Miles de personas marcharon en Montevideo contra el respaldo del presidente Batlle a la política norteamericana. La manifestación se realizó al mismo tiempo en que el presidente norteamericano, George Bush, recibía en la Casa Blanca a Batlle. Tras la marcha, los convocantes dieron a conocer una proclama en defensa de la soberanía y la paz en el mundo.

En la proclama se señala que: Hoy nos hemos dado cita en esa Plaza que tanto significa para nosotros, los uruguayos, para hablar de la soberanía en su más amplia y profunda significación; para hablar de la autodeterminación de los pueblos como el más preciado principio de libertad y para hablar, también, de la paz en el mundo.

Lo hacemos, además, en el mismo momento en que el presidente Jorge Batlle se está entrevistando con el presidente de los EE.UU, George W. Bush, (los presentes silvaron y gritaron alcahuete) responsable de la agresión perpetrada al pueblo de Irak, ante lo cual manifestamos: que cualquier demostración de apoyo tácita o expresa que formule el presidente uruguayo a la política exterior estadounidense, no será en nuestro nombre, no nos representará. Por el contrario, será desconociendo a la opinión abrumadoramente mayoritaria, del pueblo uruguayo, que ha dicho sin titubeos no a la guerra, sí a la paz.

Dijo Artigas en el Congreso de abril de 1813: Ciudadanos hacernos respetar es la garantía indestructible de nuestros afanes ulteriores por conservarla. Hoy, nos queremos hacer respetar reclamando que se oiga y se respete la voluntad soberana del pueblo uruguayo todos los días y no sólo cada cinco años.

Hoy se han violado los más elementales Derechos Humanos. Hoy se han transgredido las más consensuadas normas del Derecho Internacional. Hoy el gobierno de los EE.UU y sus aliados, han agredido y masacrado población civil, especialmente mujeres, ancianos y niños. (Algunas informaciones hablan de 12.000 víctimas civiles).

Aquel primer Congreso de Abril hacia votos de la más profunda tradición democrática declarando que: ... se promoverá la libertad civil en toda su extensión imaginable, pero nosotros hoy asistimos a la flagrante transgresión de los derechos civiles, alterando el más legítimo de los derechos que es la autodeterminación del pueblo iraquí, convirtiendo esa agresión en una bofetada contra la humanidad toda.

¿De qué paz quiere hablar, señor Presidente? En 1814 Artigas escribió a Vigodet, gobernador de Montevideo: Proponerme estar yo con los orientales bajo la España, no es de manera alguna, una paz.

En la proclama se afirma que: Nosotros, mujeres y hombres arraigados a los más caros principios de nuestra nacionalidad oriental y artiguista, decimos: No a la agresión a Irak ni a ningún otro país; sí a la autodeterminación de los pueblos; sí a la soberanía de todas las naciones; y sí a la paz en el mundo con justicia social. Y se finaliza destacando que sepa el mundo que cada compatriota, cada hombre y cada mujer de este pequeño país, hace suya la frase de Don José Artigas, escrita al virrey del Perú en 1814 que decía: Yo no soy vendible ni quiero más premio por mi empeño que ver libre mi nación.