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Regresan de Irak dos escudos humanos |
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La semana pasada regresaron a Suecia, Sigge Andersson de Borås y Khaled Bayomi de Malmö, quienes estuvieron en calidad de escudos humanos en Irak durante los ataques y posterior ocupación norteamericana de Bagdad. Durante casi un mes Sigge Andersson de 19 años estuvo en Bagdad primero resguardando con su presencia una central eléctrica junto a 20 escudos más, posteriormente se desplazó hacia una central de distribución de agua potable. Había llegado a Bagdad el 8 de marzo y abandonó la capital iraquí horas antes de que las tropas norteamericanas la ocuparan, pudiendo Sigge viajar en taxi hasta Siria en compañía de dos de sus compañeros. Las primeras noches de intensos bombardeos a la ciudad el joven sueco compartió los refugios antiaéreos con los trabajadores de esos vitales centros civiles, posteriormente estuvo en barrios populares. -Es claro que es terrible ver caer las bombas, y ver el terror en los ojos de los trabajadores de la central eléctrica. Durante el día en el barrio vecino a la central jugábamos al fútbol con los niños, al tiempo que caían las bombas y sentíamos que la onda expansiva llegaba hasta nosotros. Era una sensación absurda, dice Sigge. Al tiempo que sostiene que pudo constatar en Bagdad, que entre los iraquíes es fuerte la crítica a la invasión norteamericana. - Yo encontré a sólo dos iraquíes que saludaban la invasión de Estados Unidos, los dos eran hombres de negocios, explica y agrega que las escenas del derribo de la estatua de Sadam Hussein en la Plaza Paraíso de Bagdad a su juicio no son significativas: -Un par de cientos entre los seis millones de Bagdad que con la ayuda norteamericana derrumban la estatua. ¿Es algo realmente para impresionar? En Irak la gente alcanzaba privilegios vivando al brutal Sadam Hussein, y ahora victorean a los nuevos amos de la misma manera, dice Sigge Andersson que piensa regresar el próximo verano a Irak, (donde hizo muchos nuevos amigos), para ayudar a la gente en esta difícil situación en que han quedado, y que los que como él estuvieron presentes allí: cumplimos con nuestro objetivo. Sadam disolvió el ejército en pequeños grupos Khaled Bayomi quien es investigador en los conflictos de Medio Oriente y en propaganda de guerra en la Universidad de Lund y reside en Malmö, a su regreso de Irak se mostró extrañado con la noticia de que Estados Unidos haya declarado que no podía detener los saqueos de Bagdad, porque Yo ví en Bagdad cuando soldados de Estados Unidos exhortaban a la gente a romper todo. Bayomi afirma que, el hecho de que no se produjeran escenas de júbilo entre la población llevó a los soldados ocupantes en la capital -que necesitaban fotos que mostraran odio de la gente hacia Sadam- a crear esa situación. A una pregunta de un periodista de Dagens Nyheter que mencionó el hecho del derribo de la estatua de Sadam Hussein por parte de habitantes de Bagdad, Khaled Bayomi respondió el sábado pasado: ¿Lo hicieron ellos? Fue un tanque de Estados Unidos que hizo eso, cerca del hotel donde estaban residiendo todos los periodistas. Hasta el mediodía del 9 de abril yo no ví ningún retrato de Sadam destruído. Si el pueblo hubiera querido, lo habría hecho contra pequeñas estatuas de Sadam, sin ayuda de ningún tanque norteamericano. Entonces hubiera sido una revuelta política donde la gente rompiera las estatuas y realizara los saqueos después. Para Bayomi, Sadam no ha desaparecido aun, sino que ha disuelto su ejército en pequeños grupos, y que por eso no se produjeron grandes batallas. Algo similar a lo que de hecho sucedió con el Estado desde 1992, donde instituyó una estructura tribal paralela para gobernar, que es muy importante en Irak, según Bayomi. Y agrega que ahora EE.UU. se ve obligado a hacer todo, porque ahora no existe ninguna fuerza política interna que pueda tomar en sus manos las estructuras. Ahora hay un poder ocupante alojado en Irak que no ha dicho por cuanto tiempo se va quedar, que no ha presentado ningún cronograma para un gobierno civil y tampoco ninguna fecha para realizar elecciones generales. Ahora sólo se puede esperar de que allí se produzca un gran caos. |
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