Lo primero que hay que decir es que el ataque del 11 de septiembre de 2001 fue un acto terrorista brutal con el cual uno no puede simpatizar de ninguna manera. Un ataque de esa naturaleza contra civiles debe ser condenado. Se podría decir también, como dice Noam Chomsky en su libro sobre el 11 de septiembre: "El 11 cambió al mundo, la silla quedó mirando para el otro lado". Pero hay que ver además, en qué contexto se produjo este ataque y porqué a Estados Unidos.

Estados Unidos después de la segunda guerra mundial contribuyó activamente y apoyó directamente golpes de Estado, dictaduras militares, torturas, desapariciones y asesinatos en todo el mundo. Ese ataque del año pasado a Nueva York se debe condenar, tanto como los que Estados Unidos y sus aliados han hecho. Cualquiera recuerda que han habido dictaduras pro-norteamericanas en media Asia, en toda América Latina, en una parte grande de Africa, en Medio Oriente, la lista es enorme.

Ahora se habla de condenar a Saddan Hussein, y debe ser condenado por fabricar armas de exterminio masivo que son un peligro para la gente, y por su arrogancia y desprecio hacia la opinión pública internacional. Pero es una hipocresía muy grande no condenar al mismo tiempo a Israel que no sólo planea tener armas de exterminio masivo, sino que ya las posee.

Es una actitud hipócrita además, porque tampoco se condenan al mismo tiempo a otros regímenes despóticos que existen también en esa región.

Parecería que es permitido oprimir, reprimir, encarcelar y matar a un pueblo si se es amigo de Estados Unidos. El ejemplo lo da Estados Unidos mismo cuando se pone fuera de la ley, como actualmente que se niega a aceptar rubricar el Tribunal Penal Internacional (TPI).
Resumiendo, se puede decir que algo ha cambiado: antes se cazaban comunistas, ahora son los terroristas.

Mikael Wiehe, es uno de los cantantes y compositores más populares de Escandina-via. Con el fallecido músico Björn Afzelius fundó en los años 70 el legendario grupo de música progresista Hoola Bandola Band.