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18-Julio-2003

 

Un presidente cercado

 

El primero de mayo pasado, el presidente norteamericano George W. Bush, anunció el fin de la Guerra en Irak. Desde entonces, más de 30 soldados han caido en emboscadas o atentados, la oposición demócrata exige la renuncia del jefe de la CIA por su responsabilidad en la información falsa incluída en el Informe de Estado de la Unión que el presidente presentó el 28 de enero en el Congreso. A su vez, la comisión investigadora de los atentados del 11 de setiembre denuncia la falta de colaboración del gobierno, y las organizaciones de inmigrantes denuncian el desempleo y la indiferencia official ante los problemas de las minorías, al tiempo que el desempleo alcanza su índice más alto de los últimos 10 años.

Bush inició su campaña para la reelección subido al caballo de la victoria militar en Irak, aunque ahora la situación se ha tornado complicada, al punto que algunos militares comienzan a señalar la similitud con la Guerra de Vietnam, en especial el empantanamiento, la falta de control de la situación, y la necesidad de enviar más efectivos militares. Ya el conflicto está costando 4.000 millones de dólares mensuales (sin los costos de la reconstrucción) y es el doble de los estimado en un inicio, cuando el presidente Bush solicitó 80.000 millones de dólares extras para la Guerra.

El 11 de setiembre, algo que esconder?

La comisión federal encargada de investigar los ataques terroristas que tuvieron lugar el 11 de setiembre del 2001 acusó al gobierno de George Bush de estar bloqueando la investigación y de intimidar a los testigos. La Comisión fue creada por ley después de los ataques del 11 de setiembre. La misión que le encomendaron fue determinar no sólo qué pasó ese trágico día sino también si se hubiera podido prevenir.

La acusación es grave, porque tuvo lugar justo después de que la Casa Blanca hiciera un "mea culpa" y reconociera públicamente que utilizó información falsa para lanzar una guerra contra Irak. La Casa Blanca emitió un comunicado la semana pasada, diciendo que Bush no tendría que haber dicho durante su discurso sobre el estado de la Unión ante el Parlamento, en enero, que Irak le compró uranio a Nigeria, porque eso no era verdad.

Toda esta situación se produce cuando crece en Washington la percepción de que la credibilidad de la Casa Blanca está cada vez más cuestionada.
Según el presidente de la comisión, el ex gobernador republicano de New Jersey, Thomas Kean, y su número dos, el ex diputado demócrata Lee Hamilton, los obstáculos principales provienen del Pentágono y del Departamento de Justicia, donde el pedido de documentos y testigos no son respondido de modo satisfactorio.

Tanto Kean como Hamilton decidieron denunciar al gobierno porque temen que si los obstáculos continúan, no podrán entregar el informe que se comprometieron a hacer para mayo de 2004, meses antes de las elecciones presidenciales. La acusación de la comisión investigadora del 11-S no hizo más que reforzar la percepción de que el gobierno de Bush tiene algo que esconder.

De hecho, durante la audiencia de la comisión investigadora, uno de los testigos dijo que durante toda una década Estados Unidos sabía que Afganistán se había convertido en una "Disneylandia del terrorismo", donde los terroristas se entrenaban y planeaban sus ataques, pero no hizo nada al respecto.
"Sabían que la intención de Al Qaeda era matar norteamericanos donde pudiesen encontrarlos, pero pese a eso no hicieron nada", dijo Rohan Gunaratna, el director de investigaciones sobre terrorismo del Instituto de Estudios Estratégicos y de Defensa de Singapur.

Los demócratas consideran que los resultados de la investigación podrían perjudicar mucho al presidente Bush, ya que existen muchos indicios de que el atentado podría haberse evitado o de que, por lo menos, el gobierno de Bush no hizo lo suficiente para impedir que ocurriera.

"El gobierno de George Bush, alérgico durante mucho tiempo con respecto a la idea de que sea investigado por no haber prevenido los ataques del 11-S, ahora está haciendo todo lo mejor para enterrar la comisión, que ha sido creada para revisar la conducta de Washington", dijo The New York Times en un duro editorial.

Frente a la popularidad que mantiene Bush tras los atentados, los demócratas han estado actuando con gran cautela. Temen ser acusados de traidores. Es por eso que las críticas a Bush se han centrado básicamente en el terreno económico.

Pero el hecho de que la Casa Blanca haya tenido que reconocer que utilizó información falsa para justificar la guerra contra Irak, sumado a las críticas de la comisión que investiga los ataques del 11 de setiembre, han creado un nuevo flanco de ataque que los demócratas están dispuestos a aprovechar.

El republicano Thomas Kean asumió la presidencia de la comisión investigadora del 11 de setiembre después de que el ex secretario de Estado Henry Kissinger renunció a ella, cuando le pidieron que revelara la lista de clientes de su compañía para evitar conflictos de interés. Kissinger prefirió mantener la lista en secreto. Lo mismo ocurrió con el primer candidato a vicepresidente de la comisión, el ex senador demócrata George Mitchel, quien al final fue reemplazado por Hamilton.

"El trabajo que tenemos es enorme y el tiempo se está acabando", dijo Kean al justificar los cargos lanzados contra la Casa Blanca. "Cada día que perdemos complica nuestro trabajo".

En el comunicado que distribuyó a la prensa, la Comisión se queja porque tanto en el Pentágono como el Departamento de Justicia no les permiten realizar entrevistas a testigos clave sin la presencia de funcionarios que vigilan lo que dicen. Eso, según ellos, intimida a los testigos. "Uno obtiene menos testimonios de los que podría obtener de otra manera", dijo Kean en una conferencia de prensa destinada a ventilar la frustración de la comisión. "Nosotros preferiríamos entrevistarlos a solas, sin la presencia de mentores o de funcionarios", afirmaron. Entre otros problemas, la comisión dijo que la CIA no ha respondido con rapidez a pedidos de informes y que documentos pedidos al Departamento de Justicia nunca llegaron.



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