inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces
31-Enero-2003

 

Un país en bancarrota
que no conforma ni al FMI

 

escribe María Lamanna

MONTEVIDEO. La realidad es dura pero es ésta, Uruguay está en bancarrota, no tiene ni un peso y la vaca de la que sacó leche -los salarios de trabajadores y jubilados- ya está seca, la recaudación cada día es menor porque el trabajador ya no tiene ni para pagar las tarifas públicas ni los impuestos, y el que aún puede pagar simplemente evade.

El gobierno apostó a la recesión, bajó los salarios, aumentó y creó impuestos, terminó con el mercado interno y con la industria. Pero el déficit no pudo bajar, al contrario, aumentó: la evasión, exoneración de aporte, el desempleo y las transferencias a las AFAPS fundamentalmente, hizo que la asistencia del Estado al Banco de Previsión Social creciera, para eso el país debió endeudarse y la deuda creció y creció, pero también estalló el sistema financiero. La banca internacional cuando vio el panorama levantó vuelo y entre robos y huídas nos dejó en la estacada y hubo que poner dinero, y para eso hubo que endeudarse también, y la deuda volvió a crecer y había que pagarla.

Y nos endeudamos para pagarla y se pagó puntualmente, y se quiera seguir pagando puntualmente. Pero el gobierno ya no tiene ni para pagar salarios y entonces aplica la receta conocida en Argentina los bonos alimentación, ¿pero cuánto tiempo pasará para que sean bonos equivalentes a dinero?
El FMI vino, vio y se fue. Ya no da ni para prestarnos el dinero para pagarles a ellos mismos, porque así funciona el mecanismo. En definitiva, este país no es tan importante como Argentina y Brasil que si no pagan, la gran banca internacional -la banca norteamericana principalmente- es seriamente perjudicada. Y si por algo pelea el FMI es precisamente para salvaguardar esos intereses, el resto de los tenedores de deuda no importan. A eso, justamente y no a otra cosa, apunta la reprogramación que plantea el Fondo. Y el gobierno lo sabe, y si no lo quiere es porque le implica un costo muy alto, tan alto que podría generar una crisis peor que la de agosto y son 172 años en el poder y no es fácil dejarlo.

Batlle se juega entonces la última carta y apela nuevamente a EE.UU., a su amigo Bush.



Copyright ©
Semanario Liberación
Box 18040
20032, Malmö, Suecia
Teléfono: +46 40 672 65 02
Telefax: +46 40 672 65 03
Correo electrónico: