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01-Noviembre-2002

 

Escuche, amigo

 

escribe LEO

No ganamos para sustos, amigo, y cada tragedia no es más que el preámbulo de la siguiente. Y todas, y es importante no olvidarlo, tienen causas muy concretas. Que son las que algunos protagonistas se niegan a reconocer, porque hacerlo afectaría a los poderes establecidos, a intereses nacionales y/o sectoriales. Entonces el recurso más fácil, es cargarle el mochuelo al terrorismo. Que sin duda existe y constituye una amenaza para todos, incluidos los inocentes. Pero que, previsible e infortunadamente ha terminado por contaminar a los que han lanzado la cruzada a muerte para combatirlo. La consecuencia más perversa, es su utilización, por el poder establecido para acallar toda crítica, para aprobar leyes que significan un vaciamiento cada vez mayor de la ya débil democracia cada vez más entregada al poder de los servicios de seguridad policiales y militares. Y usted sabe muy bien, amigo, en que termina la abdicación del poder civil en favor de esas fuerzas.

La más reciente tragedia ha sido la del teatro Dubrovska de Moscú, tomado por un comando de independentistas chechenos, en guerra con Rusia, que utilizando métodos terroristas amenazaban con el exterminio de unos 600 rehenes junto con la inmolación propia.
Esta tragedia no ha terminado porque los rehenes liberados por las fuerzas de seguridad rusa están muriendo a causa del misterioso gas que dichas fuerzas utilizaron para reducir y/o exterminar a los secuestradores y de paso a los secuestrados. No es del caso pronunciarse sobre los pormenores del sangriento rescate que ha contabilizado más de 120 muertos entre los secuestrados y la casi totalidad de los secuestradores.

La tragedia del teatro Dubrovska, cuyas secuelas recién comienzan a salir a luz y en la que talvez la verdad sobre todos sus pormenores nunca se sabrá, ha servido entre otras cosas para mostrar una vez más la arrogancia y el desprecio del poder por la vida humana, el perverso papel de los medios de información, y la mezcla de cobardía y miopía de los líderes europeos. Apenas finalizada la controvertida invasión de las fuerzas de seguridad al escenario del drama, el presidente español José M. Aznar y el rey Juan Carlos se apresuraron a enviar una felicitación y su solidaridad al ex-agente de la KGB, Vladimir Putin -convertido en nuevo socio demócrata de la comunidad internacional por su contribución a la lucha contra el terrorismo. Pocas horas después, cuando empezaron a conocerse algunos detalles de la operación de las fuerzas de seguridad de Putin, la felicitación desapareció de los telediarios de la televisión española, que suele repetir hasta el cansancio las genialidades que fluyen de la boca de los representantes del poder. Entretanto esa misma televisión, informaba sobre una botellla de alcohol encontrada junto al cadáver del jefe del comando checheno y rastros de estupefacientes en la sangre de los terrorista abatidos. (Después se supo que se trataba del misterioso y mortífero gas utilizado, por los hombres de Putin). Otros informadores y expertos, suecos entre ellos, aprovecharon la ocasión para desempolvar su viejo odio/temor al comunismo y atribuir el secretismo, el inhumano trato a los afligidos parientes de la víctimas y el desprecio por el ser humano, a la herencia soviética. ¿Se da cuenta, amigo qué nivel de prensa libre que tenemos en esta civilizada Europa? Una Europa que ha guardado un vergonzoso silencio frente a las atrocidades del ejército ruso en Chechenia.

El cowboy de la Casa Blanca mostró también su apoyo a su nuevo socio y discípulo en la cruzada antiterrorista seguramente a cambio de un vergonzante apoyo a la agresión contra Irak, enmascarada en una abstención de su capacidad de veto. Putin, más inteligente y astuto que el cowboy, copió textualmente el discurso de este después del 11-S, apeló al patrioterismo. Dijo frases como que el terrorismo no nos pondrá de rodillas y adoptó las mismas medidas represivas contra la minoría chechena y contra toda voz crítica, algunos periodistas entre ellos, que Bush y su pandilla aplicaron y siguen aplicando en su país. La naturaleza del gas utilizado es la gran discusión en el tapete. Mientras el imperio prepara su criminal agresión contra el pueblo iraquí, a pretexto del arsenal de armas químicas y biológicas que supuestamente posee Irak, el grueso de esas armas está en manos de líderes demócratas como Bush y Putin. ¡Qué le parece, amigo! ¡Qué suerte la nuestra! ¿Quién le inquieta más? ¿El maltrecho Sadam Hussein o estos otros cruzados contra el terrorismo? La triste comprobación es que a más de un año del 11-S el gran triunfador es el terrorismo. Nos ha contaminado a todos.



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