Carlos Vidales. Está prohibido, en los países civilizados, chupar licores fuertes, alcohólicos y espirituosos en horas de trabajo, pues la borrachera afecta la cantidad y la calidad de la producción. También se prohibe ingerir los mencionados líquidos cuando se maneja un automóvil, porque un conductor ebrio corre el riesgo de matarse o de matar a otros por esos caminos del diablo. Esta regla tiene una excepción: si usted es un Jefe de Estado capitalista, o Negociador Plenipotenciario, o alto jerarca del Fondo Monetario Internacional, tiene derecho a tomar sus decisiones después de brindar a la salud de sus colegas.
Siempre me ha parecido que esta excepción es estúpida, porque si el conductor de un vehículo puede matar, digamos, a unas cuantas personas cuando maneja borracho, es evidente que un Jefe de Estado puede asesinar a millones de criaturas humanas o un alto ejecutivo del Fondo Monetario Internacional puede condenar a la muerte por hambre a cientos de millones de individuos, si sus decisiones son tomadas bajo los efectos de un simple Bloody Mary o de tres o cuatro Margaritas.
Conversando sobre este punto con un Jefe de Estado de cuyo nombre no quiero acordarme, me confesó espontáneamente (después de tres botellitas de brandy) lo que sigue: "Mira, viejito, las decisiones siempre están tomadas antes de la ingestión de licores, incluso mucho antes de los encuentros y reuniones en la cumbre que organizamos cada vez que la opinión pública muestra síntomas de inquietud. No te preocupes: todo lo tenemos fríamente calculado".
- ¿Me quieres hacer creer que todas las propuestas de solución a la crisis que hasta ahora hemos oído de ustedes, han sido concebidas en estado de sobriedad? - le pregunté, muy sorprendido.
- Tu pregunta es muy compleja, explícate, por favor - me respondió con su profunda voz de estadista borracho.
- Pues, vamos a ver: primero fueron, si mal no recuerdo, el ex Primer Minstro Tony Blair y el actual presidente francés Nicolás Sarkozy, quienes, durante un seminario internacional realizado en París en enero de 2009, proclamaron la necesidad de "nuevos valores" para salvar el capitalismo. Blair propuso un nuevo orden financiero basado en "valores diferentes del máximo beneficio en corto plazo". Para mí, Blair tiene que haber estado borracho cuando dijo esto, porque él mismo obtuvo "máximo beneficio en corto plazo" cuando apoyó, contra la voluntad de su propio pueblo, la guerra ilegal de la Alianza Terrorista contra el pueblo de Irak. Y muy borracho tiene que haber estado, porque la esencia misma de la especulación capitalista es obtener "máximo beneficio en corto plazo". El núcleo del genoma capitalista, es decir, del mapa genético del capitalismo, consiste en transferir la mayor cantidad posible de tiempo, trabajo y propiedad de los legítimos propietarios (trabajadores) a manos de los explotadores (capitalistas), en el menor tiempo posible. Para cambiar estos "valores" hay que cambiar todo el sistema y construir un sistema nuevo en el cual sea imposible comportarse como un Tony Blair. ¿Me explico?
Lo de Nicolás Sarkozy es más delirante. El marido de doña Carla dice que el capitalismo basado en la especulación financiera es "un sistema inmoral que ha pervertido la lógica del capitalismo". Como si alguna vez el capitalismo se hubiera basado en alguna lógica "moral". Propone el presidente franchute "refundar el capitalismo". Esto es como si un cancerólogo propusiera implantarle un tumor nuevo al enfermo, porque el que tiene lo está matando. Este hipotético cancerólogo estaría, como el señor Sarkozy, más preocupado por la salud del tumor que por la salud del enfermo. Naturalmente, en esta lógica del capitalismo, si el paciente se muere también se muere el tumor, lo cual sería una desgracia. Y es que, sencillamente, la "lógica del capitalismo" es la lógica del antihumanismo, es la negación del humanismo. ¿No se necesita estar perdidamente borracho para salir con semejantes propuestas?
Después de esto, se han sucedido los análisis, los proyectos, los encuentros, las "cumbres" y conferencias y reuniones y congresos, con sus respectivos brindis y "coctelpartys". Para hacer el cuento corto, mencionaré algunas de las más importantes soluciones planteadas en este período.
El gobierno norteamericano ha estatizado algunos bancos al mismo tiempo que ha inyectado cientos de miles de millones de dólares en favor de las instituciones financieras que causaron la fase coyuntural de esta crisis estructural, para que puedan continuar causando nuevas crisis con el dinero de los contribuyentes. Cuando la situación se "normalice", es decir, cuando los ciudadanos puedan obtener como préstamo el dinero que era suyo antes de la crisis, entonces las entidades estatizadas serán privatizadas de nuevo.
Los gobiernos socialdemócratas dicen que no tocarán los fondos sociales ni con el pétalo de una rosa. Pero al mismo tiempo destinan centenares de millones de euros en favor de los especuladores financieros. ¿De dónde sacan este dinero? Pues de los fondos fiscales (si existen) o de la deuda del estado, lo que implica que nuestros hijos y nietos pagarán lo que cuesta mantener vivo el tumor canceroso.
En suma, no se habla de lo que es lógico y lo que es "moral": 1- Que los ricos capitalistas contribuyan a pagar proporcionalmente los costos de la crisis; 2- Que se implementen profundos cambios sociales, de estructura, en el cuerpo social. Se trata, pues, de lo que ya he dicho: las soluciones propuestas no buscan mejorar las condiciones de vida de la humanidad doliente y trabajadora, sino conservar a todo trance la capacidad de expoliación y usura de los tiburones capitalistas.
Dicho todo esto, me volví hacia mi amigo el Jefe de Estado para oir su respuesta. No fue posible, porque se había dormido mientras yo hablaba y ahora su chofer tenía que llevarlo a un importante cóctel en pro del medio ambiente.
Continuará
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