|
||||||
Bamse, de la izquierda al neoliberalismo |
||||||
A Bamse, el más legendario personaje de la historieta infantil en Suecia lo han puesto a trabajar en favor del mercado y del capitalismo, desde que su creador Rune Andréasson -hoy fallecido- vendiera años atrás su pequeña empresa a la multinacional de origen danés Egmont, que publica además a sus antítesis, el Pato Donald y Tío Rico Mac Pato. Rune Andréasson que creó a Bamse, que dibujaba y escribía el guión, e incluso lo distribuía desde una pequeña empresa familiar nunca ocultó sus simpatías políticas de izquierda, y reflejó en su historieta durante dos décadas al modelo de bienestar en Suecia, basado en la solidaridad y una cierta redistribución de la riqueza mediante el famoso modelo impositivo sueco. Durante los años 70 y 80 Bamse y su amigos del bosque, se enfrentaron al egoísmo capitalista representado por el multimillonario Krösus Sork en defensa de la casa común el bosque, siempre amenazado por éste y sus seguidores. Bamse expresaba la defensa de los principios democráticos del ciudadano común en la sociedad, del trabajo y la solidaridad con los más débiles, e incluso en ocasiones el derecho a la desobediencia civil. Lo que hizo reaccionar en su momento al escritor y periodista conservador Joakim Nilsson que caracterizó a Bamse como comunista, tomando como ejemplo una expresión de 1983 del popular personaje infantil de Andréasson cuando dijo: Pagar impuestos es una forma de ayudar a los demás. La reacción de Nilsson también se basaba en otro ejemplo del comunismo de Bamse, cuando en un episodio donde éste organizó a los animales contra los propósitos de Krösus Sork de construir en el bosque (la sociedad) un edificio bancario en un terreno perteneciente a las ardillas! Enemigo del comercialismo y del capitalismo salvaje, Bamse fue mientras su creador vivió y lo produjo, un educador de varias generaciones de niños suecos, muy a tono de las ideas socialdemócratas prevalecientes hasta esos años. Días atrás la firma editorial Egmont organizó un festejo de conmemoración de los 30 años de Bamse, la historieta más vendida de Suecia, en el zoológico de Kolmårdens al mejor estilo de Disneylandia, bajo la batuta de Mikael Bindefeld, organizador de fiestas donde participa sólo el jet set sueco. Una fiesta para un negocio hoy multimillonario en torno a una figura originalmente anticapitalista, que llegó a ser en Suecia más popular que el Pato Donald y el resto de los personajes clásicos de Walt Disney. Pero el negocio de Egmont, luego de que en 1999 murió el padre de Bamse, Andréasson, (que siempre se negó a hacer del famoso osito una mercancía), abarca hoy hasta la venta de corbatas, dentífricos, prendas infantiles y colchas, y llega a tener hoy al año ganancias cercanas a los 125 millones de coronas. A partir de que un grupo de dibujantes y guionistas de Egmont tomaron en sus manos a Bamse, lo han sometido a un intenso tratamiento de adaptación a los nuevos tiempos, donde el mensaje anticapitalista brilla por su ausencia y el osito ya no le quedan fuerzas para liderar la defensa de sus amigos y menos para tomarse la miel milagrosa para oponerse físicamente contra los opresores y maleantes, como en un número bastante reciente donde Bamse voluntariamente se abstiene de tomar la miel en un partido de bandy contra los hermanos lobo Kubbe y Busifer, les estafan mediante trampas el partido a sus amigos. En tiempos de Andréasson los estafadores se hubieran llevado una buena paliza de Bamse, e incluso organizar una pedrea y poner en fuga a la policía cuando esta en una oportunidad acudió en defensa del millonario Krokus. Hoy después de los sucesos de Gotemburgo, Bamse no tiene espacio para semejantes desatinos. Sin embargo, parece que los lectores han sentido los cambios, incluso en 1991 en la página cultural de Dagens Nyheter el nuevo Bamse de Egmont fue criticado por comercial y mala calidad, lo que obligó a la editorial a republicar series antiguas de los tiempos de Andréasson. |
||||||
|
||||||
|