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14-Marzo-2003

 

Berrios y Pinochet (h) juntos en el narcotráfico

 

escribe Ricardo Daher

El Ministerio de Justicia de Chile formalizó un exhorto que será enviado a Uruguay para que sean interrogados varios militares y policías vinculados a la muerte del ex agente de la DINA, Eugenio Berrios, que en un sorpresivo giro de la investigación aparece vinculado a un hijo del dictador Augusto Pinochet, en el narcotráfico.

La investigación llevada adelante en Chile, del asesinato en Uruguay en 1993, del ex agente de la dictadura chilena, derivó de la investigación del aparato represivo de las dictaduras, conocido como Operación Cóndor, a la investigación de una red gansteril dedicada al tráfico de drogas y armas, en las que aparecen las figuras de Marco Antonio Pinochet y Al Kassar.

Tras el procesamiento en Chile de varios militares acusado del asesinato de Berrios en Uruguay, la jueza Olga Pérez solicitó interrogar en Uruguay a varios militares y policías de ese país que estuvieron vinculados con el agente de la DINA. La solicitud fue presentada en noviembre del 2002, pero recién el 27 de febrero de este año fue respondida formalmente por la Suprema Corte de Justicia. En ese interín, la jueza había renunciado a su cargo, y el caso está bajo la responsabilidad de otro juez.

El exhorto está dirigido al juez de Pando, Alvaro González, a cargo del caso desde hace varios años, y que ha sido criticado por su inoperancia. Se reclama el interrogatorio de Thomas Casella, actualmente en retiro (propietario de la casa donde Berríos estuvo secuestrado en Parque del Plata), Eduardo Radaelli Coppola, quien podría estar en actividad y es especialista en inteligencia militar, y Wellington Sarli Posse, también oficial del Ejército uruguayo. A ellos se agrega los policías Elbio Hernández Marrero, jefe de la comisaría de Pando cuando ocurrieron los hechos (hacia esa comisaría se dirigió Berríos en busca de ayuda, denunciando que le habían secuestrado y que le seguían con la intención de matarlo) y Ramón Rivas, jefe de guardia cuando llegó Berríos y fue quien estampó la denuncia del secuestrado en el libro de partes. Aunque dejaron constancia del hecho, los policías entregaron a Berrios a unos militares que llegaron tras él.

Berríos se fugó de Chile a fines de 1991, cuando debía declarar en el proceso por el atentado que costó la vida al ex canciller del gobierno de Salvador Allende, Orlando Letelier. En noviembre de 1992 fue visto por última vez en aquella comisaría de Parque del Plata, y su cadáver fue encontrado en 1995, en el balneario El Pinar.

Antes de su retiro de la causa, a fines de enero, la jueza Pérez interrogó al ex jefe de la DINA, el general Manuel Contreras sobre el asesinato de uno de sus subalternos, Berrios. Contreras declaró que él estaba informado de que, a fines de los 80 y principios de los 90, al momento de ser sacado de Chile para eludir a la justicia, Berríos estaba relacionado con Marco Antonio Pinochet, hijo del ex dictador, y de un empresario, Edgardo Bathich, primo del traficante internacional de armas, Monser Al Kassar, en el tráfico de armas y drogas. Según esta declaración, Berríos había producido una cocaína sin olor, denominada en el ambiente delictivo como cocaína negra, que podía eludir los controles aduaneros.



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