Según encuestas en los Estados Unidos, el 61 % de la población quiere que el ex presidente iraquí, Sadam Hussein, aparezca vivo o muerto, y que no se repita la frustración de que después de bombardear e invador Afganistán, el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, sigue prófugo.

El gobierno de Hussein se extinguió como si se hubiera apagado la luz. De un segundo a otro, todas las comunicaciones del cercado del gobierno iraquí en Bagdad, cesaron, según admiten funcionarios de los servicios de inteligencia de las fuerzas invasoras. Al otro día, los tanques norteamericanos entraron en Bagdad casi sin resistencia. La temida Guardia Republicana, el ejército iraquí y los milicianos que días antes aguardaban en trincheras, se habían esfumado.

Los rumores sobre el paradero de Hussein comenzaron a circular con la misma velocidad de los misiles. La versión de que estaba oculto en una mezquita en las afueras de la capital fue rápidamente desmentida. Su ocultamiento en su ciudad natal, Tikril, al norte de la capital, también se reveló inexacta cuando los invasores ocuparon la ciudad. Fugó al exterior, fue el último rumor en circulación.

El pasado fin de semana, la Fundación norteamericana Stratfor, con fuertes vínculos con las principales empresas del país, lanzó la versión de que Sadam se encuentra refugiado en Rusia, tras negociar la caida de Bagdad con el gobierno norteamericano.

Stratfor asegura que su versión ha sido confrontada con diferentes y calificadas fuentes. La negociación para la caida de Bagdad y la huida de Sadam se negoció en la capital Siria, durante una visita de la consejera de Seguridad Nacional norteamericana, Condolezza Rice. En la negociación participaron además, delegados del presidente ruso, Vladimir Putin, el presidente sirio, Bashar Assad, el entonces ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Naji Sabri, los embajadores de Rusia en Siria e Irak, y los embajadores iraquíes en Siria y Rusia.

Según esta versión, Hussein tenía previsto varias rutas de escape desde el mismo día del inicio del ataque, el pasado 20 de marzo, y recuerda que el aeropuerto de Bagdad estaba habilitado hasta el día previo a su caida. El martes de la semana pasada, 8 de abril, altos jerarcas iraquíes habrían llegado en un vuelo a Damasco, la capital siria, y varios de ellos habrían continuado viaje hacia Moscú.

El miércoles 9 de abril, cuando en una maniobra de prueba de la resistencia, varios tanques norteamericanos ingresaron hasta el centro de Bagdad, la polícia iraquí, el ejército, los fedayines, la Guardia Republicana y los funcionarios de gobierno habían desaparecido. Ese mismo día, el embajador de Irak en la ONU, declaraba, el juego ha terminado, espero que ahora la paz triunfe.