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Atilio Borón, Secretario del CLACSO |
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escribe Ignacio Cirio MONTEVIDEO. El Secretario Ejecutivo del Consejo Latino Americano de Ciencias Sociales (Clacso) Atilio Borón denunció al pasar por esta ciudad la anterior semana que la estrategia del gobierno estadounidense en relación a la consolidación de un Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) «es secreta porque es inconfesable» en cuanto a sus fines y consiste en «una tentativa de darle un estatuto formal a un proyecto de dominación imperialista». Borón, que es oriundo de Argentina analizó en esta capital los componentes geopolíticos del ALCA. A diferencia de lo que estimó es el «discurso de propaganda oficial» sobre el ALCA -que Washington espera consolidar a partir de 2005, aunque la irrupción de los nuevos gobiernos en Argentina y Brasil parece haber mediatizado esos plazos iniciales- las presuntas «ventajas comerciales» para las economías regionales son menores y hasta insignificantes en comparación con «las consideraciones de carácter estratégico general», explicó el académico. ¿AMI 2? «Esto hace que el ALCA tenga que ser discutido en secreto. Si fuera tan beneficioso para nuestros pueblos como dicen sus protagonistas, ¿por qué ningún parlamento de América latina (AL) ni ninguna comisión del Congreso norteamericano tuvo acceso a los papeles de discusión del ALCA?», interrogó. Borón comparó la preparación del ALCA con el malogrado Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI). Esta concertación para las inversiones a nivel mundial en beneficio de las corporaciones de los países centrales, fue pergeñado en la órbita de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en forma hermética y resultó desactivado al filtrarse su contenido a la opinión pública y como consecuencia se desactivara, al menos por el momento. Para Borón, el movimiento social debe presionar a los gobiernos y fuerzas políticas a rechazar su integración al esquema del ALCA empleando para ello herramientas como referéndums y consultas populares ya que si las intenciones de Washington adoptan forma legal «será mucho más difícil en el futuro devolver a nuestros países la soberanía perdida a manos de este proyecto». No obstante reconoció que resulta escaso el «margen de maniobra» para los opositores al ALCA ya que según demuestra el accionar norteamericano en política exterior a lo largo del siglo XX, Washington puede conceder en otros países del mundo» pero resulta particularmente inflexible a la hora de otorgar prebendas en lo que considera su área de influencia directa y hasta «doméstica»: AL. Borón llegó a trazar un paralelismo entre el ALCA y la conocida como «Doctina Monroe» (América para los Americanos) que sirvió de justificativo para una seguidilla de intervenciones en países del hemisferio para asegurar gobiernos proclives a Washington. EE.UU está interesado en AL Buena parte de su disertación el académico argentino se la dedicó a demoler lo que considera una tesis profundamente instalada entre la intelectualidad y las élites cercanas a los gobiernos latinoamericanos según la cual AL no ocupa un lugar relevante entre los intereses de la administración Bush. «EE.UU está interesadísimo en AL», sostuvo Borón y citó como ejemplo la «citación policial» de George W.Bush al mandatario argentino Néstor Kirchner, registrada la anterior semana. Según Borón, la sumaria convocatoria del patagónico a Washington obedeció a la restricción impuesta por el nuevo gobierno asumido en mayo último a la operativa de «capitales golondrinas». Kirchner dispuso que los capitales que lleguen al mercado argentino con fines exclusivamente especulativos deban permanecer en esa plaza un lapso mínimo de seis meses. «Esto es muy revelador de cómo funciona el sistema» dijo Borón. Además de las consabidas razones de acceso al agua potable e incluso a las no menores reservas petroleras latinoamericanas, Borón apuntó que la insistencia norteamericana en torno a las legislaciones que regulen la «propiedad intelectual» persiguen consagrar los recursos de «biodiversidad» en los cuales AL es la zona más beneficiada a nivel planetario en favor de las corporaciones con sede en EE.UU. Quién piensa por Bush Los mismos plantean una metáfora en común: EE.UU es el «sheriff» del lejano Oeste que, al enfrentarse a los «bandidos» (estados que favorecen el terrorismo, por ejemplo, o bien y simplemente aquellos que se salen de la égida neoliberal), encuentra que el dueño del «saloon» (que identifican con Europa, o «la vieja Europa», en palabras de Donald Rumsfeld) sólo se propone colocar sus productos y no colaborar con la ley. De allí concluyen que «EE.UU no debe negociar con nadie la lucha por la libertad», relató Borón. |
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