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28-Febrero-2003

 

Proseguin enfrentamientos en Afganistán y apuntan a Irak
Dos guerras por el petróleo

 

escribe Ricardo Daher

Cuando todavía no se ha logrado la estabilidad política en Afganistán, después de 14 meses de ocupación militar, y sin que hayan comenzado a arribar al país los 5.000 millones de dólares en ayuda prometidas, las potencias occidentales encabezadas por Estados Unidos y Gran Bretaña están dispuestas a iniciar otro conflicto armado en la región. En ambos casos, más allá de la retórica oficial, el dominio de las reservas, producción y distribución del petróleo, están en la base del conflicto.

La decisión de atacar a Irak, y la organización de la producción petrolera de ese país, post Hussein, fue acordada meses atrás por el gobierno norteamericano.

Los Secretarios de Relaciones Exteriores y Defensa de los EEUU, ya admitieron ante comisiones del Congreso, que financiarán la guerra con la producción petrolera iraquí, aunque se negaron a rebelar el monto estimado del conflicto.

Sin embargo, investigadores australianos, revelaron que la guerra contra Irak podría costar al mundo un uno por ciento de su producción económica en los próximos años y más de un billón de dólares para el 2010. Un conflicto prolongado triplicaría los costos.

Los efectos agravantes de los aumentos en los precios del petróleo, los gastos extras en el presupuesto y la incertidumbre económica podrían provocar un recorte de 173.000 millones de dólares a la economía mundial sólo en el 2003, señalaron el miembro del consejo del Banco de la Reserva de Australia, Warwick McKibbin, y el director ejecutivo del Centro de Economía Internacional, Andrew Stoeckel.

Inestabilidad en Afganistán

Al menos 22 personas murieron en enfrentamientos y bombardeos de las fuerzas multinacionales en Afganistán, en las primeras dos semanas de febrero, según reportes de prensa, que revelan la prosecusión de una ofensiva militar al centro del país con participación de bombardeos B52, B1 y cazas F-16.

A más de un año de la ocupación militar de Afganistán por las fuerzas multinacionales, encabezadas por Estados Unidos, el país parece lejos de estar pacificado y bajo control del gobierno impuesto tras la fuga de los talibanes. Diversas operaciones militares, "de limpieza" se realizan en zonas montañosas del país, y para repeler constantes emboscadas a las fuerzas multinacionales.

El pasado 7 de febrero, una patrulla norteamericana fue atacada en las inmediaciones de Gardez, en el este de Afganistán, sin que se produjeran heridos. Según un vocero militar norteamericano, los agresores dispararon con metalletas y armas ligeras, para huir después a una zona montañosa.

Una operación militar en la zona logró la detención de varios sospechosos.

Al mismo tiempo, ese mismo día, se registraron otros enfrentamientos armados en los alrededores del cuartel general del ejército norteamericano, en Bagram, a 40 km. al norte de Kabul. Los combates, según voceros norteamericanos, enfrentaban a fracciones rivales afganas y cesaron cuando helicópteros "apaches" sobrevolaron la zona.

Los enfrentamientos entre fracciones rivales de las fuerzas afganas que derrotaron a los talibanes, no permiten estabilizar al gobierno y mantienen la incertidumbre sobre el futuro del presidente agfano, Hamid Karzai.

Al otro día de estas acciones, un nuevo grupo de rebeldes pro talibanes, emboscaron a efectivos gubernamentales, matando a cinco de ellos y dejando heridos a otros cuatro. Otros dos soldados gubernamentales fueron capturados y llevados prisioneros cerca de la frontera con Paquistán, en la provincia de Helmand, donde el pasado mes de enero, murieron 18 rebeldes en combates. La situación en esta provincia es en extremo inestables, ya que además de fuerzas pro talibanes, actúan partidarios del ex primer ministro Gulbuddin Hekmatyar, enfrentado al gobierno.

Por otra parte, autoridades de la provincia de Helmad, denunciaron que en los bombardeos de represalias, murieron 17 civiles.

Haji Mohamad Wali, portavoz del gobierno de la provincia de Helmad, dijo que un funcionario de su distrito de Baghran había informado de la muerte de civiles después de que los familiares de las víctimas fueron a los cuarteles generales del distrito.

"La gente estaba llorando, diciendo que sus familiares habían muerto o estaban desaparecidos", dijo Wali por teléfono desde la capital de Helmand, Lashkar Gah.

Oficiales del ejército estadounidense dijeron a la prensa que bombarderos B-52 y B-1 habían atacado una zona montañosa en el centro de Afganistán después de que fuerzas de infantería divisaran cerca de 25 presuntos miembros armados del movimiento talibán en posiciones de ofensiva.

Doce sospechosos fueron capturados el martes durante la operación cerca del poblado de Lejay, en el Valle de Baghran, dijo el portavoz del ejército estadounidense, coronel Roger King, en un encuentro con la prensa.

