Obras de once artistas integrantes del Taller Colectivo de Grabado (KKV) una de las instituciones más prestigiosas de este género de Suecia, están siendo expuestas desde el 29 de mayo al 21 de julio en el Museo Erasto Cortés de Puebla, y del 10 de junio al 7 del julio en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, en un intercambio cultural establecido entre los dos países que poseen a nivel internacional de una rica tradición del grabado.

Con tal motivo se encuentran actualmente en México algunos de los expositores que viajaron representando este envío, que integran obras de Håkan Berg, Manuel Calvo, Christina Campbell, Juan Cano, Cecilia Cavefors, Margit Gustafson, Arnold Hagström, Jan-Anders Hansson, Hasse Hasselgren, Charlotta Wallström y Jukka Vänttinen.

Los artistas pertenecen a diferentes generaciones y con propuestas muy variadas. Entre los artistas presentes se encuentran los conocidos cultores del grabado Hasse Hasselgren y Christina Campbell. Hasselgren quien dirige este taller, está considerado junto al desaparecido grabador Bertil Lundgren, uno de los principales maestros de Suecia que han influído notablemente en la formación de varias generaciones jóvenes de grabadores.

En uno de los textos introductorios del catálogo de estas exposiciones señalan con razón los organizadores mexicanos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca que Las artes gráficas han sufrido desde hace años un desplazamiento injusto dentro de los circuitos dominantes del arte. La comercialización del objeto artístico, llevó a la noción errónea pero muy difundida, de que una obra de arte tiene valor no por sus cualidades estéticas, expresivas y plásticas, sino por su carácter de pieza única en el mundo. Esto llevó a la pintura, escultura, instalación y otras disciplinas a colocarse por encima del grabado en sus distintas técnicas, por tener éste la posibilidad de reproducción múltiple. El absurdo es injustificable, pues en el plano estrictamente cultural, podríamos demostrar que que las estampas de Goya o Durero son más interesantes y logradas que la mayoría de sus pinturas.

El KKV de Malmö es uno de los más reconocidos del país, cuenta con 130 socios y es financiado mediante el aporte de sus propios integrantes y ayuda comunal. Este taller tiene una larga trayectoria en Suecia, poseyendo recursos modernos que hace posible que los artistas puedan usar y experimentar apoyándose en las más actuales y múltiples posibilidades técnicas del grabado. /P.V.