Por Cándido

La decisión del Fritidsnämnd (Comisión del tiempo libre) de la ciudad sueca de Malmö, de que el partido de tenis por la Copa Davis entre representantes de Suecia e Israel, previsto para los dias 6-8 del próximo mes de marzo, deberá ser disputado sin la presencia de público, ha suscitado una intensa polémica. La razón esgrimida fue la imposibilidad de garantizar la seguridad del espectáculo y del público. Máxime teniendo en cuenta las anunciadas manifestaciones en los alrededores del escenario del partido. Y como sucede en estos casos no todos los argumentos tienen fundamento ni son de buena fe.

Que el deporte es política -y negocios- no se discute. Quedó confirmado una vez más el año pasado cuando la disputa de los Juegos Olímpicos en Pekín. Los mismos que hoy critican la actitud del Comité, informaron en los meses previos, mucho más sobre la situación "de los derechos humanos" en China que sobre el evento en sí. Dando destaque mediático a algunas propuestas- para las galerías- de boicotearlos. Algo que el mundo empresarial se encargaría de poner límites. Entrevistando a "disidentes", que entre 1300 millones de chinos debe haber varios millones, que se sentían perjudicados por la realización de los Juegos.

El hecho de que la mayoría de la comisión municipal que adoptó la decisión, por una mínima diferencia, estuviera compuesta por los representantes de los partidos Socialdemócrata y de Izquierda y que el presidente de la comisión pertenezca a este último -es decir sea "un comunista"- ha sido uno de los primeros hechos ampliamente señalados. El trauma del "comunismo", identificado con la experiencia soviética, sigue siendo un eje de "pensamiento" en los formadores de opinión, pese a que la experiencia en cuestión colapsó hace veinte años.

El gastado y nada digno argumento del antisemitismo a propósito de críticas a las reiteradas violaciones del derecho internacional por parte del Estado de Israel, ha estado en el tapete y mereció una explícita respuesta del jefe de la Comuna de Malmö, Ilmar Reepalu (Sydsvenskan 24/02). Se ha acusado también a la "conspiración roja" de querer sustituir a los responsables de la política exterior sueca, estableciendo un boicot que aquellas no han decidido. Situaciones similares con misiones deportivas del Chile de Pinochet y Suráfrica del apartheid, suscitaron la misma repulsa popular. Incluso un acontecimiento cultural de resonancia mundial como la entrega de los Premios Nobel, despertó airadas protestas fuera y dentro de la Casa de Conciertos cuando se hizo entrega del Premio de Economía a Milton Friedman, asesor de Pinochet entre otros, que complementaba en el plano económico el terrorismo puro y duro de la dictadura.

En el caso de Israel y el genocidio llevado a cabo por su ejército contra la población civil de Gaza la repulsa mundial ha sido unánime porque excede los límites de ser "de izquierda" o "de derecha". Es un problema de condición humana. En medio de la polémica, Amnistía Internacional da a conocer su informe en el que además de exigir el cese de entrega de armas a Israel y a Hamas, denuncia inequívocamente y con pruebas el uso de fósforo blanco contra la población. civil. Un crimen contra la humanidad por el que los culpables deberán responder. Y frente al que, han sido muchos, demasiados, los que han guardado silencio. Y justifica que otros no quieran ser cómplices.

FE DE ERRATAS:
La pasada semana, en la edición impresa del semanario, cometimos un error en la titulación de la columna de Cándido. El título correcto de la nota era:
ECONOMÍA Y ECOSISTEMA, DOS CRISIS INTERDEPENDIENTES
El error fue corregido en la edición digital.
Pedimos disculpas a los lectores y al autor.
La Redacción.