Al escribir estas líneas y en plenas festividades, el ejército de Israel les hizo a los palestinos de la Franja de Gaza el macabro regalo de bombardearlos masivamente con el brutal saldo de 300 civiles y militares muertos y un número no determinado de heridos.
El pretexto es archi conocido: "repeler los ataques terroristas a Israel y terminar con el gobierno de la islamista Hamas".
Se busca ocultar que la causa última y única del problema, es que Israel ha ocupado militarmente durante por más de medio siglo el territorio de Palestina y sometido diariamente a la población a arbitrariedades, despojos, humillaciones y limitaciones de todo tipo.
En este caso durante meses el gobierno israelí ha impuesto a la población palestina de Gaza un férreo cerco militar y bloqueo económico. Pese a todo, en junio pasado se estableció una tregua pactada entre ambas partes, que la canciller israelí Tzipi Livni le puso fin el 7 de diciembre, cuando formalmente aún faltaban 12 días para que la misma finalizara.
La debilidad del gobierno nacional palestino de Abbas enredado una y otra vez en erráticas negociaciones y planes de paz (la mayoría de las veces impuestos por Estados Unidos e Israel después de machacarles con ocupaciones y ataques militares) y sobre todo la sistemática política guerrerista y expansionista israelí ha tenido como resultado esta dramática situación. Sin otra aparente salida que no sea la continuación del permanente calvario de la población civil palestina. Un caso único de millones de personas cercadas, hambreadas, desempleadas; o (cuando se les permite trasladarse) semiocupadas y explotadas en florecientes fábricas y agroindustrias israelíes en los territorios ocupados militarmente.
Pero también el pueblo palestino es a la vez, moneda de cambio en el podrido panorama político derechista de Israel, porque Livni que es candidata del gobernante partido Kadima en las próximas elecciones del 10 de febrero para suceder al premier Olmert, está enfrentada electoralmente al ultraderechista Benjamín Netanyahu del Likud que exige mano dura contra los palestinos. "El objetivo estratégico de mi gobierno será derrocar a Hamas usando medios militares, económicos y diplomáticos" prometió Livni. Netanyahu le subió la parada declarando: "Debemos adoptar una actitud activa de ataque, ya que este gobierno es demasiado pasivo" y agregó "A largo plazo debemos derrocar al régimen de Hamas. A corto plazo hay una amplia gama de posiblidades, que va desde hacer nada hasta hacer todo, es decir, la conquista de Gaza."
Con anticipación el viernes pasado, antes del comienzo de los ataques a la absolutamente bloqueada Gaza, las embajadas de Israel en diferentes partes del mundo circularon un comunicado de prensa que se adelantaba a justificar la desproporcionada y brutal acción militar como única forma de acabar con los ataques con cohetes a territorio israelí por parte de milicianos de Hamas.
Ante otro baño de sangre palestina, aparecen siempre después las conocidas fantochadas desde la ONU, Washington, Bruselas, El Cairo, pidiéndo cordura y el cese de fuego "a ambas partes". Y al que apoye a los palestinos y condene a Israel se le endilgará el título de "antisionista y pro terrorista" .
Lejos de allí, a unos cuantos miles de quilómetros de distancia, el sufrimiento de la gente en Gaza y en otras partes del territorio palestino merece nuestra más irrestricta y activa solidaridad política y material. Y lo mínimo que podemos hacer además de manifestar nuestra condena y denuncia de este nuevo genocidio israelí contra el pueblo palestino, es boicotear a Israel no comprando sus productos.
En Suecia y otros países europeos se venden frutas y verduras de las marcas Jaffa, Carmel y Top, también de la exportadora Agrexco. Comida congelada de Hälsans Kök. Productos de belleza de Ahava y DSD.Vinos Carmel y Golan Heights Winery. Refrescos Soda club, Konsum ecologiska läsk y jugo de tomates Eldorado. Tapones higiénicos fabricados por Rostam Ltd. para Apotek y Coop X-tra tamponger. Productos digitales de WizLan, Checkpoint, Rit, RadGuard, Algorithic, Ossi Scandinavia AB. Y todo producto que tenga como código de precio 729 que corresponde a los provenientes de empresas de Israel. No ovide tampoco que Nestlé, Disney e Intel tienen fuertes inversiones en Israel. De la misma manera que la gente común sancionaba a Sudáfrica en tiempos del apartheid, igual debemos hacer hoy con Israel frente a la complicidad o la cobardía de muchos gobiernos.
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