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Hungría y los niños de Europa Algunos poetas magyares |
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escribe Juan Cameron. Si bien la aparición de Los niños de Europa/ Una nueva antología de la Poesía de la Europa Oriental, tuvo en sus comienzos un tinte político, su contribución puso en escena a una generación de importantes poetas húngaros, varios de los cuales han sido traducidos al inglés desde entonces. Con todo, la expansión de este género en un idioma casi desconocido para el resto del mundo, requiere de una pronta traducción, por su valor y contexto, al idioma castellano. Cuando en 1990 Penguin Books editó la recopilación de Michael March, Child of Europe/ A new Anthology of East European Poetry, compasivas voces de solidaridad surgieron en Occidente hacia estos pobres colegas recién liberados de algún yugo indeterminado. Había caído el Muro de Berlín y Kohl colonizó la otra Alemania; sin dificultad algunos países de la Europa Oriental lograron sobrevivir apenas y otros, como Yugoslavia o Checoslovaquia, sufrieron la desintegración. Hungría estuvo entre los primeros; mal que mal la experiencia de 1956 logró modificar su relación con la Unión Soviética y su standard de vida era bastante superior a cualquiera de sus vecinos. En Suecia supimos de varios de los antologados: Ryszard Krynicki y Tomasz Jastrun de Polonia, Tomaz Salamun de la ex Yugoslavia, Doris Kareva, de Estonia. Otros, como en el caso de los húngaros, lograron una pronta notoriedad en el continente. La recopilación de March incluía a György Petri, Zsuzsa Rakovszky, Tibor Zolan e Imre Oravecz. Más de una década después sus nombres aún figura, y con más fuerza, en el discurso literario magyar. György Petri ya no está con nosotros. Había nacido en Budapest, en 1943 y falleció el año 2000; al parecer por suicidio. Fue un activo y prominente disidente, quien había recibido una educación católica, aunque se declaraba ateo y descendiente de judíos y serbios. Estudió Filosofía y Psicología y durante un tiempo trabajó en una institución psiquiátrica. Publicó Magyarázakot M. számára (Explicación húngara para M., 1971), Körülírt zuhanás (Caída circunscrita, 1974), Örökhétfö (Lunes eterno, 1981), Valahol megvan (Existe en alguna parte, 1989), Valami ismeretlen (Algo desconocido, 1990), Sár (Lodo, 1993) y Amíg lehet (Aún hay tiempo, 1999). Irónico, amargo, insolente, fue el más grande poeta de su promoción. En su último libro declara: Es difícil imaginar al mundo sin mí/ Pero, quién lo dice/ Debo imaginarlo de algún modo?. Zsuzsa Rakovszky nació en Sopron, en 1950. Entre 1970 y 1975 estudió Literatura Inglesa y Húngara en la Universidad de Eötvös, en Budapest. Ha publicado Jóslatok és határidök (Profecías y últimas líneas, 1981), Tovább egy házzal (Una casa bastante lejos, 1987), Fehérfekete (Blanconegro, 1991), Hangok (Voces, 1994) y Egyirányú utca. Új versek 1994-1997 (Calle en un sentido/ Nuevos poemas 1994-1997). En 1994 aparece en inglés una selección de sus poemas, bajo el título de New Life, traducidos por George Szírtes (New York, Oxford University Press). Tibor Zalán nació en 1954 y estudió Literatura Húngara y Rusa en la Universidad de Szeged y es autor de numerosos libros de poesía, dramaturgo y profesor. La aparición de Dénme un respiro, hacia finales de los setenta, lo estableció como un innovador de técnicas dentro de la vanguardia húngara. Imre Oravecz nació en Budapest, en 1944, donde reside; aunque buena parte de estos últimos años los ha pasado en los Estados Unidos. Traductor, es también autor de cinco libros de poesía, entre los que figuran Hey! (1972), Septiembre 1972 (1988) y Halászóember (Pescador, 1998). Varios otros autores, no incluidos en la antología de March, han ido cobrando importancia durante esta década. Uno de ellos es Péter Kántor, nacido en Budapest, en 1949, ciudad donde hoy trabaja en una consultoría. Es autor de una decena de libros y, en 1993, fue convidado a Las Jornadas de la Poesía en Malmö, que organiza Lasse Söderberg. También cobra importancia Ottó Orbán, cuyos Selected Poems, traducidos por George Szírtes aparecieron en Inglaterra en 1993. Autor prolífero, registraba más de dieciséis libros hacia 1992. Por último, los registros más contemporáneos resaltan las contribuciones de Adám Nádasdy, Ferenc Kovács, István Váncsa, Imre Bata, Erzsébet Molnár, Gizella Tarnói y Zoltán Kovács, en un género en permanente expansión y muy digno de ser conocido en otros idiomas. |
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