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Un país en bancarrota |
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escribe María Lamanna MONTEVIDEO. La realidad es dura pero es ésta, Uruguay está en bancarrota, no tiene ni un peso y la vaca de la que sacó leche -los salarios de trabajadores y jubilados- ya está seca, la recaudación cada día es menor porque el trabajador ya no tiene ni para pagar las tarifas públicas ni los impuestos, y el que aún puede pagar simplemente evade. El gobierno apostó a la recesión, bajó los salarios, aumentó y creó impuestos, terminó con el mercado interno y con la industria. Pero el déficit no pudo bajar, al contrario, aumentó: la evasión, exoneración de aporte, el desempleo y las transferencias a las AFAPS fundamentalmente, hizo que la asistencia del Estado al Banco de Previsión Social creciera, para eso el país debió endeudarse y la deuda creció y creció, pero también estalló el sistema financiero. La banca internacional cuando vio el panorama levantó vuelo y entre robos y huídas nos dejó en la estacada y hubo que poner dinero, y para eso hubo que endeudarse también, y la deuda volvió a crecer y había que pagarla. Y nos endeudamos para pagarla y se pagó puntualmente, y se quiera seguir pagando puntualmente. Pero el gobierno ya no tiene ni para pagar salarios y entonces aplica la receta conocida en Argentina los bonos alimentación, ¿pero cuánto tiempo pasará para que sean bonos equivalentes a dinero? Batlle se juega entonces la última carta y apela nuevamente a EE.UU., a su amigo Bush. |
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