Las elecciones que el 14 de septiembre permitirán que el pueblo sueco opte por Si o No en la adopción de la moneda europea única, sigue generando como es inevitable- intensa polémica por parte de quienes defienden una y otra alternativa.
A medida que el calendario avanza hacia la crucial fecha los enfrentamientos se vienen produciendo sin solución de continuidad en diferentes ámbitos, políticos y sindicales, con el fin de lograr en la población el convencimiento que apoye a uno u otro bando.
Las posiciones opuestas siguen manifestándose aún dentro de una misma organización lo que provoca desconcierto no sólo en la población en general, sino también entre los propios miembros o partidarios de aquellas organizaciones políticas o sindicales que exponen la mencionada dualidad.
Hoy es la Unión General de Trabajadores de Suecia (LO), o para ser más exactos, su presidenta Wanja Lundby-Wedin, quien ha dado un paso en aquel sentido. Es decir, hacia el camino que provoca más que desconcierto rechazo luego de las actitudes dubitativas que ha venido exponiendo la organización como consecuencia de las opiniones encontradas que se sucedían en su seno.
El debate por el Si o por el NO dentro de la LO y la libre opción que se planteara oportunamente dejando manos libres a sus diferentes organizaciones miembros,acaba de culminar con la adopción final, por parte de Lundby-Wedin, no sólo de apoyo al EMU sino de estrecha colaboración con el gobierno en tal sentido compartiendo la firma de un manifiesto de adhesión con el ministro de Estado Göran Persson.
El documento conjunto que expone las promesas de un futuro más que promisorio si el pueblo sueco se anima a volcarse por el SI, advierte sobre la necesidad de un aggiornamiento imprescindible de Suecia para acompañar los cambios producidos en Europa luego de la caída de la dictadura comunista. Esa paz obtenida entonces debe preservarse y desarrollarse, según ambos firmantes del artículo publicado en Dagens Nygheter, ya que la globalización en camino no tiene marcha atrás para ellos. Por supuesto, el desarrollo de la democracia irá de consuno.
No dejan de reconocer sin embargo,en la exaltada defensa del EMU, la preocupación que su eventual adopción despierta en la población que teme un aumento de la desocupación o la disminución de su situación de bienestar, como consecuencia de una adaptación a la de aquellos países que cuentan con un nivel más bajo. Pero los augures de un mañana promisorio bajo la égida del EMU prometen todo lo contrario. Ellos están convencidos de que tales riesgos serían superados con una inteligente política nacional en Suecia y sostienen que mediante una política de estabilidad, no aclarada aún, se superarían aquellos riesgos.
La radicalización de la presidente de la LO de abierto apoyo a la adopción del EMU, ha despertado rechazo en quienes ven en tal actitud una pérdida de la neutralidad que la organización debería mantener. El presidente del sindicato de Transporte, Per Winberg, y la de Comercio Ninel Jansson, son ejemplo de quienes han expresado fuertes críticas a la presidente de la LO quienes ven en su actitud un desesperado esfuerzo por convencer sin tener en cuenta la pérdida de credibilidad que con ello ha obtenido. El ejemplo de la situación de Alemania, en cuanto al deterioro de su sistema social bajo el regimen globalizador que Lundby-Wedin propicia, resulta obviamente una de las argumentaciones manejadas por los críticos que toman una referencia concreta para contraponer a promesas demasiado inciertas.
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