King declaró que las fuerzas terrestres fueron llamadas a ofrecer apoyo aéreo durante un período de ocho horas, tras ver hombres armados con fusiles AK-47 y lanzagranadas desplazándose a lo largo de la cordillera, y señaló que no tenía información de bajas civiles.

Sin embargo, Haji Jilani, residente del poblado de Shina Keli en el valle de Baghran, dijo que había visto desde su casa los cadáveres de dos mujeres, dos niños y un hombre en el lecho de un río.
De acuerdo con los informes, hubo 17 muertos, la mayoría mujeres y niños.

Esperando recursos financieros

Mientras tanto, escasos recursos financieros comienzan a llegar al país, aunque destinados a pagar viejas deudas del gobierno. El pasado 10 de febrero, los gobiernos de Noruega, Suecia, Italia, Reino Unido y Japón, entregaron unos 47 millones de dólares que fueron destinados a saldar deudas con instituciones financieras internacionales, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Según el ministro de economía, Ashraf Ghani, esta ayuda cubrirá parte de los 90 millones de dólares adeudados a esas instituciones, desde antes de 1979, cuando se produjo la intervención militar soviética en el país.

"El país está todavía muy endeudado con respecto a las instituciones financieras, y los desembolsos, anuales, se realizarán a largo plazo", añadió Ghani.

Durante una conferencia internacional de los países donantes en Tokio, del año pasado, Afganistán obtuvo promesas de ayuda de casi 5.000 millones de dólares para la reconstrucción del país arrasado tras 23 años de guerra civil, y toavía espera que esas ayudas se concreten.

Proyectan construir oleoducto

El actual embajador de Estados Unidos en Afganistán, Zalmay Khalilzad, mantiene la idea de construir un oleoducto desde el mar Caspio al sur de Afganistán, tal como tenía planeado la empresa petrolera norteamericana, de la cual fue asesor, UNOCAL, a fines de los 90, y con acuerdo del entonces gobierno de los talibanes.

El nombramiento de Khalilzad como embajador en Afganistán, se produjo nueve días después que Hamid Karzai, asumiera el poder en Kabul, en diciembre del 2001.

Como asesor de Unocal, Khalilzad hizo un análisis de los riesgos que presentaría la construcción de un conducto de gas natural desde la antigua república de Turkmenistán a través de Afganistán y Pakistán hasta el Océano Indico. También participó en las conversaciones entre la compañía petrolera y representantes del régimen Talibán en 1997, conversaciones que pretendían poner en práctica los acuerdos logrados en 1995 sobre la construcción de un gaseoducto a través del oeste de Afganistán.

UNOCAL fue la empresa principal en la formación del consorcio Centgas, que tenía como propósito extraer gas de los Campos Dauletabad en el sudeste de Turkmenistán, uno de los yacimientos mayores del mundo. El proyecto de $2 billones de dólares, comprendía la construcción de un gaseoducto desde la frontera entre Afganistán y Turkmenistán, pasando cerca de las ciudades de Heart y Kandahar, para cruzar Pakistán cerca de Quetta y conectarse con el gaseoducto ya en existencia en Multan.

Khalilzad abogaba entonces por una política de acercamiento de EEUU hacia el régimen talibán. En un artículo editorial en el Washington Post, defendía al régimen Talibán contra acusaciones de promover el terrorismo, diciendo que "El Talibán no practica el estilo anti-Estados Unidos de la misma manera que lo hace Irán". "Nosotros deberíamos...estar dispuestos a ofrecer reconocimiento y ayuda humanitaria y promover una reconstrucción económica internacional", declaraba.

Khalilzad sólo cambió su postura sobre el Talibán luego que el gobierno de Clinton disparara cohetes cruceros contra blancos afganos en agosto de 1998, aduciendo que terroristas bajo órdenes de Osama bin Laden, basado en Afganistán, fueron responsable por los atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania. El día después del ataque, UNOCAL abandonó el proyecto del oleoducto y gasoducto en Afganistán.

Nacido en Mazare Sharif en 1951, Khalilzad proviene de la vieja élite gobernante de Afganistán. Su padre fue asesor del Rey Zahi Shah, quien rigió hasta 1973. Se graduó en la Universidad de Chicago. Khalilzad obtuvo la ciudadanía estadounidense mientras trabajaba como vínculo entre el gobierno estadounidense y los mujahedines islámicos fundamentalistas que luchaban contra del gobierno pro soviético de Kabul.
Khalilzad también trabajó como asesor especial en el Departamento de Estado durante el gobierno de Reagan, cabildeando exitosamente para acelerar la ayuda militar a los mujahedines, incluyendo cohetes teledirigidos tipo "Stinger, que son portátiles y antiaéreos y y jugaron un papel importantísimo durante la guerra. Luego Khalilzad se convirtió en sub-secretario de defensa durante el gobierno de Bush padre durante la guerra contra Irak.



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