos& (Discurso pronunciado el 5 de septiembre de 1972, a menos de 20 días de la masacre, por el entonces capitán de navío Horacio Mayorga en la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew frente al personal de esa institución) |
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