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01-Agosto-2003

 

Cuba: el inicio de la revolución de la izquierda

 
En 1953, muy pocos en latinoamérica llegaron a conocer que un grupo de revolucionarios cubanos, había intentado organizar una sublevación contra la ditadura del Fulgencio Batista, asaltando un 26 de julio, a los cuateles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Cinco años más tarde, los sobrevivientes de aquella acción, derrotaban a la tiranía, llegaban al poder en Cuba, y cambiaban para siempre a la izquierda latinoamericana.

Aún no habían transcurrido 50 años de la independencia de Cuba de España, cuando los jóvenes revolucionarios, Fidel Castro tenía entonces 26 años, desataron el proceso que culminaría con el exilio de Batista y la construcción de una nueva sociedad, a solo 90 millas de las costas de Estados Unidos, socio principal de la dictadura.

La acción del Moncada fue militarmente un fracaso, y los pocos asaltantes que no fueron asesinados, terminaron en prisión. En su alegato de defensa, Fidel Castro redactó lo que transformaría después el programa del nuevo movimiento político, "La Historia me absolverá", donde repasa las condiciones sociales de la isla y adelanta algunas de las reformas que la revolución comenzará a adoptar, ya desde los territorios ocupados durante la lucha.

La pobreza, marginalidad, racismo (barrios y playas reservadas para blancos) y dependencia absoluta de Estados Unidos, en lo económico (se importaba todo), político y cultural era lo característico. Cuba tenía el denigrante mote de "burdel" de los Estados Unidos.

"El motor pequeño"

"Hace falta echar a andar un motor pequeño que ayude a arrancar al motor grande", decía Castro a sus correligionarios de la juventud del Partido Ortodoxo, núcleo central de los varios centenares de hombres que se alistaron para la acción, en la que sólo pudieron tomar parte unos 160 por la escasez de armas. No se trataba de un movimiento político, no obstante "había un grupo reducido de los de más responsabilidad y autoridad que tenían una formación marxista, porque yo mismo había trabajado con un núcleo de gente de los de más responsabilidad en ese sentido", afirmó Fidel Castro en 1985. El movimiento tuvo un carácter patriótico y fue inspirado en las ideas de José Martí, héroe nacional cubano, cuyo centenario de nacimiento se celebró en 1952.

El golpe militar encabezado por el general Batista el 10 de marzo de 1952 cerró todas las vías democráticas en curso. Los líderes de los partidos tradicionales pactaron con el nuevo gobierno, y la vía armada quedó como único camino posible para las transformaciones.

El entonces joven abogado Fidel Castro concibió y preparó la acción: se trataba de atacar y tomar, favorecidos por la sorpresa, la segunda fortaleza militar del país, y llamar a la huelga general para derrocar al régimen.

De fracasar el llamamiento a la huelga, los rebeldes se retirarían a la cercana Sierra Maestra para desde allí sostener una prolongada guerra de guerrillas.

Se escogió para realizar la acción el domingo 26 de julio, día de carnavales en Santiago de Cuba, lo que permitiría el trasiego de personas sin levantar sospechas.

Para evitar la llegada de refuerzos militares por carretera, un grupo de 40 hombres debía asaltar y tomar el cuartel Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo, a unos 140 kilómetros de Santiago de Cuba, y detener allí los posibles envíos de militares.

Pero varios imprevistos hicieron fracasar la acción. Aunque los hombres de Fidel sólo dejaron tres muertos y varios heridos en el combate inmediato, unos 70 prisioneros fueron ultimados en los días siguientes por los soldados de Batista.

Fidel y un reducido grupo de colaboradores trató de replegarse hacia las montañas de la Sierra Maestra, pero fue capturado por el ejército. La intervención de un oficial, el teniente Pedro Sarría, impidió que Castro fuera asesinado antes de llegar a Santiago de Cuba.

Sarría, un oficial que entonces tenía 42 años fue ascendido a capitán después del triunfo de la revolución. Murió de cáncer en 1972.

"Si no se lograba la paralización del país, el objetivo nuestro era después ir hacia las montañas para librar una guerra irregular en las montañas". El Moncada, sostuvo Fidel, "se habría podido tomar. Aun hoy pienso que el plan no era un mal plan; era un buen plan".

"El problema fundamental es que con motivo de los carnavales, (...) precisamente ellos redoblaron la guardia y establecieron una posta cosaca alrededor del Regimiento (...) El resultado fue que el combate se empieza a desarrollar fuera del cuartel, y el combate tenía que desarrollarse dentro".

No obstante, "si fuera necesario hacer un plan ahora, con la experiencia que ya tenemos, haríamos un plan mas o menos igual", insistió el presidente cubano.

Tras 22 meses de prisión, Fidel Castro y sus seguidores fueron indultados, marchando a México a preparar una expedición para invadir la isla. El 2 de diciembre de 1956, 82 hombres desembarcaron del yate Granma por el este de Cuba, entre ellos el médico argentino Ernesto Guevara de la Serna, quien se convertiría en el legendario Che Guevara.

En enero de 1959, después de 25 meses de lucha guerrillera en la Sierra Maestra, los revolucionarios entraron triunfantes en La Habana.

La izquierda se desarrolla

A medida que la revolución crecía en la Sierra Maestra, la izquierda comienza a interesarse en el fenómeno que rompía los esquemas de los partidos políticos latinoamericanos sobre como abordar la toma del poder.

A través de la visita de periodistas latinoamericanos a la Sierra Maestra, como Carlos María Gutiérrez y Jorge Massetti, se comienza a conocer la lucha de los cubanos, y la izquierda a reveer sus planteos ortodoxos, y su adhesión a los lineamientos de Moscú.

Después del triunfo de los "barbudos", la izquierda comienza a visitar asiduamente la isla y a discutir con los cubanos y entre ellos el camino de la revolución latinoamericana. Estas discusiones provocan una serie de divisiones entre los partidos más ortodoxos de la izquierda, pero también un crecimiento entre las masas. Crecimiento que se refleja tanto en el surgimiento de movimientos de liberación nacional, en el aumento del caudal electoral, y en el fortalecimiento de las organizaciones sindicales y sociales. Las condiciones sociales ya existían y se profundizan, y mientras la izquierda aborda de nuevas maneras la resolución de los problemas, las fuerzas reaccionarias y el imperialismo, emprenden una campaña de represión para frenar otras posibles revoluciones.

Además de combatir por todos los medios a la Revolución Cubana, Estados Unidos educa a los militares del continente para asumir el control de estado y desencadenar el terrorismo, cuando no interviene directamente, como el República Dominicana en 1965, o en financiar el golpe de estado de Chile.

En ese período, se desarrollan movimientos de liberación nacional en casi todos los países, y más allá de sus resultados, sus luchas permitieron ampliar el concepto de democracia y crearon una identidad latinoamericana de la lucha.



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