escribe LEO

Esta dictadura del mercado que padecemos a escala global, que lógicamente tiene su correspondencia en el pensamiento único, represión policial y judicial, terrorismo ideológico, descalificaciones a falta de argumentos, es cuestionada a escala global de una forma cada vez más amplia. Poco nos enteramos, de ello, amigo, porque cuando los trabajadores paralizan la vida de un país, como ocurrió recientemente en el Reino Unido e Italia, apenas si nos enteramos porque la prensa libre le suprime o minimiza la información. De la misma manera que ensalza, destaca y, vergonzosamente apoya, los intentos de los golpistas venezolanos, un diario sueco muy demócrata, llegó a la desvergüenza de saludar el derribo de Chávez en un intento fallido, que con la activa colaboración de Estados Unidos y la complicidad de muchos gobiernos democráticos intentan derribar a un presidente elegido democráticamente por la mayoría del pueblo de ese país.

Es un modelo sostenido por las fuerzas de seguridad y el dominio y manipulación constante de la información. Pero sin pueblo. ¿Usted vio alguna vez, amigo, una manifestación de fuerzas sociales en apoyo de la globalización neoliberal, del Fondo Monetario o el Banco Mundial? ¿Recuerda lo que pasó con la Marcha en favor del capitalismo, aquí y en otros países? Cuatro gatos, como quien dice.

Y ocurren casos singulares que son tan significativos y más difíciles de ocultar, que son realmente reconfortantes. Le recordaba hace unas semanas, en esta misma columna, amigo, la actitud decente y valiente del sueco Hans Blix que encabeza la misión de inspectores de NU a Irak afirmando que él recibía ordenes del organismo multinacional y no de Estados Unidos. Un caso semejante ha ocurrido con el encargado de negocios de España en la República de Irak, Fernando Valderrama, que ha dimitido de su cargo por la postura obsecuente del gobierno de José María Aznar, de apoyar incondicionalmente a Bush y su pandilla, con o sin mandato de las Naciones Unidas, para agredir militarmente al pueblo iraquí, . Valderrama, que ha visto en directo las consecuencias de la agresión imperial al pueblo iraquí, y es un hombre de principios éticos, ha preferido hipotecar su carrera antes que callarse. Su jefa, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, del Opus Dei, faltaba más, en una típica reacción de los ideólogos de la derecha, ha pretendido descalificarlo acusándolo de miedoso. (En alusión a los posibles bombardeos sobre Irak) Se da cuenta, amigo, qué nivel el de esta ministra?. Valderrama, que tiene antecedentes de no ser precisamente un miedoso, le contestó con altura que si fuera cierto lo del miedo, como cristiana, la ministra debería tener una actitud más comprensiva y humana y no tan despreciativa. Aunque el episodio de Valderrama no haya tenido mayor interés para nuestros informadores pese a la candente actualidad del problema iraquí, no me negará, amigo, que nos fortalece a todos. Porque con este tipo de gentes se construye el futuro.E