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07-Marzo-2003

 

Conversando con Guillermo "Locomotora" Ojeda
El ex pugilista que no cuelga los guantes

 

Escribe Manuel Pizarro.

En el sótano del Folkets Hus en el populoso barrio Sofielund de la ciudad de Malmö se está formando lo que se llamará Sofielunds Boxings Club. El gestor de esta iniciativa de puños y acrobacia es Guillermo Ojeda, conocido en el ambiente del boxeo argentino de los años 70 como "Locomotora Ojeda", hoy convertido en impulsor de jóvenes valores que cultivan ese deporte.

Guillermo es chileno y se hizo profesional en la Argentina del asilo transitorio de miles de chilenos que como él debieron dejar su país, entonces en garras del fascismo.

- Nací un primero de Mayo, nos cuenta adelantándose a la inevitable broma a que suelen ser expuestos los nacidos en esta significativa fecha. Trabajo en la industria Icopal AB desde hace 20 años, se defiende. Hoy a sus casi 50 años su pasión por el boxeo está tan vigente como en aquellos tiempos de la calle San Pablo en su Santiago natal.

- Con el boxeo me encontré a muy temprana edad debido a que mi padre; Mario Ojeda, era boxeador alcanzando el título sudamericano en los años 30.

Y fue precisamente en el patio de la casa donde Mario el ex campeón sudamericano montó un ring para enseñarle a sus hijos y a otros del barrio Ñuñoa, el rudo arte de los guantes. De los seis hermanos Ojeda que subieron al cuadrilátero solo Guillermo hizo la carrera de su padre. La escuela de Guillermo fue entonces su propio hogar y posteriormente el Club México de la calle San Pablo.

-De aquellos tiempos conservó las imágenes de mis maestros; Don Guillermo Pulgar, don Emilio Balbontín y mi padre. Don Emilio entrenaba a Martín Vargas con quien sostuve dos combates. A Martín lo vencí en Osorno y me ganó en el Caupolicán. Era entonces el año 1969 y yo era mosca junior pero luego subí a categoría gallo.

Era el año 74 y la represión en Chile adquiría ribetes siniestros. Es entonces cuando Guillermo deja Chile rumbo a Mendoza donde se encuentra con un boxeo enormemente desarrollado. Allí se incorpora al boxeo y en el año 76 y tras 5 combates como amateur, entra al profesionalismo.

No volvió nunca más a su Chile natal, el destino le había tendido otro camino en su vida y también otro golpe de estado. De Argentina debió salir el año 78 rumbo a la lejana y fria Suecia.

-El tiempo en Argentina lo dediqué exclusivamente al boxeo. Peleé en Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela. De esos tiempos tengo grandes recuerdos ; uno de estos fue cuando derroté al campeón mendozino "cirujano" Ortíz. Otro fue en el Luna Park ante el campeón rosarino Cirilo Ruíz.

Ambas peleas las gané por OK. Recuerdo también a Hugo "pasto" Corro, un gran boxeador a quién admiré mucho, y tuve el honor de haber sido dirigido en dos ocasiones por el ex campeón mundial Nicolino Loche
Tras esas experiencias el arribo de Ojeda a Suecia fue un tanto tibio.

- El hecho de que no existiera profesionalismo le cortó las alas y su última pelea como profesional la hizo en la entonces Alemania Federal. Por ese tiempo conoce a su Orieta Palma con quién se casaría y hasta ahí llegó el boxeador.

Guillermo nos cuenta que su joven esposa sufría mucho al verlo boxear y tuvo que tomar la triste decisión de colgar los guantes en aras del amor. Una decisión de la que nunca me he arrepentido, nos señala.
Pero el boxeo lo llamaba y se puso a entrenar jóvenes en un sótano del barrio malmense de Lindängen con el objetivo de ayudar a jóvenes en etapa conflictiva.

Por ese tiempo dos clubes se interesaron por sus servicios y el año 83 intentó pero sin lograrlo, formar un club de boxeo. Ahora con más experiencia y una colonia más desarrollada e integrada estamos haciendo este nuevo intento contando con el apoyo de Carlos Cortés del Sofielunds Folkets-Hus. a donde llegan jóvenes suecos e emigrantes, hombres y mujeres, para participar en diversas actividades. No todos con la intención de empezar a boxear. Muchos lo hacen para mejorar la condición física y también por el encuentro social.

Le preguntamos cómo se siente con este nuevo proyecto de impulsar entre los jóvenes el boxeo, Guillermo sostiene que ésta herramienta que su padre le puso en sus manos, él entrega con cariño al servicio de quienes más la necesitan.

Guillermo también expresó que está por la aprobación del profesionalismo en Suecia y argumenta que esto motivaría a muchos jóvenes a seguir la carrera pugilística. Le cuesta aceptar el rotulo de deporte violento con que el boxeo fue marcado en Suecia y señala al hockey sobre hielo y al rugby como ejemplos de mayor violencia. Las lesiones reportadas en estos deportes son elocuentes y hablan por si solas, nos dice.

Sobre la presencia femenina en el box, se muestra muy positivo.

- Pienso que todo deporte es bueno para la mujer, este le levanta la confianza en si misma y en el caso del boxeo es este además una defensa personal en tiempos que tanto maleante anda suelto por ahí. El boxeo es un verdadero arte, la habilidad física va unida a la inteligencia, la estrategia, el balance, en fin quién no sabe de boxeo ve en él sólo golpes, sangre y caídas.

Al momento de elegir un púgil actual, Guillermo no duda en mencionar a Oscar de La Hoya. A quien define como un boxeador con todos los elementos para ser catalogado como el mejor; técnico, disciplinado e inteligente. Y también nos señala que el mas grande ha sido Mohammed Alí. A este lo admiró por su baile, su inteligencia y por sobre todo por su posición adoptada ante el periodo histórico que le tocó vivir.
Alí dejó su nombre de esclavo, Casius Clay, para convertirse al Islam y adquiere su actual nombre.

Posteriormente se niega al servicio militar obligatorio para no luchar en Vietnam, en una guerra que nunca la consideró justa. Y aunque se le ofreció que solo formaría parte de los cuadros de entretenimiento de las tropas, junto a cantantes y otros, prefirió los cinco años de cárcel a la fanfarria circense en medio de la masacre de inocentes.

En torno al fútbol, dice: Este querido deporte de estirpe proletario como el boxeo, también lo tuve en mi hogar. Mi hermano mayor, Mario Ojeda, fue arquero del "viejito" Magallanes, en Chile, la academia, entre los años 50 y 60 y mi otro hermano, Juan Carlos, jugó en la Unión Española.

- Yo jugué poco y siempre a nivel amateur. Actualmente sigo muy de cerca a mis hijos Francisco y Manuel que juegan en Interamérica. Mi hija Pamela también ha jugado fútbol. Ella juega balonmano y también boxea. En el plano internacional me gusta ver jugar al Real Madrid, un equipo de artistas donde también jugó Bam Bam Zamorano, mi jugador favorito, señala.

Conversar con Guillermo "locomotora" Ojeda es muy fácil y ameno, siempre con ganas de recordar muchas cosas y confiesa que le gusta la música folklórica siendo para él un reencuentro con las raíces y con ese tiempo que por allá quedó.

Sumados estos elementos a las exquisitas comidas de su esposa y el compartir con su familia , la vida, es para Guillermo Ojeda algo como boxear al compás de un tango o un pie de cueca, sea este en el Luna Park, el Madison Square Garden o en un sótano del barrio Sofielund. Da igual, cuando se está haciendo lo que se ama y lo que se debe hacer, reafirma.



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