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08-Agosto-2003

 

Con María Paulina Ruiz,
abogada y defensora de derechos humanos en Colombia,
sobre el juicio contra los tres irlandeses acusados de entrenar alas FARC
¡Este proceso es un montaje!

 

escribe Dick Emanuelsson

Exigimos la inmediata libertad de los tres irlandeses detenidos en nuestro país. Consideramos que el proceso que les están siguiendo no es justo, no es imparcial. ¡Este proceso es un montaje!


Son las palabras de la abogada María Paulina Ruiz y otros manifestantes afuera de la Corte en el centro de Bogotá. Los tres irlandeses, acusados de haber entrenado al grupo guerrillero de las FARC en la zona desmilitarizada durante el proceso de paz en el sur del país, hablaron públicamente por la primera vez.

Solamente somos periodistas extranjeros quienes entrevistamos al grupo de manifestantes que apareció. Los colegas colombianos miran con reserva al grupo de manifestantes que, al contrario de los generales de las fuerzas militares y el Fiscal de la Nación, no consideran culpables a los tres irlandeses.

El general Mora juzga
En la misma mañana, el diario más grande de Colombia, El Tiempo, se preocupa en su editorial por la presión gubernamental, y sobre todo de la Fiscalía, hacia la prensa. Bajo el título Invitación al silencio, El Tiempo critica duramente a la Fiscalía por el proceso iniciado contra el columnista Roberto Posada, alias DArtagnan, que, en una crónica, ha acusado a una de las personas más cercanas al presidente Uribe por haber tenido nexos con los grupos paramilitares en Colombia.

¿Será que por eso los periodistas no se atreven a acercarse para entrevistar a los manifestantes que protestan contra el juicio y que exigen libertad inmediata a los tres irlandeses?

El día antes del juicio, el general Jorge Enrique Mora, jefe de las FF.AA., indicaba abiertamente a los periodistas que los tres irlandeses eran culpables y merecían una dura sentencia por parte del Estado. Este tipo de justicia callejera, como una periodista norteamericana calificaba la declaración del máximo general de la nación, es una indicación a los jueces sobre qué dirección tienen que tomar en el caso.
Pero Paulina Ruíz no guarda palabras en su sentencia al general Mora:

Guerrillas entrenaditas

Eso implica que el general Mora y la Fiscalía ya los condenaron. Porque esto no es un proceso justo, es un proceso político en donde quieren meter a la gente en una situación de delincuencia que no es real. Por eso los condena el general Mora, pero los abogados defensores están convencidos de que ellos no tienen nada que ver en el montaje que les han hecho en este proceso injusto que hace Colombia contra tres irlandeses por el hecho de ser irlandeses.

La abogada Ruiz encuentra ridícula la acusación de que los tres irlandeses llegaron a Colombia para entrenar a las FARC.

Las guerrillas colombianas llevan 50 ó 60 años entrenaditas. Ellos no necesitan que vengan los señores irlandeses ni de ningún otro país a ayudarles.

¿Sentenciados de antemano?

Pues que, en forma absurda, los fallos se dan acá antes de que la misma llamada justicia colombiana defina la situación de los presos. Ellos los condenaron desde el primer día en que los cogieron, porque es un proceso político y no jurídico.

Dividir los presos

-¿Como abogada, cómo ve Ud. el hecho que el fiscal y un juez trataron de dividirlos y enviarlos a distintas cárceles en Colombia?
Yo pienso que por ser irlandeses, por ser extranjeros, por no hablar español debían tener siquiera un mínimo de reconocimiento de sus derechos humanos y dejarlos juntos. No se les puede dar tratamiento de gente condenada puesto que apenas están siendo juzgados. Y sin embargo los han llevado a diferentes cárceles para hacer más cruel su situación. Estamos en desacuerdo porque violan los derechos humanos.

El papel de la Embajada norteamericana
Los tres irlandeses, Niall Conolly, Martin John Mc Cauley y James Monaghan, fueron arrestados el 11 de agosto del 2001. Habían visitado la zona de despeje donde se realizaba el proceso de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno de Andrés Pastrana. Los tres irlandeses no niegan haberse entrevistado con representantes por las FARC. El interés sobre el proceso de paz en uno de los conflictos más antiguos del mundo los llevó a Colombia. Detrás dejaron Irlanda en un proceso de paz en vivo, entre el gobierno británico y el partido legal Sinn Fein.

Los captores no tenían orden de captura y, curiosamente, los tres irlandeses no fueron llevados a la Fiscalía y ni siquiera a los organismos de seguridad colombianos, sino a la Embajada norteamericana en Bogotá, en donde les hicieron pruebas en la ropa de material explosivo y de droga. Las pruebas mostraban resultados positivos.

Al otro día fueron llevados a la Fiscalía colombiana. Ésta ordenó que los organismos colombianos tomaran las mismas pruebas que los militares de la Embajada estadounidense habían realizado la noche anterior. El resultado de las pruebas cayó como una bomba cuando mostró negativo.

Entre los testigos del fiscal se encuentran un desertor de la guerrilla y otro testigo que ha sido utilizado, según los abogados de la defensa, en casos similares. Las declaraciones de estos testigos son contradictorias. Las fechas del supuesto entrenamiento, tampoco coinciden y la defensa ha podido mostrar que en esas fechas los acusados han participado en actos públicos.



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