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Exposición de pinturas |
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La Galería Asociación Gráfica de Estocolmo, tuvo como invitada especial desde el 12 y hasta fines del mes de octubre a la artista Birgitta Brorström. En esta exposición en Estocolmo, ella presentó un variado número de cuadros caracterizados por las ricas tonalidades, la añoranza y la memoria por la historia. Desde el umbral de entrada de la galería, la artista logró cautivar la atención no sólo de los transeuntes, sino de todo aquel que entró al observar a través de la gigantesca ventana que daba al salón, la escultura de una enorme víbora que colgando desde el techo y con su rítmico movimiento daba la bienvenida a esta muestra plástica. Fue posible percibir a través de los cuadros un sereno influjo de Picasso, especialmente en el denominado Under Gaudis Måne. Como al igual que un cuadro cuyo motivo era un sayo nativo, el Huipil, de nuestros indios que estaba allí acompañado también de esculturas en terracota, de cosas sencillas, como las frutas. La memoria de los pueblos, antes de la llegada de los europeos, y aún de hoy, también estaban presentes a través de su cuadro urnas. Un cuadro tratado a la manera de Van Gogh, de miles de tonalidades en amarillo, invitaba a descansar, y cuyo motivo era un pastizal que ella tituló Palenque. De manera singular también, la artista logra imprimir en su obra Flykt, el sentimiento del destierro, de lo abandonado: una bandada de pájaros que revienta el cielo y marchan juntos sin horizonte. /Jeremías Penayo |
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