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escribe Verónika Engler. Hemos sembrado una semilla, esperemos esta tenga la fuerza de empujar a la mujer boliviana y latinoamericana a ensanchar su acción en esta sociedad, para trabajar de manera solidaria contra todo tipo de discriminación, dijo María Miranda, de la asociación anfitriona al tiempo de clausurar este seminario de la mujer, que lograra en todas las participantes un alto nivel de estímulo en la búsqueda de claras respuestas a una serie de problemas latentes que desafortunadamente están expuestas en gran parte de la población sueca. La Asociación Bolivia Chasqui conjuntamente con la Federación Boliviana y la entidad sueca ABF preparó este acontecimiento que tuvo lugar en Uppsala durante el sábado 18 y domingo 19 de mayo. Una necesaria cronología En el momento inaugural María Luisa Tirado, encargada de la Secretaría de la Mujer de la Federación Nacional de Asociaciones Boliviana en Suecia, subrayó que «la experiencia que logremos aquí, de todos los temas que vamos a abordar, será enriquecedor y si sabemos utilizarla en el hogar y en nuestras organizaciones, puede movilizar a la mujer, al hombre y a la juventud en la lucha contra la violencia en todas sus formas». Naturalmente correspondió a la presidenta de la Asociación Bolivia Chasqui las palabras de bienvenida a las participantes y disertantes. Margarita Salomunovic fue la encargada de dirigir el desarrollo de los temas. Irene Molina, geógrafa social, investigadora en la Universidad de Uppsala abrió el debate: etnicidad, clase y género. «El feminismo sueco no ha sido capaz de separar las distintas condiciones de la mujeres y no se preocupa de las diferencias de clase que son un factor real», dijo. «Las mujeres inmigrantes -explica- no existen dentro de el feminismo sueco, no existimos en los debates, sino que aparecemos como seres asexuados que pertenecen sencillamente al grupo inmigrantes». Critica la falta de atención al tema del racismo (etnicidad y raza) porque según Irene Molina el feminismo sueco pretende incluir el tema de la mujer en su condición étnica y racial. Habló asimismo de la segregación laboral, señalando las diferencias entre la segregación vertical y la horizontal. Una serie de preguntas formuladas por las participantes facilitó a la expositora a ampliar su análisis. A su turno María Paz Acchiardo, responsable de integración de la Unión General del Trabajo (LO), ex vice alcaldesa de la ciudad de Estocolmo se refirió a: Cultura e Integración Social. Una breve introducción histórica en torno a su trabajo en el campo político y sindical, fue su carta de presentación. Presentó su proposición: «Nytt liv i Sverige», un proyecto cultural en la vida laboral que tiene por objeto hacer visible la importancia de la inmigración en el desarrollo de la sociedad sueca. Resaltar la libertad de expresión y la cultura en el ambiente laboral con ayuda de todos las formas y medios de expresión, mediante la creatividad y formación popular. «Los inmigrantes de Suecia son parte de la historia del movimiento de los trabajadores y de la herencia cultural del país. Ellos han contribuido al desarrollo de la sociedad». «Cuando la comprensión y el conocimiento crecen, disminuyen las ideas equivocadas y los prejuicios», subrayó. Después del almuerzo que transcurrió en un agradable ambiente de confraternidad Bernardita Díaz, presidenta de Terrafem desglosó el tema: Violencia y maltrato a la mujer Como mujer y extranjera identificó con claridad las diferencias de las pautas culturales, valores y códigos incorporados de forma inconsciente. «Estos nos condicionan y muchas veces determinan, separándonos. Hacer visibles esas diferencias y las formas en que se manifiestan nos unifican», destacó. A la misma vez informó que su organización responde a las necesidades de las mujeres maltratadas ofreciéndoles apoyo y guía para desenvolverse en la sociedad sueca. Bernardita Díaz habló del proceso de maltrato a la mujer con un ejemplo gráfico de como éste actúa en la relación de la pareja, quebrando psíquicamente la voluntad de la mujer, minando la imagen de si misma y mostrando como el hombre que maltrata se va convirtiendo paulatinamente en el único marco de referencia. «El maltrato actúa como una suerte de tortura donde alternando la violencia con el afecto va reduciendo el espacio de vida de la mujer sistemáticamente, sentenció. Grupos de trabajo Una vez concluida la participación de las tres disertantes se conformaron seis grupos de trabajo para analizar los temas: Clases sociales, Etnicidad, Género y Cultura La discusión desglosó los siguientes puntos: Integración, Desigualdad laboral, Discriminación, Violencia doméstica, Capacitación y estudios y Conclusiones. Una agradable cena de camaradería, fue el epílogo de la primera jornada. |
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