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Políticos y partidos en nuevas disyuntivas |
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El año que hemos empezado a transitar traerá cambios significativos en la esfera política sueca. Por un lado el retiro de algunos líderes de sus cargos dirigentes y, por otro, la posible adaptación partidaria a la nueva circunstancia que surja del plebiscito por el cambio monetario, generarán un panorama diferente en el correr de los meses. Para ciertos líderes que se mantienen en la palestra política, con mayor o menor fortuna desde hace décadas, el año 2003 marcará el fin de su carrera ya sea por propia voluntad o por imposición de las circunstancias coyunturales internas de los partidos. El retiro más definido hasta el momento es el del demócratacristiano Alf Svensson, quien tras 30 años de ejercer el liderazgo de su partido por el que fuera en varias oportunidades candidato sin suerte a la jefatura de Estado, ha dicho abiertamente ahora que piensa abandonar su larga carrera. Tal decisión preocupa a la colectividad que agrupa bajo su égida ante eventuales fracturas que su ausencia pudiera producir en la unidad del Partido. Sin embargo Svensson estudia las formas de evitar tales consecuencias y para ello tiene ya en la mira como su sucesor al diputado Göran Hägglund, quien resulta su favorito para el cargo. Mientras tanto, para su propio horizonte personal Svensson ya avizora la posibilidad de ocuparse de la embajada en Israel que actualmente se encuentra sin representante. Entre tanto, en tiendas de los moderatas que unas recientes elecciones han deprimido en forma importante, las perspectivas de su líder durante 3 años, Bo Lundgren, se encuentran en un punto al borde de la pérdida de su posición. En efecto, la reducción de una tercera parte de sus electores en las últimas elecciones ha sido cargada a la cuenta de Lundgren por parte de sus críticos dentro del propio partido. Cobarde, triste, poco ideológica y con excesiva manipulación de cifras, son algunas de las características con que se ha calificado a su aporte a la campaña electoral que luego arrojó los tristes resultados obtenidos. Hoy, Bo Lundgren, tiene por delante 10 meses antes de la Asamblea del Partido para intentar un cambio en la situación de su colectvidad y, por consecuencia, en la de él mismo. Una importante contribución por el SI que pudiera influir en el referéndum sobre el EMU sería una carta a su favor. No obstante ya asoman nombres que apuntan a su sustitución como los Fredrik Reinfeldt y el de la diputada Gunilla Carlsson . Por su parte, en el partido de izquierda (Vänsterpartiet) la continuidad en la posición de líder de Gudrun Schyman que en este 2003 cumplirá 10 años, no parece muy segura. A pesar de que, bajo su égida, el Partido ha duplicado la cantidad de adeptos y , con su carácter ha sabido imponerle un perfil que algunos caracterizan de feminista, la estrella de Schyman parece estar declinando. La oposición a la EU y a la adopción del Euro resultará una muy importante cuestión que definirá, según el resultado del referéndum de setiembre, la situación no ya sólo de Schyman sino de su propio partido. En el caso de que el SI resulte ganador en dicha elección es probable que ella misma opte por abandonar el puesto que hoy ocupa para el que, hasta el momento, no se avizora sustituto. Göran Persson, por su parte, ocupa desde 1996 la presidencia de la Socialdemocracia y su popularidad ha ido en aumento. No obstante ello y según propias declaraciones en alguna oportunidad, a los líderes les llega un momento en que deben decir basta y es probable que cuando cumpla su mandato ponga en práctica tal manifestación. En la actualidad su más importante objetivo es el impulsar a los suecos a votar por el SI el 14 de setiembre, no obstante las profundas dudas que el proyecto EMU le merecían cuando asumió su liderazgo hace 6 años. De resultar triunfadora su posición pasará a la historia como el ministro de Estado que dio a Suecia una nueva moneda. Los cambios que tendrán como escenario este 2003 tienen que ver también y siempre girando en torno a los resultados del referéndum- con las orientaciones a encarar por los partidos. El Partido de Izquierda (Vänsterpartiet) y el de Medio Ambiente (Miljöpartiet) mantienen una cerrada oposición a la EU. Si el SI resulta mayoritario significará que por dos veces el pueblo afirma una posición favorable a la unión europea. El mantenimiento de aquella oposición aparecería entonces como una actitud alejada de la realidad y así lo han manifestado sus propios representantes partidarios. Ello aparejaría un cambio en el mantenimiento de la política de seguridad y, por ende, un giro ideológico de peso. El nuevo panorama surgido a estas instancias conllevaría además una diferente situación para los socialdemócratas que ya no tendrían entonces argumento para privar a estos partidos de participación en el gobierno. |
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