escribe Cándido

Después de la inicua puesta en escena representada en las Islas Azores, -el último intento de Bush por salvar la paz escribieron los lacayos de los medios- y el consabido discurso que le escribieron al hombre que mediante fraude ocupa la presidencia de Estados Unidos, llega la hora de la tragedia. Si los 200 000 muertos iraquíes que se calculó había dejado la Guerra del Golfo, más las que le siguieron sobre todo entre la población infantil, como consecuencia del bloqueo subsiguiente, fueron una auténtica tragedia, lo que posiblemente ya empezó cuando este periódico llegue a manos de los lectores, no tendrá parangón en la historia. En perspectiva histórica y a pesar de su trayectoria criminal, Bush el viejo, resulta una paloma comparado con el monstruo que su mujer trajo al mundo. Un monstruo que tiene una vocación genética por la maldad y la destrucción, pero que carece, al igual que su padre, del nivel mental suficiente para articular un pensamiento, una frase y -obviamente-, un proyecto político. Pero está inspirado y manejado por otros monstruos, ellos sí dotados además, con capacidad intelectual para hacerlo, tales como el vicepresidente Dick Cheney, que prefiere mover los hilos desde la sombra, Paul Wolfowitz, secretario adjunto de Defensa, ideólogo de la nueva estrategia imperial, el siniestro Richard Perle, entre otros. Donald Rumsfeld y Condolezza Rice, completan la banda aunque sin el nivel de los anteriores, y el pobre Colin Powell, antigua paloma quedó relegado al papel de negrito de los mandados .

Pocos días después del atentado que destruyó las Torres Gemelas y parte del Pentágono con el terrible saldo de víctimas ya conocido, esa pandilla se reunió en Camp David donde planificó una nueva estrategia destinada a imponer el dominio del imperio en el mundo, basado en su superioridad militar. Ya entonces la suerte de Irak quedó diseñada y se terminó de decidir en una reunión posterior, agosto del 2002, en el rancho de Bush en Texas, en la que Powell. ministro de Exteriores, recibió el grosero desaire de no ser invitado.

Por lo que todos los supuestos esfuerzos de Estados Unidos por salvar la paz, las hipócritas invocaciones a ella formuladas con rostro de circunstancias en todos estos días, por los servidores del emperador Tony Blair y José María Aznar, sólo producen náuseas. Hiciera lo que hiciera Sadan Hussein, la guerra estaba decidida. Esa sensación de náusea e indignación es lo que sienten millones de seres humanos en todo el mundo, independientemente de su posición política. Y que ha llevado a tomar una actitud activa contra la guerra, que tendrá una importancia creciente, incluso dentro de Estados Unidos. Un fenómeno relativamente nuevo que va mucho más lejos que la sola oposición a la guerra contra Irak.

Ya se han establecido los lineamientos para un boicot global a los productos norteamericanos. Una decisión de una importancia mucho mayor de lo que puede parecer. Observar la procedencia de una botella de vino o de unas naranjas a la hora de comprar, será un acto militante.

Dos noticias de estos días completan el panorama: Autobuses cargados con muchachas prostitutas, fueron llevadas hace unos días a las bases de soldados del imperio establecidas en Bulgaria. Procedían de este país y paises vecinos. Bajo el comunismo tenían un trabajo o estudiaban en la universidad. Ahora, bajo la libertad y la democracia. No les queda otra opción que el más antiguo de los oficios. Simultáneamente alrededor de 1000 periodistas de todo el mundo se han puesto bajo la tulela de los generales del imperio para trasmitir a las provincias lo que estos les permitan. Algunos hasta se han puesto uniforme. La asociación con el viejo oficio resulta imposible de evitar.