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Dos recientes libros de Tulio Mendoza Belio

De tinta y de veneno

 

Por Juan Cameron.
"Alacrán de la belleza" y "Tinta de poeta" son los dos libros que durante el año recién pasado publicara, bajo Ediciones Etcétera de Concepción, el poeta Tulio Mendoza Belio. El primero de ellos reúne, junto a sus escritos, una serie de obras plásticas, entre dibujos, collages y técnicas mixtas; y el segundo, un interesante poemario de este ya singular poeta, varios de los poemas que obtuvieron, como conjunto, el premio literario Oscar Castro Zúñiga, en Rancagua el año 2005.

Tulio Mendoza es sin duda -y sin ninguna relación con su nombradía como miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua, por supuesto- un poeta que ha conseguido, con esfuerzo y perseverancia, una poética propia y un lugar en las listas nacionales. Es lo que los profanos designan con el curioso título de poeta consagrado. La presente década le ha sido generosa en crecimiento y en publicaciones. Una clara diferencia en su escritura nos resulta ahora más que evidente al releer sus primeras creaciones.

Es más, fuera de su intensa actividad societaria y de gestión cultural, no muchos consideraban su creación e incluso su incorporación a la antología de Patricio Novoa y Jorge Ojeda -1999/ Concepción- puede considerarse, recién, el primer reconocimiento de sus pares en la exigente capital sureña.

Es que, al asumir su pasión como motivo literario, despega intelectualmente y permite un extraordinario desenvolvimiento a su voz. El motivo del cuerpo como instrumento amatorio -la piel y el deseo- nos remiten a los textos de Kavafis, pero más en la voluptuosidad que en el recuerdo de los días irremediablemente pasados. Donde el egipcio dice "recuerda, cuerpo, no sólo cuando fuiste amado", Mendoza opone la presencia: "Luz ahora a tu cuerpo delgado/ como la lluvia y a tus ojos color/ de otoño en este agosto de aire y sueño". El poeta no escatima en signos o en guiños. En Alacrán de la belleza son usuales las citas a Jaime Gil de Viedma o Luis Antonio de Villena entre otros, junto al uso de cierto tipo de humor, más o menos sabio y cargado de ironía por lo demás, que pareciera simular detrás de una leve sonrisa, puesto "que todo es posible, qué duda cabe,/ mentiroso pero mágico,/ así eres cuando te llamas Mademoiselle Sadeau". El amor es un hecho y un acto presente, actual. Su Celebración de la Oxitocina, la hormona del amor, que sólo fluye a la sangre, como bien señala a pie de página, en el momento del clímax y al ver nacer un niño, es el eje central de este canto y de toda la voluptuosidad posible.

El cuerpo como escritura, destacado por Juan Carlos Mestre en el prólogo de Tu hermosa materia y citado una vez más por Edson Faúndez en su epílogo crítico en Alacrán de la belleza, es un tema rescatado con unción a nivel teórico durante el estructuralismo y en las tendencias posteriores. Mendoza Belio lo hace propio: "Tu cuerpo/ es un acto de escritura,/ una serie de signos/ que descifro/ con mis dedos cada día" (en Acto de amor); y esa misma sensualidad destaca en Tinta de poeta, en una nota precedente donde afirma: "El arte, como artificio, como creación, como invención, como cosa hecha, siempre ha sido para mí motivo de seducción, de erotismo, de sensualidad y entusiasmo: modo de conocimiento intuitivo y a la vez inteligente: la emoción de la inteligencia, la inteligencia de la emoción".

Tinta de poeta es una extensa muestra de sus trabajos visuales ordenada en tres secciones. La primera, Opus Pagana, está compuesta por dibujos en tinta china sobre hojas de revistas y referidos a poemas de su autoría. Le sigue la serie Homenajes integrada por collages en técnicas mixtas sobre trabajos de artistas de diversa índole y naturaleza, donde se mezclan Yukio Mishima, Yasunari Kawabata, Goyeneche y Vinicius de Moraes. Se trata, según explica, de la celebración a personajes de muy orígenes diferentes que han contribuido, cada uno de ellos, a la formación de su imaginario cultural. Y el tercer grupo, Dispositio, expone la mayor cantidad de obras, también en collages, dibujos y técnicas mixtas. El libro, impecablemente impreso y diseñado, deja al lector una sensación de agrado y de buen gusto.

El autor penquista (Penco fue el nombre original de Concepción) se ubica en una tradición de escritores dibujantes del orden de Jean Cocteau, Federico García Lorca y Henri Michaux . Continuada en Chile por Andrés Sabella (1912-1989), un poeta mediocre que posaba de comunista, le siguen otros nombres a destacar, entre ellos Jorge Cáceres (1923-1949), Vicente Huidobro (1893-1948), Víctor Ramírez (1950) y Juan Carlos Mestre (1957), un poeta español que residiera durante cinco años en esa misma ciudad.

En cierta medida Tinta de poeta reafirma en el terreno plástico el discurso literario que desarrolla con certeza en sus m ás recientes poemarios. No se trata en general de sus observaciones del medio ("la descomposición de la familia contemporánea, el amor y sus matices, la naturaleza toda" y otros que cita allí) sino de una reafirmación de postulados en torno a la sensualidad y al cuerpo como forma y materia a la vez. Es indudable que, cualquiera sea su formación en las artes visuales, el sentido estético y la apreciación de las texturas en la construcción de cada obra -y dentro de un preciso corpus- nos entrega una gozosa visión de cuanto le rodea.



Tulio Mendoza Belio
Nació en Rancagua el 24 de agosto de 1957. Magister en Artes con mención en Lingüística, es también editor, crítico y traductor. Actualmente dirige la Sociedad de Escritores de Chile, filial Concepción, y es fundador del Taller Literario Fernando González Urízar y presidente del Centro Cultural del mismo nombre en la ciudad penquista. Entre sus títulos figuran Fragmografías (1986 y 1999), Trece poemas (1986), Para que no haya olvido (1988), Elegía por los hijos de la luz (1989), Puerta del ser (1992), Mayoría de edad (1997), Estaciones para un cuerpo (video, 1997, DVD), Verdes interiores (1998), Concepción a todo sur (textos y fotografías, 1999), En tu hermosa materia (2005 y 2008), Fernando González Urízar: un clásico contemporáneo (ensayo, 2008) y los citados Tinta de poeta (2008) y Alacrán de la belleza (2008). Ha obtenido la Beca del Consejo Nacional del Libro y la Lectura en poesía, el año 1998 y en ensayo, el 2006, y la Beca FONDART en 1997; y, en 1998, 2001 y 2005 el Premio en el Concurso Literario Oscar Castro Zúñiga de su ciudad natal.Tulio Mendoza Belio



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