|
||||||
Escuche, amigo |
||||||
escribe LEO En estos días se exhibe en las salas de cine del país la película del joven realizador sueco Lukas Moodysson, Lilja 4-ever, en la que, a través de un drama personal, penetra en la sombría trama del comercio sexual de jóvenes mujeres y niños que se practica en Europa y otras regiones del mundo. Es una variante más sofisticada y, si cabe, más cruel, del comercio de esclavos procedentes de Africa, practicada por las emergentes potencias capitalistas europeas, Gran Bretaña a la cabeza, desde el siglo XV en adelante. Comercio que constituyó, en esos siglos, el mayor elemento de acumulación del sistema capitalista. Cuando la revolución industrial impuso la necesidad de consumidores para las manufacturas, Gran Bretaña se transformó, con la misma hipocresía de ahora, en el campeón del abolicionismo. No fue por consideración a los derechos humanos. Algunos testimonios literarios han documentado esa barbarie, aunque pintándola como un hecho del pasado, inconcebible en nuestra civilizada Europa de hoy. No se lo crea, amigo. Hay un hilo conductor entre aquella esclavitud y esta que la película mencionada describe. Y usted sabe, amigo, cuántas jóvenes, según ha estimado la Unión Europea, están atrapadas por las mafias capitalista actuales y obligadas a prostituirse en las luminosas, ricas y civilizadas ciudades de Europa occidental? 500 000 mil! Cifras oficiales. La realidad puede ser cuantitativamente peor. Curiosamente, todas proceden de los países donde hasta finales de los 80 existía el odiado comunismo. Pero, fíjese que raro, que en ese sistema que no tuvo en sus 70 años de existencia un sólo minuto de tregua por parte del mundo capitalista, ni la tiene todavía pese a que dicen que desapareció, esas jóvenes estaban en la universidad, en las fábricas o en ocupaciones diversas, más o menos dignas. Y los niños, ni qué decirlo, en la escuela y con asistencia médica asegurada. Ahora se dice, las cifras pueden ser exageradas, que hay cuatro millones de niños de la calle en las grandes ciudades de la ex-Unión Soviética. Esto lo dicen los propio medios de comunicación del sistema capitalista que controlan la información en el planeta. ¿Qué le parece, amigo? Usted como yo, talvez fue crítico de las fallas de aquel sistema, desvirtuado en sus fundamentos por los encargados de aplicarlo lo que condujo a su destrucción. Pero si lo compara con esta democrática civilización occidental era un paraíso. Usted se preguntará, como tantos otros, cómo es posible que con todos los medios legales, tecnológicos y militares de que disponen estos gobiernos, más los que se han establecido después del 11-S, no sea posible poner fin a estas mafias. Cómo es posible que un joven disidente de este sistema, quiera participar en una demostración contra la injusticia o la guerra, en otro país de Europa y la policía de ese otro país lo detiene aunque sea transitoriamente cuando llega?. ¿Por qué no aplicar la misma diligencia policial que hizo que recientemente se frustrara el secuestro de un joven millonario sueco? ¿Es que estos cientos de miles de muchachas, no pertenecen a la especie humana y a la civilizada Europa? Pregúnteselo a sí mismo, amigo, y a los gobernantes ahora que están accesibles y le piden el voto. |
||||||
|
||||||
|