Unas 7000 personas manifestaron por las calles de Malmö el pasado sábado, congregándose frente al estadio Baltiska hallen, donde jugadores de tenis de Israel disputaban sin público un partido de la Copa Davis contra el equipo de Suecia.
La actividad convocada por la red "Stoppa matchen-Bojkotta Israel" (Parar el Partido-Boicotear a Israel), comenzó con una concentración previa en Stortorget donde hicieron uso de la palabra entre otros Per Gahrton, ex-euro-parlamentario y presidente de los grupos de apoyo a Palestina de Suecia; Lars Ohly, líder del Partido de Izquierda y el compositor judío-sueco Dror Feiler, presidente de la Asociación Judíos-Palestinos por la Paz.
Gahrton aseguró, en una alo-cusión pronunciada antes de iniciarse la multitudinaria marcha hacia el estadio, que esa acción era un medio éxito, porque la protesta en Malmö contra Israel era ya titular de prensa en medios israelíes, árabes e internacionales, al tiempo de elogiar a los políticos comunales de la ciudad que re-solvieron acompañar la acción de protesta, en una clara alusión al socialdemócrata jefe comunal Ilmar Reepalu que participó en el debate público solidarizándose con las víctimas civiles palestinas de Gaza, y a Carlos González representante del Partido de Izquierda en la co-munal Comisión de Tiempo Libre, la que resolvió finalmente que la Copa Davis se jugara sin público. El presidente de los grupos por Pa-lestina también criticó en su dis-curso a los diarios Dagens Nyheter y Sydsvenkan por orquestar una campaña tendiente a desacreditar y minimizar las protestas contra Israel.
-El objetivo de esta mani-festación tiene tres mensajes. ¡A los palestinos: apoyamos vuestra lucha por libertad y justicia y tener un propio Estado! ¡A los israelíes: No aceptamos vuestra política de ocupación. Exigimos que respeten y cumplan las leyes internacionales! ¡Al movimiento deportivo: Les exigimos que cumplan con vuestros propios ideales de igualdad de derecho al deporte para todos! dijo Per Gahrton recordando el informe dado a conocer por los Grupos por Palestina que denuncia los atropellos y atentados israelíes que impiden al pueblo palestino y a sus deportistas ejercer ese derecho.
Por su parte Lars Ohly dijo: Una parte de los que debatieron estos días se incomodaron porque la Copa Davis se iba a jugar con las gradas vacías. Nosotros que hoy manifestamos no entendemos como pueden estas personas preocuparse porque exigimos un boicot de Israel, y no de que éste viole leyes de trato humanitario y los derechos humanos. ¿Dónde estaban ustedes cuando las bombas israelíes mataban a más de 400 niños? ¿Dónde han estado durante más de 60 años cuando los palestinos han estado exilia-dos o eran expulsados de su pro-pio país? ¿Dónde han estuvieron ustedes cuando por más de 40 años Israel ha violado el derecho internacional ocupando Palesti-na? ¿Han ustedes acaso protesta-do contra la hambruna de Gaza? ¿Protestaron contra la represión, las expulsiones, contra las anexiones de un país? preguntó el líder del Partido de Izquierda, res-pondiéndose que para estas perso-nas lo más importante era que se fuera a impedir el partido de tenis. ¡Es vergonzoso! ¡Es miserable! dijo Ohly.
Para los diarios sólo hubo violencia
Naturalmente este acto de soli-daridad en Suecia hacia el sufrido pueblo palestino y de clara con-dena a Israel, tuvo una constante y bien orquestada campaña en contra y pro-israelita dirigida principalmente por el monopólico diario local Sydsvenskan que buscó de equiparar la planeada manifestación y el boicot al match de tenis con el terrorismo, para ello trató de asustar a la población agi-tando el peligro de que los anar-quistas y otros grupos violentos provocarían vandálicos destrozos en la ciudad al paso de la marcha, al tiempo de que con total descaro se, insinuaba que la policía no ten-dría otra salida que usar mano dura.
Como el sábado la manifesta-ción pese a todo congregó a miles de personas y llegó hasta el Baltiska hallen como estaba planeado, don-de se había instalado un escenario donde actuaron el rapero iraní Behran, un grupo de rock y hu-bieron oradores, el Sydsvenkan del domingo con plena mala intención destacó en la tapa y en el interior con grandes fotos sucesos aislados de violencia contra vehículos policiales que protegían las entradas, que fueron prota-gonizados por un pequeño grupo de provocadores que se autode-finen como el bloque negro. Ni una sola foto de los miles que pací-ficamente marcharon por las calles, y mucho menos informar sobre lo que dijeron los oradores. Tampoco ni una mención, a la clara condena al vandalismo por parte de los or-ganizadores del evento, al que Per Gahrton lo calificó "como un sabotaje directo contra la lucha de liberación palestina" y al mo-vimiento de solidaridad. /P.V.
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