Escribe Jaime Padilla.

En un gimnasio improvisado cercano a la zona de Sofielund en la ciudad de Malmö, Juan José Passo, el mismo que en la comunidad latinoamericana es conocido cantor de tangos, enseña las técnicas del boxeo a una veintena de jóvenes; este deporte, es otra de sus pasiones que lleva a lo largo de su vida junto al canto. En ese mismo recinto hace un par de semanas nos recibió para hablarnos de sus ideas y proyectos a emprender en el próximo año, con el respaldo de entidades de fomento a la juventud de la comuna de Malmö.

Con orgullo Juan José Passo muestra a los muchachos de 13 a 20 años de edad que a su mando se mueven, efectuando ejercicios físicos. Junto a él está su hijo Facundo un joven que ha pisado el ring en competiciones del boxeo amateur en Suecia, ahora encargado de disciplinar a los futuros boxeadores. Y no podemos dejar de mencionar a Nino, el pequeño hijo de Facundo que con apenas 8 años de edad, comparte tres veces a la semana el trabajo deportivo que desarrollan su abuelo y su padre con el grupo de jóvenes, que -sin duda- también como él sueñan pisar un día el ring de combates.

Nuestro entrevistado tiene pasajes de su vida muy ricas en anécdotas e historias que a lo largo de sus años ha venido acumulando entre el escenario, como cantor de tangos y boxeador, siendo este último la pasión más grande que lleva en sí.

"Nada es casual en mi vida" dice cuando recuerda sus años mozos, allí en su Tucumán natal, (provincia del norte argentino), cuando su padre, también un hombre dedicado al boxeo, le conminaría entonces que termine con el canto y siguiera con el boxeo.

Fue más su férrea voluntad que lo lleva a pisar en sus mejores momentos el ring en combates que marcaron profundamente la vida para que sin abandonar su repertorio musical aprendió también a llevar paralelamente en su vida: el boxeo y el tango, habiéndole,ambas pasiones,enriquecido su trayectoria en el ámbito internacional, consiguientemente también grandes satisfacciones personales que en su momento los transmitiera a sus hijos y ahora a los jóvenes. "Todo es posible cuando sobra voluntad", nos dice al tiempo de corregir los movimientos de cuerpo y brazos a sus seguidores, que entrenan mientras conversa con este corresponsal.

La historia de hoy es otra. "Quiero dar una oportunidad a los jóvenes que gustan del boxeo" puntualiza Juan José al lamentar que en Suecia se tenga prohibido el boxeo profesional. Pese a ello muchos son los jóvenes que lo practican.

Los países que no fomentan el boxeo profesional son después de Suecia, Noruega, Islandia, Corea del Norte y Cuba. Sin embargo en el país cada vez con más fuerza son muchos los que se pronuncian por el boxeo profesional porque el boxeo amateur en la actualidad demanda una mayor promoción en los establecimientos educativos e instituciones deportivas.

Juan José Passo considera que solo con el fomento masivo del deporte se podrá rescatar a los jóvenes del circuito vicioso a los que están expuestos. "Es una de las premisas que junto a Rossmari Mazzoni, en los próximos meses vamos trabajar para albergar a una cantidad mayor de jóvenes, a la vez brindarles condiciones adecuadas para seguir practicando el boxeo" dijo al respecto.

Los jóvenes entusiastas -valga la aclaraciones no todos son latinoamericanos- han expresado a su vez su simpatía con sus entrenadores por el uso de un lenguaje comprensible y un método más práctico en el aprendizaje de las técnicas y secretos del boxeo.

Por las fiestas de fin de año "la escuela de boxeo" ha cerrado sus puertas y las reabrirá durante la segunda semana de enero venidero para inaugurar un nuevo periodo, nuevas metas y desde luego nuevas experiencias para todos quienes gustan de este deporte.