Escribe E.M.
El llamado registro de ideología ciudadana creado por la policía secreta se convirtió en un instrumento contra las libertades y la integridad de las personas. La mayoría de los afectados desconocían las razones y en gran parte nunca fueron escuchados. Sus nombres figuraban sólo por sospecha de ser comunistas. Las instancias que tenían a su cargo la defensa de la integridad del ciudadano no actuaron, permitiendo así que se violaran los derechos de muchas personas. El espionaje telefónico fue aceptado y utilizado en cualquier caso de simple sospecha, se afirma en la investigación.
Los resultados de la investigación presentada la semana pasada por la Comisión del Servicio de Seguridad, encabezada por Gunnar Brodin, manifiestan claramente que en las décadas de los 60 y 70, especialmente, la policía secreta registró a más de 100.000 personas por razones de su ideología, por sospecha de ser comunista o bien por haber hablado con una persona equivocada. Esto es, sin razones legítimas. Así mismo se afirma que las entidades y organizaciones de solidaridad y defensa del ciudadano como es el caso de los fiscales, las Cortes de Justicia, el Defensor del Pueblo (JO) y el Canciller de la Justicia (JK) fallaron en su control democrático, pues no defendieron a los ciudadanos en su integridad por razones del llamado temor ruso. Según Brodin, los fiscales exigieron, y las Cortes de Justicia aceptaron, el espionaje telefónico sin razones de peso judicial. En algunos casos este método se utilizó inclusive durante la década de los 70.
En rueda de prensa, la Comisión nombró otro tipo de abusos adelantados por la policía de seguridad como era, por ejemplo, el de permitir que organizaciones legales fueran infiltradas por la policía y el servicio militar. El informe, de 3.200 páginas, fue entregado al ministro de Justicia Thomas Bodström, y se espera que en estas dos últimas semanas de 2002 nuevos aspectos sean dados a conocer a la opinión pública.
El informe es el resultado de tres años de investigación durante los cuales Brodin y sus colaboradores revisaron los archivos provenientes de la Oficina de Información de la policía secreta, creada para llevar a cabo los registros; leyeron los reportes y libros; así como entrevistaron y escucharon a por lo menos 400 personas claves. Como lo afirmara Brodin, el informe presenta la cara oscura y desconocida de la Suecia del período de la Guerra Fría, durante el cual la imagen de amenaza pregonada, creada por la policía de seguridad y los militares se exageró, fue bastante general y pobre de actualidad. De otra parte señaló que lo realmente preocupante no es la existencia de ello, sino las magnitudes desproporcionadas de las medidas tomadas y del número de los afectados.
Según la Comisión, fue durante las décadas de gobierno socialdemócrata que el registro de ideología política del ciudadano llegó a alcanzar las grandes proporciones que hoy tiene, justificado en unas directivas de seguridad poco claras y caracterizadas por una doble mensaje. De otra parte, la iniciativa de crear la Oficina de Información en esa instancia, provenía de la seguridad militar.
Por su parte el ministro de Justicia, Bodström, manifestó, al recibir el informe, que se planea para la próxima primavera, por ejemplo, hacer más rigurosas las leyes de información policial, e igualmente se presentará una propuesta para que la persona que sea objeto de espionaje telefónico tenga un representante público en el tribunal de prueba.
Mensaje del Partido Comunista sueco (KPML-r)
Con motivo del informe dado a conocer por la Comisión de Servicio de Seguridad, representantes del Partido Comunista sueco, enviaron a los medios de comunicación, un boletín informativo en el cual señalan que la investigación presentada confirma el llamado espionaje por razones ideológicas no sólo durante el período de la llamada Guerra Fría, sino también durante los tiempos actuales. Se le exige al ministro de Justicia que actúe ante los hechos, ya que lo que se le ha presentado es un reporte de delitos cometidos e identificados, razón por la cual se espera que se tomen las medidas jurídicas necesarias contra los responsables del delito de espionaje. En el boletín de prensa, se dan a conocer algunas de las acciones del Partido Comunista que durante los últimos años han sido objeto de vigilancia y espionaje.
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