Simón. A principios de diciembre todos los medios de comunicación del mundo nos mostraban las manifestaciones de los "camisas amarillas" que reclamaban la renuncia del primer ministro Somchai Wongsawat. Aunque se trataba de unos 5 mil manifestantes, recibieron toda la atención del mundo, especialmente después de bloquear el aeropuerto internacional de Bankok dejando como rehenes en el país a más de 200.000 turistas. Ahora miles de partidarios del dirigente tailandés en el exilio Thaksin Shinawatra, vestidos con camisas rojas, obligaron al nuevo primer ministro, Abhisit Vejjajiva, a postergar su primer discurso ante el Parlamento, donde debía anunciar la política de su gabinete.
La policía declaró que unos 9.000 manifestantes, partidarios de Thaksin, habían bloqueado las avenidas que llevan al Parlamento, así como los principales accesos al complejo, exigiendo la disolución de la Cámara de Diputados y la realización de nuevas elecciones.
El domingo 28 de diciembre, los partidarios de Thaksin ya habían reunido, según la policía, una manifestación de unas 20.000 personas, todas vestidas de rojo, mientras los organizadores cifraban la concurrencia en 50.000.
De este modo, los partidarios de Thaksin -sin tanta cobertura de prensa- sustituyen en las calles a los "camisas amarillas", los monárquicos que ocuparon los aeropuertos de Bangkok hace un mes y precipitaron la caída del anterior gobierno.
Las protestas de los "camisas amarillas" contaron entonces con la complicidad del ejército y la policía que se negaron a obedecer al gobierno del Partido del Poder Popular (PPP) creado por Thaksin Shinawatra, ex primer ministro derrocado por los militares dos años antes y actualmente en el exilio.
Somchai Wongsawat era acusado corrupto, el mismo cargo que llevó a la destitución de Shinawatra, y de comerter fraude en las elecciones nacionales.
Los manifestantes entonces, dirigidos por la Alianza del Pueblo para la Democracia (APD), lograron que la Suprema Corte avalara las denuncias de fraude electoral, e inhabilitara al primer ministro e ilegalizara a su partido.
Así, el Congreso votó un nuevo primer ministro, Abhisit Vejjajiva del Partido Demócrata, con el beneplácito del Rey, Bhumibol Adulyadej, considerado el miembro de la realeza más rico del mundo, con una fortuna de unos 35.000 millones de dólares, según la revista financiera estadounidense Forbes.
Es que el líder y fundador de la Alianza del Pueblo para la Democracia, que respalda al primer ministro, Sondhi Limthongkul, un magnate de los medios de comunicación, ha propuesto que en adelante, sólo un 30% de los asientos del parlamento sean elegidos por votación directa y que el restante 70% se complete con personas elegidas 'a dedo' por grupos profesionales y coorporaciones. También reivindica un papel más activo en las cuestiones del Estado para la monarquía y el ejército.
La Alianza del Pueblo para la Democracia se ha convertido en el reducto de los monárquicos y las clases privilegiadas y conservadoras del país.
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