inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces
15-Agosto-2003

 

Atilio Borón, Secretario del CLACSO
«El ALCA se discute en total secreto
porque sus fines son inconfesables»

 

escribe Ignacio Cirio

MONTEVIDEO. El Secretario Ejecutivo del Consejo Latino Americano de Ciencias Sociales (Clacso) Atilio Borón denunció al pasar por esta ciudad la anterior semana que la estrategia del gobierno estadounidense en relación a la consolidación de un Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) «es secreta porque es inconfesable» en cuanto a sus fines y consiste en «una tentativa de darle un estatuto formal a un proyecto de dominación imperialista».

Borón, que es oriundo de Argentina analizó en esta capital los componentes geopolíticos del ALCA. A diferencia de lo que estimó es el «discurso de propaganda oficial» sobre el ALCA -que Washington espera consolidar a partir de 2005, aunque la irrupción de los nuevos gobiernos en Argentina y Brasil parece haber mediatizado esos plazos iniciales- las presuntas «ventajas comerciales» para las economías regionales son menores y hasta insignificantes en comparación con «las consideraciones de carácter estratégico general», explicó el académico.

¿AMI 2?

«Esto hace que el ALCA tenga que ser discutido en secreto. Si fuera tan beneficioso para nuestros pueblos como dicen sus protagonistas, ¿por qué ningún parlamento de América latina (AL) ni ninguna comisión del Congreso norteamericano tuvo acceso a los papeles de discusión del ALCA?», interrogó. Borón comparó la preparación del ALCA con el malogrado Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI). Esta concertación para las inversiones a nivel mundial en beneficio de las corporaciones de los países centrales, fue pergeñado en la órbita de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en forma hermética y resultó desactivado al filtrarse su contenido a la opinión pública y como consecuencia se desactivara, al menos por el momento.

Para Borón, el movimiento social debe presionar a los gobiernos y fuerzas políticas a rechazar su integración al esquema del ALCA empleando para ello herramientas como referéndums y consultas populares ya que si las intenciones de Washington adoptan forma legal «será mucho más difícil en el futuro devolver a nuestros países la soberanía perdida a manos de este proyecto».

No obstante reconoció que resulta escaso el «margen de maniobra» para los opositores al ALCA ya que según demuestra el accionar norteamericano en política exterior a lo largo del siglo XX, Washington puede conceder en otros países del mundo» pero resulta particularmente inflexible a la hora de otorgar prebendas en lo que considera su área de influencia directa y hasta «doméstica»: AL. Borón llegó a trazar un paralelismo entre el ALCA y la conocida como «Doctina Monroe» (América para los Americanos) que sirvió de justificativo para una seguidilla de intervenciones en países del hemisferio para asegurar gobiernos proclives a Washington.

EE.UU está interesado en AL

Buena parte de su disertación el académico argentino se la dedicó a demoler lo que considera una tesis profundamente instalada entre la intelectualidad y las élites cercanas a los gobiernos latinoamericanos según la cual AL no ocupa un lugar relevante entre los intereses de la administración Bush. «EE.UU está interesadísimo en AL», sostuvo Borón y citó como ejemplo la «citación policial» de George W.Bush al mandatario argentino Néstor Kirchner, registrada la anterior semana.

Según Borón, la sumaria convocatoria del patagónico a Washington obedeció a la restricción impuesta por el nuevo gobierno asumido en mayo último a la operativa de «capitales golondrinas». Kirchner dispuso que los capitales que lleguen al mercado argentino con fines exclusivamente especulativos deban permanecer en esa plaza un lapso mínimo de seis meses. «Esto es muy revelador de cómo funciona el sistema» dijo Borón.

Además de las consabidas razones de acceso al agua potable e incluso a las no menores reservas petroleras latinoamericanas, Borón apuntó que la insistencia norteamericana en torno a las legislaciones que regulen la «propiedad intelectual» persiguen consagrar los recursos de «biodiversidad» en los cuales AL es la zona más beneficiada a nivel planetario en favor de las corporaciones con sede en EE.UU.
Borón apuntó que la propagación de bases militares estadounidenses en territorio latinoameicano se explica por la necesidad de mantener «un control territorial total, lo cual es un imperativo incluso en la guerra moderna» no ya para el acceso sino para la articulación de las fuerzas de ocupación pos-conflicto.

Quién piensa por Bush
Borón también la emprendió contra la creencia generalizada de que las ideas dominantes que se expresan en las políticas -tanto domésticas como exteriores de los EE,UU- pertenecen exclusivamente a George W.Bush (a quien catalogó como «un político menos que mediocre») o incluso a la franja visible de sus colaboradores republicanos. El analista argentino, cuestionó por falsa la «sensación de que (en EE.UU) no hay nadie pensando un proyecto a largo plazo». Señaló que detrás de los partidos y los secretarios (ministros) e incluso el presidente «existe un estamento intelectual de gran calibre y de primer nivel» que lleva adelante «el análisis realista desde el punto de vista de sus intereses». Entre los mencionados por Borón se encuentran Robert Kagan, Zbigniew Brezinsky y Samuel Huntington.

Los mismos plantean una metáfora en común: EE.UU es el «sheriff» del lejano Oeste que, al enfrentarse a los «bandidos» (estados que favorecen el terrorismo, por ejemplo, o bien y simplemente aquellos que se salen de la égida neoliberal), encuentra que el dueño del «saloon» (que identifican con Europa, o «la vieja Europa», en palabras de Donald Rumsfeld) sólo se propone colocar sus productos y no colaborar con la ley. De allí concluyen que «EE.UU no debe negociar con nadie la lucha por la libertad», relató Borón.



Copyright ©
Semanario Liberación
Box 18040
20032, Malmö, Suecia
Teléfono: +46 40 672 65 02
Telefax: +46 40 672 65 03
Correo electrónico: