escribe Juan Cameron

Con la participación de dieciocho poetas extranjeros y veintisiete chilenos, se desarrolló entre el 20 y el 27 de marzo la segunda versión del festival Chilepoesía. A este encuentro concurrieron cuatro importantes poetas bolivianos, cuyo país fue especialmente invitado en la ocasión.

Chilepoesía 2003 se llevó a cabo, en esta oportunidad, en diferentes ciudades chilenas. Antofagasta, Valdivia, Osorno y Punta Arenas se sumaron a Santiago, Viña del Mar y Valparaíso en esta valiosa muestra de las expresiones iberoamericanas, a la cual se suma la presencia del alemán Kurt Drawert.

Hay algunas diferencias y una evidente mejoría respecto de la anterior muestra, habida el 2001. Si bien, como observaran periodistas poco informados en la materia, no se hicieron presentes autores de gran popularidad continental, los nombres de los visitantes otorgan desde ya categoría al certamen. Entre éstos debe citarse a la uruguaya Marosa Di Giorgio, al colombiano Juan Manuel Roca, al venezolano Eugenio Montejo y al brasileño Thiago de Mello. Y también a la importante delegación de Bolivia, país invitado en esta ocasión, compuesta por Pedro Shimose, Blanca Wiethüchter y los más jóvenes Juan Carlos Orihuela y Juan Carlos Ramiro Quiroga. A ellos se suman los mexicanos Antonio Deltoro, Rafael Vargas y Luigi Amara, los argentinos Martín Gambarotta y Verónica Viola Fisher, el cubano Ramón Fernández Larrea, las españolas Luisa Castro y Blanca Andreu y la peruana Monserrat Alvarez. Se trata de cultores ampliamente conocidos entre los aficionados al género, a los cuales se agrega las contribuciones de Armando Uribe Arce, Gonzalo Millán, Elicura Chihuailaf, Manuel Silva Acevedo y de varios otros destacados poetas chilenos.

Otra característica en esta oportunidad fue la absoluta independencia del aparato estatal. Por algunarazón no aclarada por sus organizadores, no se obtuvo la contribución financiera oficial. Pero, con todo, el desarrollo de las actividades fue cubierta con eficacia y precisión, permitiendo un mayor contacto de los escritores con el público asistente.

El hecho de haber coincidido su inicio con la invasión norteamericana a Irak brindó una mística especial a este evento; y así se hizo saber al público y a los periodistas en la ceremonia inaugural celebrada en la casa de Neruda en Isla Negra. En sus discursos los miembros de la Fundación Pablo Neruda, Javier del Río, Francisco Torres y María Eugenia Zamudio manifestaron el repudio a esta nueva agresión de Estados Unidos, lo cual fue reiterado al día siguiente, por Blanca Andreu, en el recital ofrecido en el Centro Cultural de España, en Santiago. La poeta ibérica destacó la impopularidad del apoyo entregado por José María Aznar a la llamada coalición, opinión compartida por los demás participantes.

Y con un ánimo de acercar la obra de los poetas al pueblo, se ofreció recitales en barrios populares, como en el Anfiteatro de Cerro Navia y en numerosos centros penitenciarios a lo largo del país. Es así como los internados en el Centro Penitenciario Femenino y en Colina Dos, entre otras cárceles, acogieron la presencia de estos poetas.

La participación de Bolivia como país invitado fue también un hecho destacable por la importancia y calidad de sus integrantes. Pedro Shimose, quien ya visitara Chile en 1969 y en 1993, fue recibido con especial alegría por sus viejas amistades e incondicionales admiradores. El poeta nacido en Ribaralta en 1940, es Premio Nacional de Cultura en Bolivia, para 1999, y reside en Madrid desde 1971. Es uno de los mayores escritores del género en nuestro continente. Shimose rindió un emocionado homenaje a la obra de su connacional Héctor Borda Leaño.

Blanca Wiethüchter (La Paz, 1947) es otra de los mayores exponentes de la lírica boliviana. Profesora de Literatura, fue tempranamente recogida en la ya clásica antología de Yolanda Bedregal y ha publicado varios volúmenes desde Asistir al tiempo (1975) hasta su reciente Itaca (2000). Ha escrito también obras en narrativa y guiones para cine y teatro.

El más joven Juan Carlos Orihuela (La Paz, 1952) es doctor en Literatura y Académico de la Universidad Mayor de San Andrés, en su ciudad natal. Como poeta ha publicado cinco volúmenes y grabado, además, cuatro discos de larga duración. Su segundo libro Llalva (1995) lo sitúa en la lírica de nuestro continente.

Y el también académico Juan Carlos Ramiro Quiroga (La Paz, 1962) es un nombre destacado en las más recientes promociones de Bolivia. Perteneciente al grupo «Los jinetes del Apocalipsis» ha tenido especial relevancia en los movimientos literarios de esta parte del continente, siendo editor de la revista El cielo de las serpientes. Quiroga, autor de cinco poemarios, ha sido incluido en la Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI del peruano Julio Ortega.

Es indudable que la gestión personal y el esfuerzo del poeta chileno José María Memet (1957), junto a un equipo de eficientes y jóvenes colaboradores, ha conseguido vincular la obra de importantes creadores con el público lector, al tiempo de acceder a rincones lejanos del territorio chileno. Chilepoesía, de este modo, está logrando cumplir con los objetivos propuestos en su fundación y, sin lugar a dudas, merece un mayor y más amplio apoyo oficial.

Pero también marca un hito al difundir y dejar constancia de la calidad continental de nuestros grandes poetas, como es el caso de Juan Manuel Roca, Eugenio Montejo y Pedro Shimose, al tiempo de proporcionar a los lectores de poesía, el acceso a los libros de cada uno de los participantes en el encuentro, cuya importancia, a pesar del desconocimiento general, es más que significativa.

Chilepoesía 2003 fue clausurado con un gran recital en la Maestranza San Eugenio, oportunidad en que se hizo entrega del Premio Armando Rubio Huidobro para poetas jóvenes.