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Ingemar Simonsson: |
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Después de los hechos del 11 de septiembre del año pasado, el gobierno de Estados Unidos lanzó la idea de una guerra contra el "imperio del mal" que implica una peligrosa simplificación y generalización del mundo y los problemas internacionales. Yo no podría asegurar de que al presidente norteamericano el ataque al WTC de Nueva York y el Pentágono le vino bien, como pretexto para lo que ya estaba solicitando: más dinero para la guerra contra los enemigos de Estados Unidos; pero es objetivo que luego del día 11 pudo lograr esos recursos muy facilmente. Creo que si no tenemos una perspectiva histórica podemos caer en una visión en blanco y negro sobre Estados Unidos, como la que tiene el mismo George Bush, que a la larga no va a ganar nada: o una visión triunfalista, o por el contrario que caigamos en el más profundo pesimismo. Pero también hay que recordar que las protestas contra la guerra en Vietnam surgieron primero en los propios Estados Unidos, mucho antes de que aquí en Europa comenzáramos a manifestar. Nacieron del propio pueblo norteamericano, que como todos los pueblos tiene también fuerzas democráticas y progresistas; gente crítica, intelectuales brillantes, religiosos comprometidos por los derechos de la gente en el propio país y en el resto del mundo, gente que viene de la tradición de Martin Luther King. Sectores que no son guerreristas, que luchan por la paz. Y eso no se debe olvidar. Es claro que el ataque terrorista del 11 de septiembre fue un terrible shock para todos por su brutalidad, por las víctimas civiles, incluso los pasajeros de los aviones secuestrados y lanzados contra las Torres y el Pentágono. Una cosa hecha por gente que sabía lo brutal de lo que estaba haciendo, gente que había calculado friamente ese ataque, y que no le importaba las consecuencias posteriores en todos los sentidos de ese acto. Yo sé que las reacciones posteriores a nivel de la gente han sido variadas, seguramente no fueron iguales en América que en Europa, por la visión que se tiene de los gobiernos de Estados Unidos y de su política exterior. En Europa como en otros lados, esa política que Bush lleva adelante pone en peligro los derechos democráticos. Los presos que tienen en Guantánamo son un ejemplo de esa violación de los derechos más elementales. Parece que ahora el gobierno de Göran Persson comienza a darse cuenta de lo peligroso de la política del gobierno de Bush. Que lejos de mejorar la situación internacional la empeora, porque se juega por la negativa. Que por ejemplo, ahora se propone atacar a Iraq. Además, es claro de que en Estados Unidos existe una derecha cristiana que apoya y alimenta esta "guerra santa" de Bush. Pero esta política a largo plazo no será exitosa, será un fracaso para Bush. |
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