Por Juan Cameron. El pasado viernes 16 de enero se presentó, en la Feria del Libro de Viña del Mar, LP y otras prosas tempranas de Marcelo Novoa, impreso bajo el sello de la Editorial Puerto Alegre de Valparaíso. Se trata de una segunda versión ya que, hace 22 años, significó la primera publicación del poeta Novoa.
"Inocencia, no puedo culparte,/ pues la memoria engaña al deseo/ y el cuerpo no imprime tal recuerdo./ Inocencia, tus palabras empañan el cristal/ donde aún nos reflejamos", afirma Marcelo Novoa y, en este centro mismo del texto, echa a rodar sobre la página una serie de claves de primera importancia para quienes urge solucionar la cuestión de la existencia a través de las palabras. Memoria, recuerdo, cuerpo, deseo, culpa aparecen acá como los cinco sentidos que de tarde en tarde la vida misma nos entrega para reclamarnos una justificación. ¿Qué significado tendría, realmente, sin esas pulsaciones de la sangre y del espíritu moviéndonos el piso a cada instante? A ello quiere responder el autor. Long play, o el largo juego de nuestros días -Lp en esta publicación- tiene como cada uno de los mortales un lado A y un lado B; una cara al mundo y otra oculta; una muestra de bondad y otra distinta.
No se trata solamente de una primera edición. Veintidós años después el libro aumenta en tamaño e intensidad. La antigua edición de Trombo Azul ha sido extendida, ampliada y corregida. El autor ha escrito entrelíneas por el desarrollo de los hechos así se lo ha dictado. ¿Se trata de una nueva creación o de una versión otra? Aquello lo dilucidarán los bibliófilos. Novoa, agrega dos cuadernillos, Minorías (entretextos) originalmente de 1998, y Cuaderno de en descomposición, de 1992.
¿Qué representación simbólica tendrán estas partes? O más bien ¿Si somos un disco duro, metáfora de qué serán aquellas? Una por cierto podría corresponder a las anotaciones a pie de página; o a las correcciones; o a esas rayitas que de tanto insistir en nuestro girar sobre la tierra nos dejan, querámoslo o no, inutilizados, rayados, en un rincón, en el ángulo oscuro, como diría más de algún poeta.
El joven y perseverante cronista Alvaro Bisama sindica la escritura de Marcelo Novoa -en la solapa de Arte Cortante, edición del año 2002- dentro de la estética de la derrota, del desesperanzador fin de siglo. Eso es absolutamente cierto visto desde una actual perspectiva; nadie podría poner en duda la sensación de desamparo del chileno informado en este momento. Pero, para quienes han nacido en la primera mitad del siglo pasado y les sobra juventud y testimonio de los hechos, entienden que la promoción de Novoa -quien entró a los ochenta con 16 años y salió de aquellos ya profesional- no tenía ninguna posibilidad de desarrollo en un país que por entonces no le pertenecía. Las descripciones hechas por él al comenzar Lp responden al diario de ese muchacho común de toda época universitaria quien, creyéndose el rey de todo, carece de opciones frente a un mundo ya repartido por unos cuantos badulaques. Nos relata: "locutor enloquecido ve desplomarse gran dirigible sobre Babel la Poesía: aterrado hijo de vecino presenciando truenos de gato en celo arriba de los Lateríos Libro Primero -sintetizador de voces, salí a buscar la mía".
Ya en la realidad, transitando por la ciudad imaginaria que se canta allí, la perspectiva no resulta demasiado favorable a sus pasos. No habrá magia posible; y por tanto ningún milagro resultará propicio: "Sépanlo bien los lectores, no se encamina, se baila en el mismo sombrero aplastado, se desgasta uno y sanseacabó, gato de Cheshire". Carroll no tendrá cabida entre nosotros, parece indicar; puesto que ya no es tiempo de metáforas.
Y esa ciudad donde el estudiante despierta se va aclarando lentamente a los ojos del lector. Pero el paisaje a la vez está intervenido por un discurso extraño: "Moscas ideográficas -dice el poeta- manchando todo desecho de realidad, un horizonte de vocablos nuevos hasta donde la vista alcanza (...) No debieran prosarte más, Valparaíso/ Rosa para envolver pescados y punto". La ciudad original, la Ítaca, está definitivamente sitiada, puesta en venta, destituida de sus valores y arrasada por el poder de los bárbaros. No puede entonces existir una visión optimista en este escenario.
Entretanto, en ese espacio de años que media entre una y otra publicación, se ha hecho necesario para el autor intervenir su propio texto con anotaciones marginales y con las necesarias correcciones. Sean estas últimas de cargo de los coleccionistas; pero cuanto el texto genera en la imaginación de su creador es válido también como fuente de escritura. Esta intervención se legitima porque la obra tendrá su carácter definitivo cuando la existencia de quien la hizo llegue a su fin. Eso sí, sin considerar la labor de copistas, censores, inevitables familiares y autorrefentes críticos, entre otros invitados de piedra. Así lo manifiesta él mismo, literalmente (digo en mi literal interpretación) en Breve bestiario: "Su única sílaba inalcanzable para nuestros oídos./ Supongamos que nunca presenciaron códice alguno,/ obstinadas en su marginalia. Rebelándose aún a la fábula de/ las pájaras. Brillan. Su ausencia ilumina La Partida".
Resultaría lato referirse a todas las partes del libro. Esta parte de la creación debe también corresponder a los lectores quienes disfrutarán de los tal vez pícaros, agudos y secretos textos de Novoa, a quien hoy saludamos. A renglón seguido es necesario saludar, por una persistente y esforzada labor, a la Editorial PuertoAlegre, que se ha embarcado en la arriesgada empresa de rescatar, para la ciudad y el país, las obras de los más jóvenes representantes de la región.
Marcelo Novoa nació en Viña del Mar, en 1964. Profesor de Literatura, editor y crítico literario ha publicado, LP (poemas, 1987), Minorías (poemas en prosa, 1988), Arte cortante (poemas, 1996), Arte cortante (poemas, 2002), Álbum de flora y fauna (crónicas, 2002), Años Luz/mapa estelar de la ciencia ficción en Chile (2006) y este reciente LP y otras prosas tempranas (2008). Aparece en Valparaíso/ versos en la calle (1998), Historia de la poesía en Valparaíso, de Alfonso Larrahona (1999), Poéticas de Chile, de Gonzalo Contreras (2007) yValparaíso en la poesía y la crónica (2007).
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